Capítulo I

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Faltaba poco más de diez minutos para que su reloj marcara las cuatro y media de la tarde. Jongdae tomó camino junto a su Mercedes* color negro azabache, el mismo que era de sus favoritos, y se reposó tranquilo sobre una de sus puertas, sacó un cigarrillo y se quedó con este anclado en la mano derecha, en modo pensativo. Era de tarde pero el clima era fresco a causa de que se encontraban próximos al muelle, se había maldecido internamente por sólo llevar aquella camisa blanca como resguardo del frío, porque ahora no dejaba de temblar. Sin embargo, se dio cuenta más pronto que tarde de que tal reacción no era producto de inconstante clima, sino de sus propios nervios.Él jamás le había hecho daño a nadie que no se lo mereciera y en su interior intentaba convencerse de que aquel sujeto no podría ser ser la mano de derecha de Taewoo siendo una buena persona, no, definitivamente no habría sobrevivido siendo un angelito. 

Sacó un encendedor y acto seguido le dio lumbre poniendo un escudo de viento con su mano.

Estaban frente al cementerio de Pohang en una zona con pocas casas que lucían deshabitadas y silenciosas. En las calles no había nadie más que él mismo y algunos de sus hombres que se encontraban en las otras salidas para evitar que su presa se escapara. Era el mejor lugar para llevar a cabo su plan.

—Jefe —se anunció Park Chanyeol, uno de sus hombres de confianza, el mejor de su equipo de seguridad —Hani y Sehun están en el ala norte del cementerio.

—Perfecto —respondió expulsando el humo de sus pulmones, seguidamente arrojó la colilla a medio terminar al suelo y la aplastó con seguridad —Ya conocen mis ordenes. No quiero que llamen la atención de nadie. Será un trabajo rápido y silencioso.

—S-sí, jefe —remarcó Chanyeol mordiéndose el labio inferior y asintiendo enérgicamente.

—¿Pasa algo, Pumpkin?* —indagó Jongdae con ojos entrecerrados y poniéndose erguido sobre sus zapatos.

Jongdae tenía un don para analizar a la gente, pero creía que era aún más fácil leer a Chanyeol, debido a que éste había estado con él por un largo tiempo y lo conocía tanto como era posible. Podría incluso decirse que eran algo parecido a los amigos. 

—No, no —negó Chanyeol vehemente y se removió a sí mismo bajo su escrutinio —¿Por qué preguntas?

—Intuición —lo observó fijamente y el otro no tardó en vacilar. 

—No sucede nada —respondió Chanyeol  —Es que... ¿Crees que sea justo meternos con este chico? El no ha hecho nada y...

Jongdae descansó su fría expresión en una más reconfortarle. Una vez más el frágil corazón de su hombre volvía a interponerse en su trabajo. Algo que por cierto no tenía buena espina.

—Ya veo... —asintió.

Sin rodeos Jongdae sacó su pistola y la posicionó en la yugular de Chanyeol echándose sobre él, al menor le habría dolido el impacto sobre la fría camioneta pero se negaba a retorcerse. Había notado cómo el pulso de Jongdae era firme y su respiración lucía calmada mientras iba apretando dolorosamente el cañón sobre la piel de éste.  Había ira en sus ojos, y Chanyeol por primera vez lo desconoció, no sabía de que podría ser capaz cuando sus ojos lucían tan idos y oscuros.

— ¿Estás dudando? ¿A caso has olvidado todo el daño que Taewoo nos ha causado? ¿De que lado estás Chanyeol?  —gritó Jongdae presionando aún más el arma en la piel de Chanyeol.

—Del tuyo por su puesto, hombre —apretó sus dientes —Lo siento.

—Señor —interrumpió Sehun, quien era otro de sus trabajadores en el área de seguridad. Observando la escena casi de película se aclaró la garganta y continuó al ver separarse a Jongdae de su empleado —Ya es casi la hora. El muchacho tendría que salir en cinco minutos.

Exigence (ChenMin) SAGA SENSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora