Capítulo 2

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Mientras los fuertes rayos solares golpeaban contra la piel blancusca de Minseok tornándola caliente, el agua a sus pies se sentía perfectamente fría mientras los movía en forma circular, haciendo de ello el contraste ideal. Se sentía tan feliz de poder estar pasando finalmente tiempo con él, ya que últimamente lo sobrepasaba el miedo de olvidarse de su rostro, habían pasado meses desde la última vez.

—Bien, es el momento —dijo el mayor acomodándose a su lado en la punta del muelle —No te preocupes por la profundidad, aquí estaré.

—Aaah —se quejó Minseok haciendo pucheros —¿No podríamos quedarnos a disfrutar de esta hermosa vista un momento más?

—No, Minseok. Debes aprender a nadar o de lo contrario no podrás ayudarme en el mercado.

Minseok tenía doce años pero era consciente de que debía ayudar a Ryeowook o el dinero no alcanzaría para pagar el arriendo de la casa y las medicinas de la abuela. La pobre había trabajado toda su vida en el taller de costura y era necesario que ahora sus dos nietos hombres la cuidaran si quería recuperarse de la operación de cadera tal como lo indicó el doctor. Aunque para ser honestos, quien más había insistido en ayudar era Minseok ya que a Ryeowook no le hacía gracia que su hermanito descuidara sus estudios por tener un trabajo de medio tiempo. Pero alguien debía ayudarlo con los señuelos*. 

El mayor se desprendió de su playera de The Clash* y se sumergió en las heladas agua de un chapuzón, Minseok rió al verlo salir de la profundidad gritando como un monstruo marino, justo como cuando eran dos pequeños niños.

—¿Y, qué tal está el agua? —dudó Minseok con una sonrisa en labios, al mismo tiempo que miraba a su hermano moverse.

—E-e-está perfecta —Ryeowook tembló de manera exagerada.

—¡Eres un mentiroso! —rápidamente el más pequeño se puso de pie para correr hasta un lugar más seguro, que le permitiera no sentir que sería arrojado al agua en cualquier momento. 

Sin embargo, Ryeowook fue más veloz subiéndose a la tabla del muelle y corriendo tras él. Minseok reía pero en el fondo sólo se percibía el pánico que le causaba la situación, el odiaba el océano porque era el mismo que se había llevado a sus padres tres años atrás, no deseaba estar ahí pese a idea de que ya se le pasaría y que no había tal problema. Su ropa se había vuelto húmeda y fría cuando sintió los brazos de su hermano rodearle con cierta fuerza, había olor a marea y de repente ya no era más gracioso.

—Ya ya, basta —pidió entre risas, más nerviosas que otra cosa, pero aún sentía la presión de su hermano por querer arrojarlo al agua —Ya basta, ¡Basta Ryeowook!

Cuando lo notó los brazos ya no estaban allí y al voltear estaba sólo. No había más que neblina a su alrededor. 

—¿Ryeowook? —llamó Minseok pero sólo escuchó su eco en respuesta.

Lo peor sucedió cuando las tablas a su pies comenzaron a desmoronarse y no hubo más que caer a la fría agua. 

Sus pulmones colapsaron llenos de líquido salado, y sus ojos comenzaron a arder como quemados por el mismo sol mientras veía por debajo del agua la figura de esa persona acercarse a él.

—¡Despierta! 

Minseok se sacudió de sobresalto cuando percibió su rostro y pecho mojados, comenzó a abrir los ojos con lentitud en tanto las imágenes difuminadas comenzaban a aparecer. Eran dos personas, aparentemente hombres con máscaras blancas, que lo observaban de frente. Quiso escapar pero entonces observó el grillete en su mano, estaba atado al respaldo de la vieja cama donde se encontraba recostado. Para su sorpresa también sus pies estaban atados con una soga gruesa al la cama.

Exigence (ChenMin) SAGA SENSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora