Cuando entraron, el observaba todo el lugar.
-Linda casa, es bastante grande, ¿Alguien más vive aquí? -cuestionó él.
-Mmm, no, sólo yo.
-¿No te sientes sola?
-La verdad, -hizo una mueca de tristeza- siempre. -ante lo último suspiró-
Él la miró y no se resistió, la abrazó.
Ella se quedó quieta, pero luego lo correspondió.-Oye, tienes mi número, cuando te sientas sola, me hablas por texto o me llamas, ¿si? -dijo separándose del abrazo, y ella asintió-
-Gracias, de verdad. No muchos suelen decirme eso.
-No agradezcas. De verdad. Ahora... ¿Donde hay comida? —dice sonriendo—
-Ahm, por aquí. -caminó y él la siguió-
Yoongi la agarró del brazo para agradecerle por dejarlo quedarse, a lo que Sun Hee soltó un quejido de dolor.
-¿Que pasó? -Ella no respondió- ¿Estás herida?
-N-no es nada...
Él levantó su manga lentamente, ella se rehusaba a que siguiera levantando, pero, el tenía mas fuerza.
Al terminar de levantar su manga, sus ojos se abrieron como platos.
Su secreto había sido descubierto.-¿Q-que has hecho? -dijo sin poder creerlo- Dime que esto es mentira, que es sólo un sueño...
Ella negó, sus ojos comenzaron a cristalizarse.
Yoongi no lo podía creer, sin más la volvió a abrazar, mientras que de los ojos de Sun Hee salían lágrimas.-Prometeme que no lo volverás a hacer, quiero que te desahoges conmigo, no contigo, ¿si? No te dañes, cuenta que te pasa. Conmigo no vas a volver a sufrir.