- ¿Dónde está ________________? – preguntó Lay. Miró a Chen y este no supo que responder.- co.ño, te acabo de hacer una pregunta, ¿dónde demonios está ___________________? – volvió a preguntar, esta vez más alterado.
- Ella… - Chen se aclaró la garganta. – ella salió y dijo que volvería en unos minutos.
- Debe estar cerca. – afirmó Chan.
- ¡Jo.der! – se quejó Lay. Tenía los nervios en punta. No… no, ________________ tenía que estar bien. Si algo llegaba a pasarle no sabría de que sería capaz. – Todo esto es tu maldita culpa… - se abalanzó hasta Chen, en el intento desesperado por desquitarse de aquella gran culpa que sentía dentro de sí. Pero Suho lo detuvo, interponiéndose entre los dos.
- ¡Cálmate! – le gritó. Lay se soltó de inmediato de los brazos de Suho. Golpeó la puerta con la palma de su mano haciéndola resonar. - si no viene en unos minutos…
- La ha secuestrado. - Lay tragó saliva. – ahora también a ________________, estoy seguro que también ha sido él.
Entonces Emma se echó a llorar sobre el torso de Suho, que la acogió de la cintura fuertemente. Era muy fuerte, pero había algo que lo hacía débil y era ver a Emma de esa forma. Recordar junto a ella la manera en la que habían abusado de ella… le dolía…le dolía muchísimo…
- ¿De qué hablan? – preguntó Chanyeol.
- Es una larga historia. – contestó Suho. – pero estoy seguro que tú también recuerdas a James Limbert.
El rostro de Chanyeol empalideció. ¿Limbert? Jo.der…ese apellido le traía tantos recuerdos.
- Sí. – contestó.
- A sido ese quién ha secuestrado a _________________.
- ¿Cómo lo saben? – intervino Chen. – pero qué… ¿qué tiene que ver Limbert con __________________?
Lay solo se quedó pensando ‘¿Pero qué tiene que ver Limbert con __________________?’ Esa era la clave. James Limbert no tenía nada que ver con ella, pero sí con Lay. Se estaba vengando justo como lo había sospechado. Y estaba tocando lo más preciado para él. Nada le importaba más que tener a __________________ con él ahora mismo. Sentía tanta impotencia por dentro. Le había prometido que a su lado nada llegaría a pasarle, aunque sabía que iba a ser difícil se había propuesto cumplir esa promesa hasta que el destino lo quisiera, o mejor dicho… hasta que ella de algún modo dejara de quererlo si es que eso llegaba a suceder, pues él jamás lo dejaría de hacer. Una promesa que cumpliría así fuera lo último que tuviera que hacer.
___________________, su _________________... no podía ser secuestrada por nadie más que no fuera él.