No puede ser el calor es impresionante, creo que hoy ha sido el día más caluroso, voy subiendo las escaleras y veo todo cerrado! Aún no abren el centro comercial! Que suerte la mía! O más bien la de mi hermano.
Pego mi cara a los vidrios de la puerta de acceso, rezando que pueda ver a alguien conocido, conozco este centro comercial desde bebé, mis padres tuvieron un local antes de su separación, es más creo que un motivo para divorciarse fué el cierre del local, pero tampoco es que me haya puesto a averiguar las razones del divorcio de ellos, no me interesaba abrir esa herida y meterle el dedo; estoy a punto de volverme una sola con el vidrio de tanto pegarme a él. Que suerte! Mi tío está al fondo del pasillo hablando por celular, le hago señas lo más que puedo y golpeó el vidrio, ojalá me pueda ver o escuchar, pero no! Está tan concentrado en lo que habla que ni me ve, de repente golpean el vidrio y yo salto de un susto!-A ver jovencita, que cree que hace?- exclama un vigilante del centro comercial, bastante viejo para ser vigilante, de seguro se mete un ladrón y el pobre viejito no alcanza a atraparlo.- retirese del vidrio, lo puede rayar, espere que abramos las puertas, solo son dos horas de espera- soltó una risa burlona.
-Señor por favor! Él señor que está allá es mi tío, pero está hablando por celular, si lo vé?- le señalo a través del vidrio.- por favor llamelo, es algo urgente de la familia.
-Si claro, y yo soy agente de la Dea!- su tono sarcástico era tan absurdo que ni rabia me dió, tenía que ser inteligente y si necesitaba que llamara a mi tío no podía pelear con él, lo contrario tenía que ganarlo de amigo-.
-Enserio señor agente- le sonreí e hice como si su chiste, fuera el mejor de todos, aparte que lo llamé agente, no sé por qué les gusta que los llamen así? Pero así le decía al vigilante de mi colegio cuando estudiaba allí y siempre conseguía que me dejara entrar una hora después de comenzar las clases.- Usted se vé que es un gran prestador del servicio de seguridad, estoy segura que debe hacer muy bien su trabajo. por favor llamelo y que sólo me mire, ya él me reconocerá.
-Esta bien!- dijo con voz de orgullo, infló su pecho y caminó como si en verdad fuera agente de la Dea-.
Mi tío apenas me vió le dió autorización para que me dejara entrar, estaba tan aliviada, por un segundo creí que me iba a dejar esperando las dos horas el vigilante ese de la tercera edad.
Ingresé y esperé a que terminara su llamada, por Dios si demora en colgar, solo escuchaba que decía: -No, no podemos dar el brazo a torcer! Eso que están haciendo es muy injusto, ya hemos aguantado por muchos años y no puede ser que sigan los abusos-. Miércoles! Creo que pasa algo con los locales pero no preguntaré ahora, sonrío callada, porque en verdad conozco tanto a mi familia,desde el momento en que escuché la noticia por radio, supe que mis tíos estaban metidos en eso.
Por fin cuelga y dice:
-Antonia, que haces acá?
-Tio, hola disculpame que vine sin avisar pero todo pasó tan rápido!
-Que pasa? Dime?
-Yo iba al trabajo y de repente me llaman y era mi hermano! No lo podía creer y me dice que necesita que busque a mi tía, que él la llamó al igual que a mi mamá, pero que ninguna le contestó, y necesita que le lleve ropa al batallón.
-Como así? Al batallón? Está aquí?
- Si tío, y necesita ropa, porque teme salir del batallón en camuflado, usted sabe cómo está de peligroso con ese tema.
-Si claro, que felicidad, subamos al local tu tía está allá, pero es que hoy hemos tenido un día algo difícil, te voy explicando en el camino...
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Detrás De La Sonrisa
RomanceAntonia es una chica de 19 años, de padres divorciados y estrato medio, siempre alegre pero en el fondo esconde un gran secreto. Mercy es una mujer tomboy de unos 30 años aproximadamente, con un empleo de ensueños y su vida amorosa hasta el momento...