just u ➳ jungwoo

[002]

[🌻]

ocho años y medio~

— Doctora, ¿me puede decir que tengo? — colocó el estetoscopio en el torso desnudo del menor — ¡Está frío! — la habitación se inundó de las carcajadas y gritos de los pequeños.

— ¡Eres una nenita!

— Claro que no — se quejó y un tierno puchero se formó en sus labios. La pelinegra frunció los labios pensativa.

— Creo que necesitas una inyección — Jungwoo pegó un chillido en cuanto escuchó la demanda de su amiga removiéndose de la camilla para salir huyendo, sin embargo, Dani fue más rápida y lo sostuvo con fuerza con la jeringa sin aguja entre sus dedos — No llores bebé Jungwoo.

— ¡Ayuda! — Dani entre risas bajó ligeramente el pantalón de Jungwoo dejando a la vista su blanquecina nalguita.

— ¡Tienes pompis de bebé! — se echó a reír empujando con fuerza la jeringa en el trasero de Jungwoo.

— ¡Ahh!¡Duele, duele!

— ¡No tiene aguja, bobo!

— ¡Pero es que tu me quieres atravesar todo el trasero!

Al poco tiempo Dani y Jungwoo se aburrieron de jugar al doctor, puesto que el castaño era un muy mal paciente y la pelinegra una muy mala doctora.

El niño de bonita sonrisa trajo crayones de su casa y pidió unas cuantas hojas en recepción, ahora ambos niños dibujaban felizmente.

— Mira Jungwoo, hice el snoopy que tanto te gusta. — abrió su boca sorprendido y luego sonrió. Dio un par de besitos en la mejilla de Dani y abrazó con fuerza el dibujo.

— ¡Es precioso! — sin duda sería algo que atesoraría el resto de su vida.

Jungwoo tímidamente sacó su dibujo y los ojitos de Dani se iluminaron.

Sus trazos se unían a la perfección, a pesar de su corta edad Jungwoo dibujaba muy bonito. Las líneas formaron el rostro de Dani.

— Las estrellas en tu rostro son tus lunares — habló con orgullo — Son tan bonitos que me recuerdan al cielo cuando es de noche y las estrellitas brillan sin parar — Jungwoo tomó una bocanada de aire y señaló su dibujo — Tu rostro es como un cielo, tú eres mi cielo Dani.

Dani curvó su boca en una sonrisa y sus ojitos no tardaron en cerrarse mostrando sus dientecillos blanquecinos. Jungwoo comparó en su mente a Dani con una princesa, sin duda alguna su mejor amiga era muchísimo más bella que una princesa.

El doctor papá de Jungwoo entró a la habitación captando la atención de los niños.

— Bueno — alargó — Vengo por Dani, es hora de los análisis preciosa — el pequeño castaño frunció el entrecejo viendo como su amiga se colocaba de pie.

— Yo igual estoy enfermo — corrió a su lado y tomó la mano de su amiga. El doctor lo miró con una sonrisa divertida — Me duele aquí— señaló el costado de su torso, justamente en las costillas.

Ante las súplicas de Jungwoo el doctor no pudo evitar negarle al menor ir con ellos. En ningún momento soltó la mano de su amiga. Cuando el doctor escuchó los latidos de su corazón, Jungwoo quiso hacer lo mismo.

Dani sentía su mano sudar e intentó soltarse de su agarre para así limpiar su palma, no obstante Jungwoo se negó sin parar entrelazando nuevamente sus dedos.