Capitulo 1

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Se estrenaba una película muy buena ese día en el cine, habíamos ido a comprar las entradas en la taquilla después de salir de clases y después habíamos ido a la dulcería para comprar un refrigerio, mire al vendedor con cara de pasa, su apariencia era muy cómica, pensé en lo mal que se la estaba pasando conmigo y quise reírme, ese trabajo seguro no era fácil, lo decía porqué ya llevaba más de diez minutos cambiando de orden y reconozco que si yo estuviera en su lugar ya habría mandado a alguien literalmente a comprar mierda, en realidad no estaba para gastar mucha plata, apreté los dientes para ignorar a los dos toca pelotas detrás de mi, como iba a pedir si no cerraban el pico.

-Siempre andas con la hora pegada al culo, ni siquiera hemos visto la película y ya te quieres ir -Se recrimino Leían.

  - Deja de joderme Leían, ya viste quienes están aquí, no pienso quedarme ni un rato más -Edén lanzo una mirada asustada por encima de su hombro.

  -Solo es Vera Fossey con sus amigas, no me digas ahora que eres una marica y que les tienes miedo a las mujeres-Leían cruzo los brazos.

  - Tú no entiendes, en este momento me gustaría estar en el quinto pino, el problema es que a una de sus amigas se le chifla el moño, la vez pasada solo le falto pedirme que fuera su concubino-Edén alzo los brazos y exclamo con preocupación-

  -No exageres, si yo estuviera en tu lugar tendría el guapo subido-Empezó a reír y se calló con un ataque de tos.

  -Lo dices ya que no estas en mi lugar, si realmente la conocieras, lo tendrías bien escondido pero en los huevos-Soltó con enfado, Edén mirando con nerviosismo a que horas se acercaban las chicas. 

  -¡Ya cállense, me cagan cuando se ponen como dos niñas a discutir! - Exclame harto de todo ese alboroto.

  -Mejor decídete a ordenar, ya ratos estas ahí parado como suricata observando que robar-Edén podía ser un gusano algunas veces, lo rete con la mirada, me volví y con voz segura empece a hablar.

  - Sabe que deme un combo de las palomitas extra grandes con una soda extra grande y que este par de loros se compren cada uno su orden de alpiste-Nos vemos ahorro inútil pensé, no por cualquier cosa se extendían rumores sobre mi, la mayoría eran falsos, pero otros eran demasiado exagerados quizás pero ciertos y es que yo era un chico de mecha corta incluso con mis amigos, el vendedor me entrego mi pedido, pague y me aleje abrazando con los brazos el tazón de palomitas y el refresco.

- ¡Oye! ¿A dónde vas? -Preguntó Elían con voz chillona.

  -La película ya va comenzar -Me detuve y aclare sin ganas de discutir.

  - Pero dijiste que ibas a invitarnos -Me recordó, yo solo puse los ojos en blanco. 

  - Pues ya no -Lo mire con una media sonrisa y continué mi camino.

  -Déjalo, solo es un tacaño delicado-Alcance a escuchar y moví la cabeza con desaprobación mientras me acercaba a la entrada del cine.

Ya estaba bastante cerca de la entrada, cuando escuche esa voz tan molesta en mis oídos, que me hizo detenerme en seco, no era nadie más que Vera Fossey el amor de mi vida, frase que decía  a menudo con mucho sarcasmo, maldita sea mi mala suerte pronuncie por lo bajo, entonces la vi, con sus amigas, Ylenia Earhart y Nerea Bolena, su grupo de malcriadas.

Al percatarse de mi presencia, todas me observaron con ojos escudriñadores en especial Vera Fossey, intente no decir nada, sin embargo fue ella quien termino rompiendo el silencio.

  - Vaya suerte la que me cargo al encontrarme contigo insoportable piojoso, no creí que en este cine dejaran entrar gatos arrabaleros-Desató la lengua viperina que adoraba.

  -Que irónico verdad, yo creí que a este lugar no dejaban entrar a personas con falsa identidad, vete antes de que alguien te quite esa mascara y descubra tu careta de bruja-Me comenzaba a doler la cabeza, hablar con ella, era demasiado frustrante.

  - Si seguirás discutiendo con este mequetrefe, nosotras no nos perderemos el estreno, nos vamos adentro -Dijeron sus amigas con miradas de odio hacia a mi y de reproche para Vera, aunque ella no les presto atención, luego al ver su indiferencia se rindieron y  se marcharon dejándonos solos.

- ¿Quieres palomitas? Estoy dispuesto a votar los pavos que pague por ellas, para que te atragantes y dejes de ser una mosca molesta en mi espacio-Dije ignorando el comentario de sus amigas, la miré con expresión de asco, ella me respondió cruzándose de brazos y su cabello rizado calló sobre sus hombros.

  -¿Tú quieres de las mías? Sabes, tienen algo especial que se llama repelente contra las sabandijas cretinas-Entonces todo sucedió muy rápido, como a la velocidad de la luz.

Vera Fossey acaba de lanzarme sus palomitas a la cara, yo como buen hombre podía haberme marchado, pero como se me iba la olla y no era bueno ni con mantequilla, ni tampoco me importaba serlo, no iba dejar humillarme por una mujer, así que fingí que no me importo, me sacudí quitándome los restos del cabello.

Esa chica al parecer tenía corazón de piedra, empezó a caminar supongo que para ir al baño como si nada hubiera pasado, yo hice lo mismo pero en la dirección contraria y exactamente en el momento en el que nuestros cuerpos pasaron uno al lado del otro, choque contra ella y bualá.

  - ¡Ups! Lo siento, no te vi, es que tu cara del exorcista me dejo ciego-Le dije aguantándome la risa y fingiendo preocupación.

  - ¡Vete con el demonio!-Rugió furiosa, quitándose con los dedos los trozos de hielo del refresco que estaban atorados en su camisa, devolverle a Fossey todo su odio, era lo mejor que había hecho en años.

  - Hasta su compañía sería más grata que la tuya - Arrugue mis labios y le envié un beso a distancia, mientras echaba chispas como un rayo de lo furiosa que estaba, de haber tenido un arma en las manos, ya estaría muerto, me metí un puño de palomitas a la boca, mientras me regocijaba recordando la escena.

Tú entre mis palomitas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora