Deku

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Bakugou Katsuki y Midoriya Izuku fueron buenos amigos desde antes de que comenzaran a hablar hasta su primer año en la primaria, poco antes de que Izuku dejara de asistir a la escuela.

Desde preescolar, Katsuki destacó en las clases que requerían habilidad mental mientras que Izuku, al ser un completo soñador siempre obtenía malas notas, lo que provocó que sus compañeros empezaran a burlarse de él y a ponerle toda clase de apodos. No queriendo quedarse atrás, Katsuki le puso el apodo definitivo: Deku. Inútil. Al principio, Izuku pensó que era sólo una broma cruel, pero al paso de los meses se dio cuenta que no era así.

Una tarde, luego de la escuela, Izuku estaba jugando en el parque, cuando llegaron Katsuki y sus nuevos amigos. Aquel día en particular, el pequeño rubio estaba molesto porque el peliverde había obtenido una nota mayor a la suya en caligrafía, por lo que fueron especialmente duros con él. Luego de intentar defenderse sin mucho éxito, el pequeño pecoso salió corriendo a buscar refugio; logró esconderse en un pequeño bosque que se encontraba junto al parque, donde la mayoría de los niños no se atrevían a entrar, incluidos sus perseguidores.

- ¡Ojalá que te coma el monstruo del bosque!

- ¡A ver si así aprendes!

Los pequeños se alejaron corriendo del bosque, y luego cada uno regresó a su casa. Al día siguiente, al ver que Izuku no había do a la escuela, empezaron a discutir sobre su ausencia.

- ¿Creen que le haya pasado algo?

- Los monstruos del bosque no existen ¿verdad?

-Seguramente está demasiado asustado de nosotros y no quiso venir hoy. - A pesar de la seguridad con la que hablaba, Katsuki era el que estaba más preocupado. Por la tarde fue al parque para ver si Izuku estaba ahí como todos los días. Al ver que no estaba, se armó de valor para preguntarle a su mamá. - Mamá, ¿por qué no fue Izuku a la escuela? ¿de verdad se lo comió el monstruo del bosque?

-El... ¿qué? ¡Katsuki! ¡¿Entraste al bosque?! - El niño no se esperaba aquella reacción de su madre, que lo sujetaba con fuerza de los hombros. - ¡Te dije que no entraras ahí!

-Yo no entré ahí.

- ¿Dejaste que Izuku entrara? ¿Cuándo fue eso? - El pequeño se echó a llorar.

-Ayer. Pero yo no le dije que entrara. - Ella lo soltó tan sorpresivamente que casi se cae.

- ¡¿Por qué no me dijiste antes?! Tengo que hablar con Inko - Diciendo esto, la mujer salió de la casa, con un pequeño lloroso corriendo tras ella para seguirle el paso. Llegaron rápido al apartamento de la familia Midoriya.

- ¡Inko! ¡¿Estás ahí?! ¡¿Está Izuku contigo?! - Luego de abrir la puerta, Inko miró sorprendida a ambos por un segundo, antes de adoptar una expresión triste.

-Él... Está en su cuarto. - Dijo mientras miraba hacia el pasillo, en dirección al cuarto de su hijo. Desde afuera Katsuki y su madre habían visto que la cortina estaba cerrada.

- ¿Está bien?

- ¡¿Puedo verlo?!

Ella lentamente negó con la cabeza ante ambas preguntas, se veía claramente que trataba de contener el llanto. - No. Él está gravemente enfermo. Por el momento se encuentra estable, pero no creo que puedas verlo Katsuki-kun.

-Pero...

-Si quieres decirle algo le pasaré tu mensaje.

-Yo... - El pequeño retrocedió hasta quedar detrás de su madre, con lágrimas brotando de nuevo.

En la oscuridadWhere stories live. Discover now