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"La conformidad es la carcelera de la libertad y la enemiga del crecimiento"


  Otoño de 1839 siglo XlX Londres


Las hojas de los grandes árboles se abren paso a una nueva etapa, caen una sobre otra, amarilla, naranjada, roja son las danzas que muentran cada una para finalmente dar en él suelo. Ahora, dejémos que la fuerte brisa nos lleve hacia aquella ventana a unos cuantos metros de nosotros, podemos ver a 4 lindas mujercitas, Gardienne la hija mayor, Priya la segunda hija, Rosalya la tercera y la más pequeña de las cuatro, Violeta.  ¿De que estarán hablando esas jovencitas?

- ¿Oye Rosalya? - Habló con su usual timidez la pequeña Violeta - ¿Es verdad que nuestro primo a venido a pedir una de nuestras manos? ...

Dejé de picar la cebolla es ese instante ... ¿Eso es verdad? Miré a mis hermanas.

- Eso dijo Melody - Se refirió a nuestra sirvienta tan comunicativa - Le encargué que se mantuviera atenta a todo lo que digan.

- Oww ... - Contestó desanimada, Priya le a sobado la espalda reconfortándola.

- ¡No tengas miedo! Todo estará bien - Nos mandó una sonrisa a las tres.

- Pues ... - Continuó Rosalya con la cabeza gacha entre el arroz. - Lo lamento mucho, hermanas ... pero, si papá piensa dar mi mano, me fugaré.

- ¿Lo dices por Leigh? ... - Pregunté limpiandome las manos en el mandil, mi hermana asintió. - Tranquila ... eso no pasará, seguro y si hablas con papá-

- ¡No! - Me interrumpió gritandome, se a llevado las manos a la cara - Papá nunca dejaría que una de sus hijas se casé con un costurero ...

- Rosa ... - Musitó Violeta.

- Yo también estoy algo preocupada ... - Llamó nuestra atención Priya - No soportaría que mi padre diera mi mano en matrimonio ... me arruinaría la vida - Mi hermana se lamentó dejándose caer en una silla.

- ¡Hermanas! - grité haciéndolas reaccionar - No creo que nuestros primos quieran tenernos por esposas, ellos saben de antemano que a ti te gusta el costurero, a ti Sucrette, la panadera - Les señalé - Yo ... soy la mayor, así que lo más probable es que nuestro padre de mi mano primero que alguna de ustedes.

De pronto la puerta de la cocina se a abierto haciendo un escandalo, Melody a aparecido con las faldas echas bolas.

- Señorita Gardienne, le habla su padre - Avisó alterada, todas nos hemos mirado con angustia, solo pude asentir quitándome el mandil. Salí acomodandome los rizos sobre los hombros.

- ¿Quien es? - pregunté tras Melody.

- ¿De verdad ... quiere saberlo? - Pasé saliva.

- No

- ¿Segur-

- ¡Callate! - Esta sumisa asintió dándome paso hacia la puerta de la sala de invitados, con torpeza a abierto la puerta ante mi cubriendome el rostro de una luz cegadora, bajé los escalones con delicadeza deslizandome con coquetería. Padre se a puesto de pie al igual que nuestros invitados. Con rapidez e ido a saludarles con ciertas reverencias. - Sir Arnaud ... Sir Armin

Armin, mi primo un año mayor que yo, tomó de mi mano para colocar un suave beso en mis dedos, sutilmente se a acercado a mi oído y me a susurrado dulcemente " Te dije que vendría por ti" Conmocionada me ido a parar a lado de mi padre.

- Gardienne ... - Habló papá dejando su taza de té en la mesa - Tu tío Arnaud y tu primo han venido a hacerme una excelente propuesta - Le miré asustada, aunque sé a que se refiere.

- ¿Y cuál es esa propuesta, padre? - Pregunté tratando de evitar no temblar.

- Tú y tu primo Armin van a casarse dentro de tres días, ya está todo organizado, ustedes se casarán, se harán cargo de ambos negocios y crearán una enorme familia- Toda esa información llego a mi como balde de agua fría. ¿Es verdad o lo estoy soñando? Miré sin creerlo a los presentes, pero ninguno parece no bromear. Asentí aceptando.

LA MALDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora