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Bruce soltó un silbido bajo conteniendo el dolor, apretó sus manos en puños sobre la capa tendida en el suelo, en sus manos y rodillas escuchó un gruñido de placer a su espalda mientras sus caderas eran levantadas hacia atrás, volviendo la curvatura en su espalda más obscena, la posición lastimaba sus rodillas, dejando caer todo su peso en sus brazos, luchaba contra la fuerza que intentaba llevar su rostro al piso, no causandole verdadero daño. Estocadas profundas y lentas en su trasero tenían su cuerpo tenso, aun así su miembro estaba duro y goteante, haciendo que su vergüenza se presentará como siempre que se encontraba en esa situación.

El caliente miembro entraba y salía con un poco de dificultad en su interior, la naturaleza no había diseñado a su cuerpo para aquello, Bruce sabía que no debía ansiar el momento en que ese punto en su interior fuera tocado, que conseguía que su entrada por fin se relajara y aceptara todo, aun así mordió su labio conteniendo un lamento placentero cuando el contacto se produjo, el choque hizo que el alfa a su espalda gruñera por el esfuerzo, Bruce sintió su cuerpo estremecer de placer, luces parecían aparecer en su visión y sin contenerse dejó escapar un gemido largo y sonoro.

Tragó el exceso de saliva en su boca, producto de la excitación. El olor de quien cada dos meses lo buscaba para liberarse impregnaba el aire, combinándose con su propio olor, feromonas alfa marcando territorio, intentando marcar su cuerpo.

Cuando los movimientos aumentaron de velocidad, Bruce tuvo que agarrar en puños la capa roja debajo de si, jadeó por el increíble placer que obtenía de las frenéticas y fuertes penetraciones.

Los sonidos de carne contra carne iban acompañados de gruñidos de placer, Bruce levantó su trasero con el propósito de invitar a más, pidiendo mayor fuerza, su cintura fue apresada en un agarre casi doloroso, un sonido necesitado salió del alfa que lo follaba, indicando que estaba punto de llegar al igual que él.

Cuando sintió el aliento sobre su cuello, gruño en advertencia, dejando salir su rechazo, el alfa gimió lastimero pero Bruce gruñó de nuevo.

Su instinto aceptaba el placer, pero se negaba a aceptar la mordida, la completa dominación. Bruce era un alfa, no podía ni debía ser marcado como algo que no era, un omega.

Jadeo cuando las estocadas se volvieron más duras y discordantes, llegando al orgasmo, apretó consiguiendo sonidos roncos de placer del otro.

Bruce gimió alto cuando Clark liberó su espesa y caliente carga en su interior, escuchó el gruñido profundo de éxtasis amortiguado contra su hombro y sólo entonces se permitió irse, sintiendo todas sus terminaciones flaquear mientras su mente parecía quedarse en blanco, llegó mordiendo su antebrazo.

El peso de Clark contra su espalda no lo incómodo como debería, salió de debajo de su cuerpo, aun sentía el miembro dentro de sí cuando se puso de lado, Bruce intento alejarse, pero fue apresado por un par de fuertes brazos que lo abrazaban desde atrás, con la energía que aún le quedaba lucho en vano, sintió el nudo formándose en su interior, gruño quedándose quieto para evitar más dolor, su cuerpo continuaría sin acostumbrarse a la extraña invasión, involuntariamente en la propia base de su polla se formó un nudo.

Cuando Clark comenzó a olfatear detrás de su oreja, Bruce se alejó de forma abrupta, el movimiento sólo trajo dolor en su culo y un gruñido dolorido de Clark, después de unos minutos de olfatear y lamer su nuca, el alfa a su espalda se relajó y la respiración se volvió lenta.

Bruce nunca lograba dormir después de ayudar a Clark a transitar su celo, el agotamiento no era suficiente para que dejará de estar alerta en un momento tan vulnerable para ambos, como solía pasar, se dedicaba a esperar a que sus nudos desaparecieran, observó la pared blanca de la habitación, contemplando la puerta de metal por donde saldría antes de que el alfa despertara.

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