Liam y Zayn estaban pasando un momento realmente romántico, recordando que un día como hoy hace diez años habían unido sus vidas en matrimonio, un único sí había sido el comienzo de tan bella historia.
Zayn entrelazó los dedos tatuados con los suyos sobre la mesa, sonriendo por el sonrojo que apareció en las mejillas de su esposo. A pesar de estar juntos tantos años y desde que eran unos adolescentes, Liam aún se sonrojaba cuando el moreno lo miraba con una intensidad que sólo demostraba el inmenso amor que sentía por él.
Una pequeña risa escapó de sus labios ocasionada por el chiste tan tonto que el mayor había contado, llevando miradas de la gente alrededor. Zayn sabía que ambos eran hombres realmente atractivos, obtenían miradas llenas de lujuria por dónde quiera que pasaban, pero era consciente que quien más llamaba la atención era el castaño con sus suaves y delicadas curvas, su redondo y firme trasero y su sonrisa que lo hacía ver cinco años más joven. Por esa razón, su pecho se hinchaba de orgullo cada vez que miraba la sortija en el dedo anular de ambos.
Paró abruptamente su risa cuando notó que Liam estaba sonriendo a alguien que no era él, giró la cabeza en dirección a donde el castaño estaba mirando y frunció el ceño, nada contento con el intercambio de sonrisas que su esposo y aquel rubio debilucho tenían. No pudo evitar un gruñido cuando el sujeto se levantó de su asiento para dirigirse hacia ellos.
La sonrisa de Liam se hizo más grande, y los nudillos de Zayn iban perdiendo color, volviéndose blancos de tanto apretarlos. Tomó todo su autocontrol el no tomar el cuello de ese desagradable individuo cuándo sus brazos rodearon con júbilo la pequeña cintura de su pareja, exclamaciones de emoción y sorpresa saliendo de ambas bocas.
Zayn hizo un sonido brusco con la garganta, llamando la atención de los hombres frente a él. El castaño abrió un poco los ojos, controlando que su risa no saliera de sus labios. Aunque le encantaba la forma celosa y controladora de ser de su esposo, no quería malos entendidos y arruinarle la noche, pues era un día sumamente especial.
—Zayn, cariño, quiero presentarte a un viejo amigo. —en el momento en que el moreno se puso de pie, Liam continuó con su presentación. — Él es Niall, estudiamos juntos en la preparatoria. Y Ni, él es mi esposo, Zayn.
Se hicieron los saludos correspondientes antes de que el joven se despidiera con una disculpa y algo sobre llegar tarde a una cita de trabajo. El mayor no había quitado el rostro serio hasta que se hubo marchado, haciendo sonreír enormemente al castaño.
...
Zayn repartía húmedos besos por el blanquecino cuello del más pequeño, al tiempo en que acunaba las redondas mejillas haciendo gemir al chico.
La habitación estaba a oscuras, la tenue luz de la luna que se filtraba por las grandes ventanas era lo único que iluminaba tan caliente suceso. Las lenguas tenían una inagotable lucha por tener el total control, el castaño estaba encantado con la forma tan necesitada en que su amante lo estaba tocando, sin perder la pizca de ternura que caracterizaba cada uno de sus encuentros.
Sonrío en medio del beso y aprovechó la distancia que se hizo para quitarle la corbata y desabrochar su fina camisa, jadeando cuándo el moreno hizo exactamente lo mismo.
Una vez desnudo, Liam subió a gatas a la cama, permitiéndole luego al más grande observar cada minúsculo rincón de su apetecible cuerpo. Saboreó los labios, como de un león admirando a su presa se tratara, y terminó de desnudarse él para encontrarse con el tibio cuerpo ajeno que lo llamaba tanto.
Lamió, chupó y besó cada espacio de piel que se cruzaba por su camino, haciendo de Liam un manojo de jadeos y gemidos.
Zayn miró con todo el amor que sentía a su esposo, recostado sobre las enredadas mantas, el cabello apuntando en todas direcciones, con los rizos deshechos y los labios rojos e hinchados, eso era la mejor vista que él pudiera tener.