IV. Soy una ofrenda mas para ti.

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Caricia tras caricia el contacto se volvió hasta una necesidad, aparte de que fuera tal como una cura. Jungwoo ansiaba la cercanía de Doyoung y tras la grave agresión que había sufrido, estar envuelto en sus brazos era lo mejor que podía pasarle.

-No te preocupes Doyoung. No es la primera vez que pasa, me recuperaré.

Jugueteaba JungWoo con el cabello del otro y a pesar de querer hacerle caso y calmarse, era inevitable para Doyoung dado el estado en que se encontraba. Pasaba sus dedos con delicadeza por sus labios manchados de líquido vital.

Sus labios de JungWoo manchados de sangre fueron ciertamente una debilidad jamás antes imaginada.

-¿Quieres quitarme las manchas?

Pregunta la deidad del amor con un tono insinuante, divertido en parte y con una pizca de travesura. El otro lo miró como tratar de descifrar un idioma extraño y luego se retiró para regresar al instante con telas y posarlos en la boca de JungWoo para pulirla.

JungWoo sonrió y a pesar de que le causó mucha gracia, no podía con la inmensidad de amor que surgía ante el presunto dios de la guerra, temido y despiadado, que ahora no había logrado captar sus intenciones y en cambio lo trataba de forma caballerosa y tierna.

JungWoo después de todo es deidad del amor, erotismo y lujuria.

-Doyoung, gracias por cuidarme.

Se acercó en un abrir y cerrar de ojos para atrapar los labios de Doyoung con los suyos y a pesar de que le dolían ligeramente, la emoción le nublaba la mente y llenaba el alma.

Al fin, amaba. Besaba con real pasión y abrazaba a alguien con cariño.

Doyoung no esperaba tal acontecimiento, sin embargo no iba a apartar al otro, imaginó este momento desde que supo de su existencia.

Esto estaba predicho, su amor era un hecho.

Jungwoo aceleraba el ritmo de los movimientos, experto e implacable. Para esto nació, para amar y con mucha más elegancia y ardor porque era con la persona que soñaba.

Llevaba la batuta por la calma de parte de Doyoung.

-Dios de la guerra, te conocen por ser una fiera en las batallas y no tener compasión y ¿le temes al acto?

Claramente Doyoung se veía cauteloso y sumergido en sus pensamientos:

-No quiero hacerte daño, quiero hacer las cosas bien. Temo por estos sentimientos nuevos en mí y no sé cómo manejarlos. Te adoro JungWoo, podría lastimarte y no me lo perdonaría.

El antes mencionado se tapó el rostro por la pena, sus labios carmesí esbozaron un tímida sonrisa a pesar de que había optado un aura pícara y es que no esperaba en lo absoluto tales palabras.

-Eres la deidad del amor y ¿no soportas cuando alguien te declara sus sentimientos?

Dijo docilmente mientras le apartaba las manos y donarle un beso en la frente.

-Te deseo Doyoung, en cuerpo y alma, por favor aceptame.

El otro sintió fascinación por los dos lados de JungWoo: se apenaba por palabras de afecto pero poseía una atracción inmensa que te podía hechizar, sin duda efectos de ser deidad del erotismo.

Doyoung estaba en conflicto pero al igual que su amante, moría por unir su cuerpo al de JungWoo. Moría por probar esa piel y fundir sus perfumes corporales, descubrir el verdadero paraíso, la verdadera satisfacción.

-Guiame deidad del amor. Soy tuyo y puedes hacer conmigo lo que desees. Soy una ofrenda más para ti.

Las anteriores palabras le estaban dando permiso a JungWoo para manejar la situación.

Ares y Afrodita// NCT~ DoWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora