Save Me [Min YoonGi]

o n c e

Después de su beso, se separaron y quedaron frente con frente, los dos sonrieron al unísono.

-Me gustas, Sun Hee. -dijo YoonGi, todavía sonriendo-

La susodicha se sonrojó para luego decir -Tu también me gustas, Min YoonGi.

Dicho eso, volvieron a unirse en un beso, esta vez comenzado por la chica.
Aquél beso fue subiendo de tono, pero Sun lo detuvo.

-¿Q-que pasa? -dijo él, con la respiración agitada.

-¿N-no quieres pasar?

Él asintió con una sonrisa, bajaron del auto para ir a casa de la chica y entraron.

YoonGi volvió a unir los labios de ambos en un beso, Sun Hee pasó sus manos por el cuello de él, y este la agarró de las caderas, su beso fue volviendo más intenso, YoonGi de un salto la tenía enredada en sus caderas. Así, subieron las escaleras hasta llegar a la habitación donde la recostó en la cama para subirse arriba de ella entre sus piernas, sin dejar caer todo su peso encima.

Sun Hee le quitó la playera a YoonGi, y él imitó su acción, seguido del sostén. Y así, hasta sacar las prendas restantes.

-¿Estas segura de esto?

-S-sí, muy segura. -respondió firme.

Una vez dicho eso, el chico fue a buscar un condón que estaba en su billetera en el pantalón que ahora se encontraba en el suelo.
Se lo colocó y volvió a donde estaba.

-Pero... -volvió a hablar- ¿Segurisima?

-Sí,  YoonGi, no te preocupes.

El susodicho asintió y comenzó a entrar suavemente en ella.

-¿Te duele? Si duele me avisas y paro, ¿si?

Asintió -Tranquilo, duele, pero, la primera vez siempre duele, ¿no?

-Sip.

Luego de eso, sus embestidas comenzaron a ser mas rápidas y fuertes. El silencio que antes reinaba fue invadido por sus gemidos de placer. YoonGi fue dejando un camino de besos desde sus labios hasta sus senos con los cuales jugó un rato chupándolos y masajeándolos. Después, siguió con su recorrido hasta llegar a su zona baja, la cual fue succionando repetidas veces haciendo arquear la espalda de la chica, hasta que volvió a atacar sus labios y volviendo entrar en ella. Bajó sus besos hasta su cuello, dejando leves marcas en el, ambos soltaron un leve jadeo cuando el mayor comenzó a embestir más rápido. Luego de unas embestidas más , ambos llegaron al clímax.

-¿Estas bien? -preguntó él, después de unos minutos, al no obtener respuesta, la miró y vio que estaba dormida, sonrió, besó su frente y cerró los ojos para imitar su acción.