Capítulo 1

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Hace muchos años cuatro copas cayeron del cielo, se dice que fue un regalo de los dioses para los mortales de la tierra, cuatro copas que llevaría a un país a dividirse en cuatro reinos dirigidos por cada soberano elegido por la copa.

En cada copa estaba tallada instrucciones, instrucciones de cómo elegir su futuro soberano, de cómo elige la copa su futuro rey o reina.

Los años pasaron y se formaron cuatro reinos:

El Reino de la Rosa

El Reino de la Orquídea

El Reino de Cristal

El Reino de Fuego

Cada uno con su propio pueblo; con su propio rey. Las reglas también se establecieron con el pasar de los años ya que también pasaron muchos conflictos entre cada reino, una de las reglas más importantes es no tener ningún contacto con los reinos vecinos, las pocas personas que pueden ir a los otros reinos son los herederos, pero solo para asuntos políticos.

Cada reino se adaptó a su propia naturaleza y crearon una sintonía entre ellos, siendo el reino cabeza el de La Rosa, el más importante y el más poderoso que los demás.

Pasaron los años y cada rey fue dejando una huella en cada reino, se dice que cada copa elige a su nuevo soberano cuando esta se convierte en oro negro, también se sabe que no hay un tiempo determinado para cada cambio de rey, es momento de saber quien es nuestro elegido. 

...

Jainen

La mañana transcurría lentamente en el local, solo estaba sentada viendo como mi padre me balbuceaba acerca de lo importante que es hacer un aceite para que un perfume quede perfecto y perdure la fragancia.

- ¿me estás escuchando? - reclamó mi padre.

- Por supuesto – dije de forma sarcástica.

- Algún día heredaras esto y lo sabes, es importante que sepas como hacer una fragancia- recalcó molesto.

Solo le regalé una mueca y me levanté para ir al invernadero.

- ¿A dónde vas?

- A caminar, necesito respirar aire puro.

- No llegues tarde para la cena.

Al caminar sentí el aire puro albergar mis pulmones y me sentí satisfecha con el olor del pueblo, estar mucho tiempo en la perfumería me marea.

Caminé durante unos minutos para llegar al invernadero, las rosas estaban perfectas como siempre, este es el único reino donde pueden crecer las rosas, están en todos lados, pero las del invernadero son especiales, cuenta una leyenda que estas rosas tienen poderes curativos si es dada en una poción, por eso están en este lugar con guardias por todos lados para que nadie las corte, eso es lo que dicen.

Pasé unas horas en ese lugar leyendo, es relajante pasar tiempo admirándolas y preguntarte si la leyenda es cierta.

La tarde estaba cayendo y era momento de que se cierren las puertas del invernadero, salí con las demás personas hacia el pueblo, pero decidí recorrer un camino más largo para ir a mi hogar.

La tarde se tinturaba de tonos rosas y violetas, era una vista maravillosa, en ese momento deseaba tener unas acuarelas para retratar lo que estaba viendo; capturar ese momento de por vida. Recuerdo cuando les mencioné a mis padres que quería ser pintora y me dieron una larga charla acerca de cómo iba a despreciar el apellido de nuestra familia, ahora trabajo con ellos para poder tener amor al trabajo de la perfumería.

Recordé que mañana era la elección para el futuro rey de la Rosa, ya que la copa se había tornado de un color negro; eso creo que da el aviso que el reino necesita un nuevo soberano, mañana será mi primera vez al igual que mi hermano en el palacio para poder estar en presencia del Rey y ser uno entre tantos posibles elegidos, la verdad es un evento que no me interesa, en cambio mi hermano está más que emocionado, él dice que podría ser el elegido. Es gracioso porque mañana también será mi cumpleaños, no hay mejor regalo que pasar horas en la espera de una estúpida copa que según elige a una persona para dirigir un reino.

Llegué justo a tiempo para la cena, mi madre odia que llegue tarde, me senté a lado de Adriel mi hermano menor con un año, nos dispusimos a comer el pavo relleno de legumbres, un plato que solo los "ricos" pueden comer.

- Mañana será un día especial- dijo mi madre con una sonrisa.

-Un día muy aburrido dirás- resoplé de mala gana.

-Vamos solo serán unas horas, además tengo un regalo para ti- me dijo y sacó del bolsillo de su vestido una pequeña bolsa. –Feliz cumpleaños cielo.

Tomé la bolsa y la abrí, en su interior había un anillo, lo sostuve por un tiempo y me di cuenta de que realmente era hermoso, sonreí.

-Wow, eso debió valer una fortuna- dijo Adriel sorprendido.

-Gracias mamá y papá-dije y me puse el anillo, me sentí feliz por el detalle, aunque sabía que no me lo merecía, por no querer seguir con el negocio de la familia.

La cena había terminado y me dirigí a mi recámara para poder pintar un poco, hacer algo que realmente me gusta, cogí el pincel y comencé a retratar aquel paisaje que pude observar hoy, mientras pintaba observé el anillo que me dieron mis padres, me lo quité para poder observarlo una vez más; era de oro con una rosa de plata, cuando me lo iba a poner me di cuenta que en su interior estaba grabado mi nombre. Que detallosos, pensé.

Dejé todo en orden y me dispuse a dormir, me sentía agotada. Observé el anillo una vez más y seguí pensando en que no me lo merecía.

-Jai... Jai... Jainen ya es hora- dijo mi madre tocado mi cabello- Feliz cumpleaños hija- lo dijo con tono de celebración, a ella le da más emoción que a mí.

Me levanté con mala gana y pensé.

Este será un gran día de mierda.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2018 ⏰

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