Capítulo 1: La Segunda Banda

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No podía creer lo que estaba enfrente de mí. La luz me dejaba un poco ciego, pero no tanto como para apreciar el paisaje: un gran valle, con un pasto verde al movimiento de la brisa, tan cómoda y dulce; pinos con más de 100 metros de altura, con raíces fuera de su lugar, y un cielo con pocas nubes que parecía salido de película. El paisaje me parecía bastante familiar, pero no podía recordarlo. Al entrar al gran valle sentí como el pasto abrazaba mis zapatos; parecía tan cómodo que decidí quitármelos para sentirlo. Solo duraron 10 segundos hasta oír un sonido extraño cerca de unos arbustos, pero no era una voz, si no el sonido de un bajo, tan familiar...

-¡Hola compañero!-. Dijo una voz atrás de mí.

-¿Qué? ¿Tienes miedo? No te preocupes, no muerdo ni nada por el estilo-. Señaló de nuevo la voz.

Al voltearme, se me vino el alma a los pies. Atrás de mí estaba Frank, pero algo no le cuadraba, ya que sus ojos café
habían desaparecido, y remplazados por unos azules. Su piel era color durazno, su pelo era café claro, pero bien peinado; y su ropa (que utilizaba frecuentemente, al estilo "satánica") se veía como una persona más formal, con una camisa de manga larga de botones rayada, y unos jeans azul cielo.

-Lo siento por ser descortés-. Exclamó mientras me ofrecía la mano, -Me llamó Frenk-.

"Espera un momento", pensé. "¿Frenk?" Si, era Frank, pero era intercambiando la "a" por "e".

-¿Que encontraste Frenk?- , dijo otra voz atrás de mí.

Al voltear, encontré a Carl, pero el sí que había cambiado. Su piel era igual, de color oscuro, pero con algo interesante arriba de su cabeza: cabello. Era más flaco, ya que pesaba lo doble que yo. Sus ojos tenían pupilas (siempre habían estado blancos desde que un fantasma entró a su cuerpo por culpa de una noche de bandas, donde asesinaron a sus antiguos amigos).

-¿C... Carl?- le pregunté, un poco temeroso

-Creo que te confundes-, me corrigió -Me llamo Cal-.

De nuevo: el mismo nombre, pero sin la "r".

-Y creo que ya conocerás a la pequeña Sophie-, me preguntó Frenk.

"Espera un momento", pensé "¿si todos los nombres están cambiados, por qué el de Sophie no?"

Y, como esperaba, Sophie salió de por atrás de Cal. Ella no había cambiado en nada: mismo cabello güero, mismos ojos azules, pero con una ropa más desordenada.

-Creo que no te recibimos correctamente-, dijo Frenk. -Nosotros nos llamamos Rockart; la mejor banda de Scriptoco, y la que tocará para el rey en 3 días-.

-¿No quisieras unirte a nosotros?-, pregunto Cal, -nuestro vocalista desapareció, y no tenemos a nadie con quien presentarnos para el concierto-.

-Además-, continuó Frenk, -te pareces mucho a él. ¿Cómo te llamas?-

-Zack Tree, pero pueden llamarme solo Zack-.

-Entonces, no perdamos más tiempo. ¡Vamos a dirigirnos al castillo!-.

Y de esa manera, emprendimos nuestro viaje al nuevo mundo que estaba a punto de conocer.

-¿Oye Frenk, te acuerdas por donde estaba el castillo?-, pregunto Cal.

Frenk se quedó putrefacto; al parecer, había olvidado el camino que debíamos seguir para llegar al castillo, y de mala sorpresa, no había traído el mapa.

-Bueno, pues a improvisar-.

Y de nuevo emprendimos el trayecto (un poco más largo que al que pensaba) hacia lo hermoso... y desconocido.

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