¿No será que yo...?

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Los encantos de este pajarito.

BUENAS LAS TEN…. DIGO, BUEN AH… ¿DÍA? ¿NOCHE? ¿INSTANTE? TENGAN. ESTAMOS AQUÍ PARA "VER" EL NUEVO CAPÍTULO DE ESTA SEMANA, HOY HABRÁ ALGUNAS COSAS QUE QUIZÁ LOS DEJEN PENSANDO. SI LO HACEN, HABRÉ CUMPLIDO MI OBJETIVO… JEJE.

LES ADELANTO QUE ESTE CAPÍTULO SERÁ EL ULTIMO EN EL QUE VEAN A SU CONDUCTOR Y NARRADOR SOLO, YA QUE A PARTIR DEL PRÓXIMO TENDRÉ AYUDA. ASÍ QUE APROVECHENME QUE AQUÍ ESTOY *EL PRODUCTOR EJECUTIVO ME LANZA UNA PIEDRA, A SABER DE DONDE SALIÓ* BUENO, ME DEJO DE TONTERÍAS Y VAMOS AL CAPÍTULO. *SUSURRO "MALDITO HIJO DE…"*

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Capítulo 3: ¿no será que yo…?

— ¿eh? ¿En dónde estoy? ¿Qué es esto?— Honoka abrió los ojos, apretó algo que tenía en la mano, era suave y tibio.

— ¡a-ahn….!— un voz femenina soltó un gemido lascivo.

—espera, si mal no recuerdo, anoche fui a visitar a Kotori-chan, me quedé con ella y me dormí, lo que quiere decir que…. — la ojiazul terminó de despertar. Miró su alrededor y lo que tenía en la mano. —por la virgen de los torpedos industriales… ¿pero qué pasó aquí?—

Honoka tenía su mano dentro de la blusa de Kotori, y lo que sostenía en la mano, no era otra cosa más que uno de los "encantos" de Kotori. Honoka quería apartar la mano, pero era una sensación hipnotizante.

—ahm… Honoka… chan… a-ah— vociferó Kotori entre gemidos, pero seguía dormida.

La castaña, al no sentir algún tipo de resistencia, siguió tocando a su amiga —s-sigue dormida, ¿cierto? Sé que no debería estar haciendo esto pero… son tan suaves, y grandes, además huele rico—

Honoka estaba comenzando a perder el sentido. Tocar el cuerpo de su amiga se estaba haciendo peligrosamente embriagador.

—Kotori-chan… lo siento. Pero no puedo detenerme— la chica Kousaka se pegó más al cuerpo de su amiga, abrió tres botones de la pijama de Kotori, podía observar la suave piel de su pecho. Cuando iba por el último botón, el del mero centro…

—b-buenos días Honoka-chan… ¿Qué estás haciendo?— Kotori observó las manos de Honoka y se puso completamente roja.

—errr… este… pues…. El hijo del papá… y… a la grande le puse cuca…— Honoka balbuceó sin sentido por algunos segundos.

Kotori soltó un suspiro —escucha, Honoka-chan. No voy a enojarme contigo, ya estoy acostumbrada a que Nozomi-chan lo haga. Lo único que te pido, es que hagas como que esto jamás pasó— dijo con voz indiferente, aun se encontraba triste. Pero estaba más serena.

— ¡s-si señora!— contestó la líder del grupo. Por alguna razón, que Kotori le hablara así hizo que se le hiciera la piel de gallina.

— ¿no tienes algo que hacer? ¿Tu familia sabe que estás aquí?— preguntó la de cabello platinado.

—tranquila. Les dije que vendría a verte anoche antes de venir. Pero espera…— Honoka golpeó la palma de su mano con el canto de la otra. —nunca les dije que me quedaría a dormir aquí. Lo siento Kotori-chan, pero tengo que regresar a casa para que no se preocupen—

—de todas formas iba a pedirte que te fueras. No lo tomes a mal, pero necesito estar a solas— dijo Kotori con voz cansada.

—está bien Kotori-chan. Pero recuerda, si necesitas algo, aquí estoy— dijo Honoka mientras se preparaba para salir.

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