Capitulo 12: La primera Vez

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Las horas habían transcurrido y mi padre estaba hecho una mierda. Culpándose por no haber abierto la puerta más de prisa. Mi madre al llegar Y encontrarme llorando como Magdalena ante la Cruz, se colapsó. Me abrazo murmurando cosas como: "todo estará bien" "agradezcamos a Dios que no te hizo nada malo" . Tenía ganas de gritarle : ¡Sobó su pistola por mi cuerpo, casi me viola, casi me mata!!

Pero claro. Pudo ser peor.

Había subido a mi habitación después de en familia haber decidido no notificar a la policía. Alguien le había dicho a ese asesino que yo estaba interesada en el. Les conté todo a mis padres. Cada documento que tenía sobre Billy el tatuador, cada llamada, cada paso que hasta el momento había dado con ayuda de Máx y sola.

— No vuelvas a mentirnos Jamás! — me gritó mi madre zarandeándome.

— Lo lamento Mamá. En verdad pensé que podía ayudar sola a Hanna.

— Amanda, necesito que entiendas que no ayudamos no porque no queremos, sino porque tememos por la vida de todos. No estamos tratando con cualquier delincuente, es una asesino. — me dijo mi padre colocando su mano sobre mi cabeza, tal como hacía cuando me daba un sermón de pequeña.

Mis lágrimas habían dejado de salir desde hacía un largo rato. Al parecer mis conductos lagrimales estaban tan exhaustos como yo.

— Subiré a bañarme y ver si puedo dormir — les dije pasando lentamente y dedicándole una sonrisa tranquilizadora a Emma, que triste mi observaba.

— Te amamos, hija mía. — me dijo mi madre.

— Y yo a ustedes — le contesté sin dejar de caminar hacia arriba.

Me sentía sucia y adolorida, mental y físicamente. Aún podía sentir el olor a cigarrillo de ese animal en mi ropa.

Entré a mi habitación y coloqué el seguro. Sólo tenía a alguien en mi cabeza. Mi mente me pedía a gritos escuchar su voz.

— Hola Máx Marte — le digo nada más lo escucho responder.

Había encontrado mi celular en el suelo cerca del escritorio, no sabía cuándo se me había caído.

— Qué pasa Vampira? ¿Qué necesitas ? — me pregunta el. Se escuchaba somnoliento.

Dios!

Lo había despertado.

Me despegué el móvil del oído y mire la hora. Era ya la media noche.

— Disculpa de moleste pero necesito que vengas lo más pronto posible. — me salió una imperiosa necesidad de abrazarlo.

No podía seguir negando lo obvio.

No después de esto.

¿Qué tal que ese loco me hubiese matado? ¿Y si no hubiese obtenido lo que buscaba y decidía secuestrarme para hacerme suya o peor, venderme ?

Tenía el cuerpo en tensión y envuelto en piel de gallina.

— ¿No molestará a tus padres que un hombre llegue a tu casa a esta hora, Amanda? — me cuestionó el aunque yo ya sabía que diría algo así. Él era esa clase de hombre. Prevenido precavido, siempre pasos delante de mí. A lo mejor por su experiencia con las mujeres. El sólo hecho de pensar que Max había estado con otras me hacía sentir mi boca con sabor a óxido.

— Ven por la ventana. Pero que sea rápido — y cerré la llamada.

Corrí a la ventana y corrí la cortina. El ventanal lo moví un poco cuestión que mi invitado no hiciera ruido al subir a mi habitación.

Amanda I: Del Odio Al Amor (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora