Dia calido

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Llegando a la cafetería se dió cuenta de que está ya estaba abierta a pesar de que faltaba una hora para ello, al entrar miró a la dueña, una mujer joven aún, apuntando algunas cosas en un cuaderno pequeño, ésta la miró y le sonrió

—Hola Shikamaru, buenos dias—

—Buenos días Kurenai— saludó el de igual manera, estaba a punto de caminar hacia la barra cuando escuchó unos pequeños pasitos acercarse a el desde detrás de la barra, la pequeña Mirai corría hacia el y se abrazaba a su pantorrilla

—¡Tío Shikamaru, tío Shikamaru!—

—Oye, es bueno verte pequeña— exclamó el joven agachándose un poco para poder tomar a la pequeña niña y cargarla en sus brazos, está al sentirlo se abrazo a su cuello

—Te iba a pedir la lista de la materia prima por correo, pero Mirai dijo que quería verte, así que aquí estamos— comento la mujer, había dejado sus apuntes y solo observaba a Shikamaru con una sonrisa

—De todos modos nos habríamos visto, ya que iría a su casa, mi mamá le mando ésto— Shikamaru le tendió la pequeña bolsa que su madre le había dado para ella, Kurenai la tomó mirando su contenido

—Oh, en verdad te lo agradezco, no pensé que lo conseguiría tan pronto—

De aquella bolsa sacó un pequeño costal de grano de café, aquello parecía ser algo normal

—¿Café? ¿Acaso piensa cambiar de proveedor?—

—No, nada de eso, había estado buscando esta marca de grano, se supone que se da en tierra seca por lo que el café tiene un sabor más fuerte, y tu madre me contó que lo había visto, así que se lo encargué—

Shikamaru caminó hacia la barra dejando a Mirai sentada en esta, le hizo señas para que no se moviera de ahí mientras él iba al interior del local para ponerse su uniforme, cuando salió frotó la cabeza de la pequeña y comenzó a calentar la tetera, los primeros clientes estaban por llegar

—Ya tengo la lista de lo que falta, haré el pedido más tarde— comento Kurenai metiendo la libreta en su bolso

—Muchas gracias—

Justo en ese momento la campanilla de la cafetería se escuchó, una figura femenina abrió la puerta

—Bienveni...— Shikamaru detuvo su hablar al reconocer a la joven que entraba al lugar, llevaba un papel en la mano, el cual intuyó que era donde tenía apuntada la dirección del lugar

—Vaya, así que es aquí donde trabajas— Temari miraba detenidamente el lugar —es muy agradable sin duda—

—¿La conoces?— pregunto Kurenai a Shikamaru en un leve susurró, éste solo asintió

—En realidad ella también trabaja en una nueva cafetería de la estacion—

Temari camino hasta la barra sentándose frente a ella, Mirai miraba detenidamente a la joven con algo de intriga, ella también le miró y le dedicó un sonrisa

—No creí que en verdad vinieras, y menos tan temprano— musitó Shikamaru comenzando a preparar la bebida de la joven, a pesar de que quería que todo aquello acabara pronto, preparaba el café de la mejor manera posible

—Yo también tengo que trabajar, pero puedo tomarme cierto tiempo en la mañana, así que por eso llegue a esta hora, me alegra haber encontrado abierto—

—Pues en verdad tuviste suerte, aún no deberíamos estar abiertos, pero fue cuestión de la gerente—

Shikamaru miró a su jefa, está sonrió mientras llevaba a Mirai en sus brazos quitandola de la barra

—Es un gusto, mi nombre es Kurenai Sarutobi y ella es mi hija Mirai—

Temari se levantó e hizo una reverencia a la mujer

—El gusto es mío, soy Temari, y he venido a probar el café más famoso de este lugar—

Comento mirando a Shikamaru de reojo

—¡El café de tío Shikamaru es el mejor!— exclamó la pequeña Mirai, Temari se giró hacia la pequeña en brazos de su madre aún sonriendo

—Si tu lo dices entonces debe serlo, así que lo probaré—

Shikamaru puso la taza de café frente a ella, Temari tomo asiento, levantó la taza dejando que el aroma invadirá su nariz, inclinó levemente está hasta que al final pudo darle un sorbo a este, tanto Shikamaru como Kurenai y Mirai observaban a la joven esperando alguna reacción de ella, Shikamaru comenzó a sentirse un poco presionado, pero también deseaba conocer la opinión de aquella joven, Temari se quedó unos segundos en silencio con la mirada en el contenido de aquella taza

—Comprendo... De verdad es delicioso... ¿Como es que logras ese sabor tan delicado?—

Shikamaru mantuvo una leve sonrisa al escucharla, su opinión había sido más suave de lo que pudo pensar

—Te lo diré, si tú me dices la razón del grano de café en mi taza de ayer—

Dulce AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora