No tears in the club

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La música estaba tan fuerte que sentía todo temblar. Las luces parpadeaban tanto que creí que en cualquier momento alguien sufriría un ataque epiléptico. El lugar desprendía tanto olor a hombre alcoholizado, lascivo y desesperado que creí que en cualquier instante me asfixiaría y tendrían que recoger mi cuerpo inconsciente para dejarlo tirado en quíensabedónde, vulnerable y abandonado.

Y a pesar de que yo veía el ir a ese lugar más como una molestia que como una "noche de diversión", eso parecía ser muy distinto a lo que pensaban todos esos hombres y chicos jóvenes que se formaban afuera del club.

Las luces de neón brillaban con mucha intensidad, las palabras "Sweeter Than Sweet" formándose gracias a las mismas.

Eran casi tan brillantes como la luz de alerta que titilaba en mi cerebro sin cesar, diciéndome que no debía estar ahí, que no era correcto, que yo era un hombre comprometido y que jamás debí haber cedido ante la idea de Jimin para una "despedida de soltero".

No estaba bien ante mi moral, para nada.

Un club de strippers era justo lo que me temía cuando acepté la oferta.

Mi madre me dijo que me cuidara de las tentaciones de la ciudad. Ay, diosito ¿por qué nunca escucho?

Sabía muy bien que en parte era culpa mía por aceptar, ¡pero ese niño tonto sabe muy bien lo persuasivo que es y lo débil que soy yo! El maldito tiene algo que simplemente me hace decir que sí a casi todo.

Imbécil Jimin.

—Hobi, no pongas esa cara, ¡si le das una oportunidad, la vas a pasar muy bien! —rogó Jimin con un puchero, zarandeando mi brazo mientras lo ignoraba— Diviértete un poco, ¡es tu despedida de soltero! —alzó sus brazos en el aire con emoción, ahora con una gran sonrisa en su rostro.

Sonrisa que desapareció al notar mi gesto disconforme.

—Te dije que no quería nada descontrolado —recordé con fastidio en mi voz— ¡y tú me trajiste a un puto club nudista gay! ¡Voy a casarme, Jimin! —bufé con molestia, negando con la cabeza.

—No es nudista... son sólo bailarines —dijo en un tono más bajo, apenas audible gracias a la música.

Oh por...

—¿Sabes qué? Diviértete tú si quieres —dije mientras me separaba de la pared en la que había estado recostado en una de las esquinas de club, dispuesto a irme.

No pude dar ni tres pasos cuando sentí el agarre de Jimin en mi brazo, reteniéndome como un ancla.

—¡No te vayas, hyung, por favoooor! —lloriqueó como un bebé, lo suficientemente alto como para que algunas personas voltearan su cabeza en nuestra dirección— ¡No va a ser divertido sin ti! ¡Además te necesito para que me lleves a casa después!

—Déjalo, Jimin —gruñí, aplicando más fuerza para intentar soltarme de su agarre, sin obtener grandes resultados.

Era pequeño, pero bien fuerte el desgraciado.

—¡Al menos quédate un rato, por favor! —suplicó— ¡Te prometo que no será tan terrible como piensas! ¡A Namjoon hyung no le molestó que viniéramos, ¿por qué a ti sí?!

Me mantuve en silencio unos segundos, realmente considerando si quedarme o no. Poco a poco dejé de aplicar fuerza y Jimin pudo enderezarse, su agarre aflojándose sobre mi chaqueta de mezclilla.

No me gustan los clubes. No me gusta el alcohol. Y definitivamente estoy en contra de cualquier traición a mi compromiso con Nam, pero... ¿estaría muy mal si me quedara unos minutos? De todas formas, Jimin tenía razón: a Nam no le molestó la idea, ya que él también quería salir con sus amigos, y Jimin (incluso siendo el gran tonto que es) seguramente sólo había planeado esta noche con intenciones de que yo me relajara un poco después de toda la presión que había tenido estos días por los planes de la boda.

Sweeter Than Sweet   «YoonSeok»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora