3

1.8K 82 2
                                    

Estaba frente al espejo quitándome ese polvo negro de dudosa procedencia que Tyler me arrojó como bienvenida, afortunadamente ya estaba llegando muy tarde a la escuela por lo que solo estábamos él y yo, pero eso no quita el hecho que siga muy molesta, ya llevo aproximadamente minutos tratando de quitármelo pero es casi imposible de sacarlo

Después de otros 10 minutos más, pude sacarlo casi por completo, parecía como si tuviera mugre pero da igual, llegando a casa tomaria una ducha.
Salí de los sanitarios pero espere a que comenzará mi otra clase, ya había perdido más de media clase gracias al chiste de dicho chico. Cuando dió la hora, vi a mis amigas por lo que fui a saludarlas

-¡Buen día!-Dijo Sally sonriente

-¿Qué tienen de buenos?-Contesté

-Uy, ¿Esa es la forma en la que recibes a tus mejores amigas?-Contestó Sally un poco indignada

-Lo siento Sally, solo que ese chico logra sacarme de mis casillas-

-¿Segura que no te gusta Hayley?-Pregunto Eli en tono burlón

-¿Ven esto?-Les pregunté tocándome la parte donde no había podido quitarme por completo la mancha-¿Creen que me gustaría alguien que solo se la vive molestandome?

-Ya dejemos el tema a un lado, no falta mucho para que toquen el timbre, comamos algo rápido, así se le quitara un poco ese mal humor a Haly -Dijo Sally


Comimos lo que pudimos y nos dirigimos a nuestra siguiente clase, no hicimos nada en especial, solo que al pasar un par de horas, Sally y yo nos percatamos de algo un tanto inusual, Tyler durante toda la clase de ciencias se miraba al espejo, no puedo creer que gan vanidoso era, tragandome todo mi orgullo he de admitir que Tyler no es feo pero bueno, no esta mal guardar la vanidad por un rato


Nos dimos cuenta porque estábamos en las bancas que están detrás de la suya, y cuando lo hacia solo reíamos bajo para que el profesor no nos llame la atención.

Al terminar las clases me despedí de mis amigas y me fui a mi casa, al anochecer, no se cual fue la razón, pero de nueva manera tomé un lapicero, una pequeña hoja, y le volví a escribir todo lo que sucedió hoy, lo peor de todo es que van ya unas cuantas notas que he escrito, sólo espero que esto no se vuelva rutina.

Cuando termine de escribir, la doble y la deje en mi mesita de noche donde tenía todas las demás, deguido de esto me acomodé en mi casa y caí en un profundo sueño.

Hey! Tu, Enana Una Historia Sin Notas (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora