Epilogue

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Hoseok despertó sintiendo cómo unos pequeños besos eran dejados con delicadeza sobre su espalda desnuda, subiendo de apoco a su nuca y luego llegando hasta su cuello, provocándole una pequeña risa debido a las cosquillas.

Abrió los ojos lentamente, una sonrisa adornando sus labios y un sentimiento de tranquilidad y felicidad en su corazón.

—Buenos días —saludó con la voz ronca al chico de cabello negro responsable de las caricias.

—Buenos días, bebé —respondió Yoongi mientras continuaba esparciendo piquitos por el cuello, hombro y mandíbula del menor—. ¿Dormiste bien? —preguntó, sus labios aun rozando la piel descubierta del otro.

—Claro que sí —Hoseok sonrió aún más de ser posible, con una expresión enamoradiza en su rostro.

Y es que no había cosa que le gustara más que despertar junto al hombre que más amaba en su vida.

Amaba tanto despertar junto a Yoongi.

Quiso girarse para darle un beso de buenos días a su hermoso novio, sin embargo Yoongi afianzó más el agarre en su cintura, gruñendo juguetonamente, sin querer que su precioso Hoseok se separara ni un poco de él, que rompiera esa posición tan ideal.

Hoseok rio entre dientes, sin sorprenderse mucho por la actitud infantil de su pareja, y permaneció en su lugar.

Sintió la sonrisa triunfante del pelinegro contra su cuello, antes de sentir cómo otro beso era dejado en la zona. Un pequeño cosquilleo lo recorrió cuando sintió las frías manos de Yoongi acariciar su estómago desnudo por debajo de la sábana, subiendo y bajando por todo su abdomen con suavidad.

Hoseok se acurrucó más contra el cuerpo tibio de su pareja, disfrutando por completo de ese pequeño momento. Disfrutando el sentir la respiración del mayor contra su nuca y el subir y bajar de su pecho. Disfrutando de la forma en que los pares de piernas de ambos se mantenían unidos lindamente, y de cómo sus cuerpos se acoplaban perfectamente el uno con el otro, como si ese fuera el lugar en el que debían estar.

—¿Qué quieres hacer hoy? Lo que quieras —preguntó el mayor, dejando que su mano recorriera libremente el pecho de Hoseok, para luego bajar hasta las piernas descubiertas del mismo y repetir el mismo trayecto una y otra vez.

El menor de cabello negro suspiró, encantado por las caricias que Yoongi repartía por su cuerpo.

Amaba que Yoongi lo acariciara.

—Quiero quedarme aquí contigo —contestó seguro, mientras Yoongi sonreía y dejaba salir un sonido de afirmación de su garganta, completamente feliz con la idea—, para siempre —agregó Hoseok, ahora con un tono más juguetón, provocándole ternura al mayor.

—No levantarme de la cama ha sido mi sueño desde los doce años.

Hoseok rio, fascinado porque Yoongi siempre parecía tener algo que decir para complementar sus ideas. Y lo mejor es que casi siempre era anécdotas sumamente graciosas.

Amaba que Yoongi lo hiciera tan feliz.

Intentó girarse una vez más, pero otro gruñido de queja por parte del más bajo, acompañado por más agarre en su cintura (sin lastimarlo, obviamente), volvió a impedírselo.

—Ya, Yoongi —pidió divertido—. Déjame darte un besito —dijo, volteando su cabeza y haciendo una pequeña trompita con sus labios en dirección al mayor—. Quiero mi besito.

Yoongi sonrió conmovido por la conducta de su novio, de inmediato complaciendo sus deseos y acercando su rostro al del menor para dejar un pequeño beso, tierno y lleno de amor, sobre los suaves labios de Hoseok.

Sweeter Than Sweet   «YoonSeok»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora