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Mi vista solo se centraba en un par de zapatos muy viejos y sucios que estaban situados a un lado de mi armario, creo que debería hacerle caso a mi madre y de una buena vez tirarlos, mientras más pasaban los segundos sentía como mis ojos se volvían a cerrar hasta que escuché el grito de mi madre desde la planta de abajo

-¡Hayley es la tercera vez que te llamo, levántate o llegarás tarde a tu primer día!- Esto hizo que mi rutina mañanera de mirar objetos al despertar mientras tenía una lucha interna de sí levantarme o seguir durmiendo llegará a su fin, por lo que me levanté de mi adorada cama con mucho trabajo

Como cada mañana, lo primero que hice fue tomar una ducha para poder despertar por completo, al salir decidí vestirme con algo cómodo pero lindo.
Al bajar las escaleras mi madre ya me esperaba para desayunar conmigo, ya que ella se iría a su trabajo, me dió esa rápida charla del primer día de clases y al finalizar con un par de lágrimas por parte de mi madre, me dirigí a cepillarme los dientes, antes de irme mi mamá se despidió de mi con un beso en la mejilla y me deseo suerte como desde pequeña solía hacerlo.

Al llegar a la escuela fui con mis mejores amigas, Eli y Sally, Fuimos a nuestras aulas y tomamos asiento a esperar que la clase comience.
Pasaron un par de clases y por fin dió la hora del almuerzo.

-Chicas, ustedes vayan sin mi, yo iré a leer un rato -Les dije a mis amigas con una sonrisa en el rostro

-Si, no te preocupes Haly -Dijeron las dos de la misma forma que yo a ellas

Me dirigí al patio trasero del colegio y me sente debajo de un gran árbol que había en este, mismo en el que siempre iba a leer, esta vez estaba leyendo por tercera vez mi libro favorito cuando de pronto sentí una gran silueta frente a mi así que levante la mirada y me lleve una gran pero amarga sorpresa, sólo lo vi unos instantes pero volver a verlo fue una de las cosas mas odiosas y desafortunadas que eh vivido en mis cortos casi diesisiete años.

Cuando lo vi, eh de admitir que casi no lo reconocí, pues fueron dos largos años los cuales no lo había visto, pero pude reconocerlo casi al instante cuando me dijo "Hey! Tú, Enana", seguido de esto me arrebató mi libro y lo arrojó a la fuente de la escuela.

Bueni, aquí esta el primer capítulo, espero sea de su agrado, cualquier crítica constructiva será bien recibida

VD

Hey! Tu, Enana Una Historia Sin Notas (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora