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Martín.
Estaba planeando ir a la casa de mi hermana menor, hace un año que no tenía noticias de ella, ni llamadas, ni mensajes, las visitas se acabaron. Era muy extraño, ella siempre se comunicaba conmigo o mi familia, pero como hace más de un año que no sabíamos nada sobre ella. Mi familia intento denunciar su desaparición, pero no procedió al ella ser mayor de edad.

Lo único que se me ocurrió fue ir a su casa  de vuelta, fui varias veces antes, pero nadie atendía. 

Pero sentía que ahora será diferente.

Al llegar a su casa golpeé la puerta esperando que mi hermana abriera la puerta pero a cambio abrió un pibe de pelo rubio, algo modo hermano sobre protector se activó, ahre.

—¿Quién sos?—el rubio inclinó su cabeza. —está es la casa de mi hermana.

—Puede ser que esté equivocado —se cruzó de brazos. —esta es la casa de mi amiga, Lola.

—Ella es mi hermana ¿que sos de ella?

—Soy Bautista, amigo de ella —nunca me habló de él. —no sabía que eras el hermano.

—¿Bautista? —mí mirada fue atrás del rubio, era mi hermana.

—Boluda, hace más de un año que no sabemos nada... —Ella me miró confundida. —cortaste la comunicación.

—¿Ma-martin?

—Sí soy yo... —la miré extrañado. —¿quien más?

—Martín... —susurro el rubio.

—¿Que?

Pedro.

Paso un dia y me sorprende que no el bebé no se me haya caído.

En mí cabeza no dejaba de pensar en que yuta iba a hacer con un bebé a mi cargó, obviamente no podía cuidarlo. 

Thaiel se puso a llorar, se había levantado. Seguro tenía hambre o era el pañal llenó, era lo que podía suponer de lo que aprendí en escaso tiempo. El dejó de llorar después de ocuparme de él, en ese momento me dio unas ganas de salir entonces llevaré al bebé a la plaza.

Llegué a una plaza en donde venía desde feto, ahre. Thaiel se veía algo normal, ya no lloraba. Pensé en que quería jugar, por lo que lo puse en un columpio de bebé. Pasó una vieja quien me miró raro, desconcertandome. No le tomé importancia y volví mi vista a Thaiel.

Después de un buen rato, decidí que era la hora de volver, además las mejillas de Thaiel estaban rojas. Cuando llegué a casa lo deje en mi cama, tenía cara de cansado por lo que lo tape con su manta celeste.

Me asegure de que este dormido y empecé a grabar.

Presente a Thaiel, después de dudarlo un montón. Tal vez mis suscriptores podían ayudarme en esta situación.

Después de terminar todo sin problemas con el bebé, lo agarré y lo llevé arriba de mí cama. La mochila me llamó la atención en ese momento, era extraño pero ya fue, abrí la mochila y vi algo que no había visto en primer lugar.

Un número de teléfono.

|Un Día Mas| PedritoVM & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora