One-shot (único capítulo)
Shipp: Chloenette.¿Recuerdas esos suspiros involuntarios? ¿Las sonrisas estúpidas? ¿Los pensamientos locos? ¿Esos sueños?
Son la maravilla, al igual que tu sonrisa, Marinette. Se que no para todos ésto es correcto, ¿pero a quién le importa? Si solo son dos personas amándose ¿verdad? Podía reconocer como te sentías con tan solo un gesto, adoraba tus muecas graciosas al igual que las rancias, cada aspecto de ti me era reconfortante. Aún con tu indiferencia hacia mi seguía en pie, aún cuando cambié te mantuviste con la misma idea hacia mi, testaruda como siempre. Traté y traté durante meses el dirigirte la palabra, costó demasiado, eres difícil de conquistar Dupain, pero no imposible.
La única vez que realmente te vi indignada fue ese día, no sabías porqué demonios te había citado, te hayabas bastante molesta, era comprensible.
—Te he estado esperando Bourgeois —tu tono conmigo era frío, me tenías un trato algo..."especial".
—Lamento hacerte esperar.
—Y yo estoy lamentando el haber venido, ya dime, ¿Qué quieres? —cortaste de golpe.
—Sabes, no tienes que ser tan agresiva conmigo.
—Y tú no tienes que fingir que te importo Chloé, deja de ser tan falsa. —definitivamente no te agradaba.
—¿Falsa? Marinette, ¡Por dios! ¿Acaso no me puedes creer por una sola vez?
—¿No haz escuchado el cuento del pastor que dijo lobo? Tú has gritado muchas veces lobo Bourgeois, ya nadie te cree. O al menos yo no. Suelta lo que quieras decirme ya, o te juro que me largo.
—Eres una pesada. No entiendo como me pude enamorar de ti.
—Espera... ¿enamorada de mi? ¿A que te refieres Chloé?
Imprudente, la palabra perfecta para describirme. Solía decir las cosas que pensaba de imprevisto cuando me encontraba sola, pero esa vez no sé que me pasó.
—Lo que oíste Dupain, estoy enamorada de ti, ¿Y? —ella solo me miró, no supe distinguir sentimientos en su rostro, estaba en blanco. Aparté la mirada avergonzada, el cielo era gris, y las gotas cayeron sobre mis hombros desnudos. El agua era pesada, pero de un momento a otro sentí aún más peso sobre uno de ellos, era la mano de Marinette. La vi, sonreía compasiva.
No pude evitar llorar, el futuro era incierto, no podía dar marcha atrás a lo que sentía, y probablemente Dupain jamás me amaría. Y sin embargo, aún con mi mar de lágrimas en el rostro, ella me llevó hacia sus brazos, podría jurar que sentía lástima, pero no me soltó tan rápido.•~•~•~•
Se hacía tarde, París descansaría pronto. Ella me había dejado sola durante la última media hora, apartada a la orilla del muelle, con sus pies descalzos rozando el agua. No sabía que pensar, estaba incómoda, más eso en sí no me disgustaba.
Su calor abrazando mi alma,
su aroma embriagador,
libre de ser ella.Me levanté de donde me encontraba y me senté a su lado. La fémina sólo contemplaba su reflejo en el agua con una sonrisa melancólica. Tomé su mano para unirla con la mía, mi primer pensamiento fue que ella se soltaría, pero no lo hizo. Apretó aún más la unión, me miró, tan solo un instante, un segundo, para seguido unir sus labios con los míos. Sin terminar nuestro beso se acercó aún más para abrazarme. Tomé su rostro entre mis manos y sentí mi mano húmeda.
Estaba llorando.
¿Qué había hecho mal? ¿No era lo suficiente para ella? ¿Debía alejarme? ¿Apoyarla?
Corté nuestro beso, me separé de su agarre y le di la espalda. Rompí en llanto ,¿Yo era un juego? Marinette jaló mi brazo para llamarme la atención.—¡Aléjate! ¡Déjame sola! —grité sin mirarla mientras me atragantaba entre mis sollozos.
—Se siente tan mal, ¿Verdad?
—¿A qué te refieres? —dije aún sin dirigirle la mirada.
—Me haz hecho sufrir tanto, niña egoísta. Me haz robado tanto. Te odio, Chloé Bourgeois. Jamás te amaré. Ten eso en cuenta. Duele, la ilusión. Pobres sueños de catarina. —se levantó, el crujido de la madera la acompañó, dejándome sola, ilusionada, peor de lo que ya había estado.
Destrozada.