Un segundo más

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Pie derecho, pie izquierdo, derecho, izquierdo, derecho, izquierdo...
Y así como el ruido de mis zapatos en el suelo, que resonaba en la estancia, en el corredor tan grande y vacío, así era el ruido de los latidos de mi corazón, que no podían cesar de intensidad hasta no acabaré a mi destinación.
Me duelen los pies, derecho, izquierdo, derecho, izquierdo... es un baile continuo, sin fin. Pero ¿cuanto he caminado?  No se. Pues horas, minutos, días, no recuerdo. Estoy borracha. No, no he tomado nada en absoluto. Y más ¿porque tengo esa sensación, como si tenía la necesidad de vomitar? ¿Porque voy a caminar inestable? Es todo una locura. Me miro a los manos y están sangrando, entonces me toco el abdomen y entiendo que algo no cuadra: probablemente tengo unas costillas rotas, casi me manca el respiro.
Caigo en el suelo y vomito, todo el poco que tenía en mi estómago, no he comido mucho en los últimos días. Apoyo mi cabeza al suelo, estás frío, y ahora mismo es todo lo que necesito: estar así y descansar. Siento mis fuerzas abandonarme cuando en el último espasmo el vomito deja de salir de mi boca y finalmente puedo cerrar los ojos. Me siento tan patética, ¿porque estoy aquí?  -¡Rayos!- digo impactando mi puño con el suelo.
Mis ojos se queman, eso duele, como el dolor de cabeza que no me deja. Mi pelo rubio estás todo mojado, como mi camisa ligera blanca, por completo adjunto a la piel de mi frente y de mi pecho, quizás tengo la fever. Mi respiración es aún más agitada y fatigosa cuando siento unos pasos acercándose.
Tum, tum, tum...
Abro mis esmeraldas y trato de levantarme con mi mano izquierda, pero no puedo. Un grito de dolor sale de mi garganta, viendo que mi hombro estaba mal herido. Quizás fue una pistola.
Tum, tum, tum...
Empiezo a gatear en el suelo, la vista de los ojos empieza a oscurecerse, quiero gritar, pero ya se que ningún me escuchará.
Tum, tum...
Y todo silencio.
El ruido de un click.
Algo que se abre.
Y de nuevo silencio.
Una risa. Claramente no es la mía.
Empiezo a tremolar. La vista se oscureció completamente. Solo espero.
Unas manos me levantan de el suelo, por mi camisa que ya no es más blanca, pero marrón y rojo. Mis piernas tremolan, no por el miedo, solo por mi debilidad.
Ponerte de pie, Tenou, si puedes.- dice el hombre en frente de mi con un tono de voz muy divertido.
Me quitó el aire. Me golpea en el estómago y luego en mi pierna y mi rostro, y cayo al suelo. Un poco de sangre sale de mi nariz.
Él solo ríe.
Tengo que vomitar.
Pero él en vez me levanta de nuevo y trata de golpearme; -jajaja, sabía que tu era toda una broma. Ellos eligieron mal, tu no lo mereces, ¡ni siquiera sabes defender a ti misma!- pero mientras lo intenta, en un momento de lucidez, mis ojos captan el movimiento de su brazo y de su puño derecho que estás por llegar a mi mejilla, no puedo permitirlo.
Todo es como una cámara lenta; mis ojos se iluminan de un brillo y entonces bloqueo su puño en el mío.
Él solo me mira sorprendido.
Yo sonrío, me siento más fuerte que nunca.
Ya que hago llegar mi pierna derecha entre las suyas piernas, me doy vuelta, agarro con dos manos la suya y pongo su hombro en el mío. Entonces empuje adelante, todo en un movimiento rapidísimo, tan rápido que ni siquiera él pudo detenerme.
Cayó en el suelo, mientras mis ojos apagados  y la sensación de debilidad regresan. Empiezo a correr. Más fuerte que puedo. Tiene que existir una salida. -¡Maldita sea!- digo batiendo contra  algo dura. -¡Rayos!- estoy mucho enojada.
Me duele la cabeza.
Tum, tum, tum...
No lo puedo creer, ¡¿de nuevo?! ¿Quien es?
Espero que el sujeto se acerque de más para golpearlo como antes. Esa vez pero el sujeto no tiene el mismo paso de aquello temprano. Es un paso más ligero, más... delicado...
Me estremezco cuando siento unos delicados brazos rodearme de la cintura y atraerme hacia sí misma. Es una mujer.
No puedo mirarla porque mi vista no funciona, pero siento que es alguien que ya conozco.
No puedo evitar de tratar de salir del abrazo. No me gusta ser tocada.
Sssh, soy yo.- siento como un delicado respiro me cosquillea la oreja, y un par de calientes y suaves labios me acarician el cuello.
Siento una descarga de placer y un ya conocido calor calentar mi abdomen inferior.
Suspiro y trato de calmarme.
Me doy de vuelta.
Sus manos alrededor de mi cuello, las mías en su cintura. Su respiración cosquilleando la mía. Labios a unos centímetros de distancia, creo. Es una locura pensar de no poder besarla.
Y lo hago. La beso como nunca he hecho con una amante: primero tiernamente, aunque no duró mucho, sus labios eran llenos de deseo y necesidad. Mordisqueo sus labios y ella las abren para mi. Solo para mi. Cuanto me mancó el sabor de esos labios, esos pétalos de flores, era como si les hubiera ya probados, aunque no recuerdo nada de lo que pasó entre mi y esta mujer, siempre si pasó algo, claro.
Y más no puedo alejarme de esos labios ni de esa mujer tan atractiva.
El roce de nos labios se convierte en uno de lenguas, en un baile sin fin, tan apasionado.
Su lengua es tan caliente y fresca al mismo tiempo, se convierte en una dependencia.
Pero no puedo no sentir ese presentimiento. Como su algo más grave pasó entre nosotros, no podía explicarlo.
El beso terminó con un dulce tocar de labios, mi mano acariciando su nuca y su pelo ondulado, tan suave... no quiero pensar en malas cosas, no ahora.
De repente apoyo mi nariz contra su pelo y entonces la recuerdo. Recuerdo su olor jasmine. Nunca lo podía olvidar.
Decido de hablar, solo para ser interrumpida por un par de dedos.
Yo... no quería hacerlo. No quería lastimarte mi amor.- ahora su voz tiembla y me parece que estás llorando. -perdóname.- llora más. No lo puedo aguantar más y la empujo contra a mi pecho. No me gusta sentirla llorar.
Siento como sus manos se agarran al collar de mi camisa, llorando en este.
Sssh, no llores.- le dije acariciando su pelo. Y dejando un beso en este.
No creía que fueran capaces de hacerte eso, amor.- dice acariciando mi mejilla herida y mi labio medio sangrante. -¿y esto?- me toca el hombro mal herido. Yo no contesto. Ella solo sacude su cabeza.
¿Puedo decirte una cosa?- trato de decir con voz baja y cansada.
Silêncio.- me dice cerrando los ojos.
De nuevo unos pasos.
Esta vez eran más.
Ella se acerca a mi. -Recuerda,- se acerca más -cualquier cosa te digan que yo hubiera hecho,- un beso -que yo te he siempre amada.-
Sentencia la fin de nuestra discusión tomándome de una mano, introduciéndome en un lugar desconocido, aunque no podía decir más, ya que me había caído en un sueño profundo. Y por fin aparece una suave voz diciéndome algo. Trato de moverme, solo para ser detenida.
No te preocupes.- era ella, su voz. -Solo quédate aquí un segundo más.-
La contestación fue obvia. -Si, Michiru.-

Notas: ¡Yay! ¿Los he sorprendido con una nueva publicación? Espero que si. Esta es una fic diferente de las otras dos que empece y es toda mi invención, con el ayuda de mi cabeza. Sin decir más, ¡hasta luego! :3

No cabemos en este mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora