Les recuerdo que me pueden seguir en instagram como fiore-campo17 :)
Permanezco inmóvil, mis ojos fijos en la distancia observando el lugar por donde las camionetas se habían alejado, sus siluetas ahora nada más que un punto oscuro entre la niebla matutina.
Cualquier cosa para evitar mirar al Lobo asesinado detrás de mí.
Siento una mano nuevamente en mi hombro y me doy vuelta para encontrar a William allí. Mientras yo había estado observando el lugar donde Ryan había desaparecido, William me había estado observando a mí.
—Volverán pronto,—me asegura él, esa sonrisa amable todavía en su rostro. Parte de mí se pregunta cómo puede seguir sonriendo con el cadáver del Lobo yaciendo en el pasto detrás de nosotros.
La otra quisiera que sacara su mano de encima de mí.
Tanto Ryan como Sacha estaban conscientes de mi pequeña aversión a ser tocada. No que fuera una fobia o algo grave por el estilo, pero en mi vida de servidumbre no había estado precisamente acostumbrada al contacto cariñoso y cada vez que alguien ponía su mano sobre mí, no era para dispendiar una caricia, digamos. Ahora mismo, la mano de William me resultaba incomoda pero me muerdo los labios para evitar que esa incomodidad se muestre en mí. Ya era conocida como la pobre ignorante que se había convertido en Mate de Ryan por su desesperación para rescatar a su hermano, no quería agregar "fría" a la lista.
—Por supuesto,—asiento con lo que espero que sea una sonrisa convincente, tratando de darle ánimos a mi voz.
—Aunque debo decir que me sorprende...— William comienza a decir pero al ver mi rostro se detiene.
—¿Qué?—Me doy vuelta para enfrentarlo, mi mente rogándome que mire a mi derecha, al bulto gris a tan solo metros de mí, pero me refreno. William mira al lugar por donde desapareció Ryan y luego a mí. Está más cerca de lo que me gustaría, pero no puedo comportarme de cualquier manera ahora que Ryan no está aquí. Soy su Mate y debo de dar el ejemplo, no puedo mostrar debilidad.
William se encoge de hombros y, finalmente, me deja ir, su mano yendo hacia el bolsillo de su abrigo.—Me sorprende que te haya dejado aquí, si la situación era tan severa. ¿Acaso lo hace a menudo, irse para tratar con los asuntos de la manada y dejarte detrás?
La sonrisa se me congela en el rostro. ¿Acaso era tan obvio? Pero no podía dejar que William lo supiera, si no era por Ryan, aunque sea por mi orgullo.
—Confío en el juicio de Ryan,—era parte verdad y parte no. Confiaba, era cierto, pero desearía que me hubiera llevado y el hecho de que no lo hubiera hecho había dolido,— si Ryan dice que es lo mejor que me quede, entonces lo haré.
—Por supuesto,—asintió él, su comportamiento más formal ante mi respuesta y luego ríe,—no se puede desobedecer al jefe, no importa si uno quiera.
Su sonrisa es tranquila, pero sus palabras son extrañas. Estoy a punto de preguntarle que se refiere con ello cuando de repente mis ojos son llamados por el Bosque.
En el límite de árboles que separa al, ahora destruido, Instituto del resto de la propiedad, hay un punto de color que llama la atención.
Es una chica rubia, observándonos.
No, al verla mejor puedo ver que su mirada no está puesta en nosotros, en la forma inmóvil del Lobo gris. Y está llorando.
Puedo ver como se toma de un árbol para sostenerse, su otra mano presionada fuertemente contra su boca, tratando de no hacer sonido. No sé cómo ha hecho para llegar hasta aquí sin ser detectada, pero ha sido inteligente. Los guardias están muy preocupados con sus cosas para notarla allí, entre los árboles y el viento corre en contra, llevando nuestro aroma hasta ella en lugar de al revés, de forma que nosotros no podamos olerla. De hecho, si no hubiera sido porque conozco el lugar y porque me di vuelta en ese instante, seguramente no la hubiera visto. Permanezco observándola, mi corazón partiéndose por ella, cuando de repente su mirada se alza y se encuentra con la mía.
Sus ojos se abren, sorprendida y congelada en su lugar, terror llenando su expresión.
—¿Kristal?—William ha notado mi cambio y se está dando vuelta para ver que llamó mi atención.
No puedo dejar que la vea, la matará también.
Ese pensamiento veloz cobra certeza con cada momento que pasa. Es cierto, no pude salvar al lobo gris, pero tal vez la pueda ayudar a ella. Sea quien sea, parece conocerlo.
—¡William!—Lo jalo del brazo y él me mira sorprendido,— es solo que... uff— sonrío a manera de disculpa mientras intento pensar en algo que decir. Piensapiensapiensa— lo siento, es que yo... ehh... se me ha bajado el azúcar... ¡de repente! Con Ryan no desayunamos y pues me he mareado...— vuelvo a sonreír y dejo ir su brazo, pero William me toma de los codos, preocupado.
—¡No no, claro! Por supuesto, ¿quieres sentarte un momento?
Sus ojos amarillos se fijan en mí y me imagino lo que debe de estar pasando por su mente. Que si algo me sucede, Ryan lo culpara a él. No puedo culparlo por su preocupación, pero sirve a mi favor porque no encontró a la chica.
—No, estoy bien,—le aseguro—en cuanto coma algo estaré mejor.
—Absolutamente, ven te llevaré a mi manada. Te prepararemos lo mejor, te lo aseguro.
Le aseguré que cualquier cosa estaría bien y gustosamente me subí a su camioneta. William llamó a varios de sus hombres que nos acompañaron, uno incluso me abrochó el cinturón de seguridad. Yo les agradecí a todos y me disculpé, pero no miré hacia atrás. Esperaba que la chica tuviera el cerebro de alejarse ahora que podía.
Una vez acomodados, el vehículo arrancó. Ahora sí me permití una última mirada hacia la línea de árboles que separaba al Instituto del resto del Bosque, aquél lugar que conocía tan bien gracias a Jason.
Pero la chica ya no estaba.
Estoy en uno de esos momentos en lo que odio todo lo que escribo. Me critico la falta vocabulario (¿siempre repitiendo las mismas palabras??), la falta de imaginación, que a los personajes les falta desarrollo, etc Además no sé que hice, pero tenía este capítulo escrito y como una boluda lo BORRÉ y lo tuve que volver a escribir.
¿Ustedes como están?