Capítulo 3

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Una carta

"Estimado" Johan Ruiz.

No puedo llamarle escritor porque para mí no es nada más que un farsante. Las letras de su último libro son sólo una una porquería. Alterar la verdad ahora le costará la vida. Tendrá que aceptar las consecuencias de sus actos, su ambición lo ha cegado y ahora está apunto de perderlo todo por una simple historia. Escribir ese libro fue su último y más grande error. La muerte lo estará asechando, tenga mucho cuidado por donde anda porque su hora podría llegar más pronto de lo que usted se imagina. Y por si lo pensaba, no intente ir con la policía porque su mujer y su hija podrían sufrir las consecuencias.

Johan tan pronto terminó de leer entró en pánico. La preocupación cada vez se hacia más grande, se frotaba el cabello echándoselo para atrás una y otra vez mientras mantenía la cabeza gacha. Se desabrocho la corbata y se quitó el saco, paso más de quince minutos de aquí para haya entre las angostas paredes de su cuarto de estudio para finalmente caer sentado y en seco sobre una vieja silla de madera.

Le daba vueltas y vueltas al asunto hasta que alguien tocó a la puerta. Vaciló en contestar pero los golpes cada vez fueron más intensos hasta que al fin se animó a abrir rápido y en forma brusca.

— Cariño, es la policía, quieren hablar contigo sobre el asunto de una mujer desaparecida. Insisten que es importante.

Johan se extrañó de las palabras de su mujer, no esperaba que la policía apareciera, ni mucho menos que llegara preguntando sobre una mujer.

«¿Acaso se habrán confundido?» — pensó mientras se alineaba la corbata y se acomodada el cabello».

— Diles que bajo en un segundo — respondió Johan.

Marly tenia el vago presentimiento de que algo no andaba bien. Pero a pesar de su intuición prefirió confiar en su esposo, así que sólo afirmó con la cabeza sin decir nada al respecto.

Tras bajar los primeros escalones, Johan logró percibir desde lo lejos a un hombre alto de alrededor de unos cuarenta años, a simple vista parecía ser de esos tipos que sin duda pasan largas horas en el gymnasio un día tras otro sin quedar nunca satisfechos. A su lado se encontraba una mujer rubia, de piernas flacas, labios retorcidos y poseedora del record de las gafas más enormes que Johan ha visto en su vida.

Apenas terminó de bajar la escaleras el oficial se presentó enseñado su placa que lo acreditaba como oficial al mando del caso de desaparición de "Veronica Rivas".

— ¿Señor Johan Ruíz? — preguntó el oficial

— Así es, ¿en que puedo ayudarle?

— ¿Conoce usted a esta mujer? — intervino la mujer mientras le ensañaba  una fotografía.

En segundos el corazón de Johan empezó a latir más rápido que lo normal, sabía que no tenía nada que temer pero fue inevitable para el sentir un poco de nervios, pues logró reconocerla inmediatamente. Se trataba de la mujer que dos días antes le había devuelto la copia de su libro.

Johan vacilo un par de segundos pensando mucho en lo que iba a decir.

— No creo conocerla — respondió al fin.

— ¿Está usted seguro? ¿Quiere mirar más de cerca? ¿Le parece mejor está foto? ¿O está? ¿O que tal esta? — preguntó una y otra vez el oficial intentando recibir una mejor respuesta.

— ¡No!, estoy seguro.

— ¡Bien! — dijo la mujer — Creo que no quiere cooperar señor Ruíz. La mujer se llama Verónica Rivas y testigos aseguran averlo visto persiguiendola por las calles de la ciudad a horas no muy apropiadas de la noche. ¿Quiere decirnos algo al respecto?

— Está bien, sí, si creo haberla visto. Estaba terminando de firmar unos autógrafos cuando la mujer apareció, sólo intentaba alcanzarla para devolverle un billete que justo antes se le había caído. Es todo lo que puedo decirles. No se nada más al respecto.

Ambos oficiales se miraban fijamente el uno al otro intentando adivinar sus pensamientos. La mujer apenas movió las cejas mientras apoyaba ambas manos sobre una pequeña y elegante mesa de vidrio, está se veía más decidida a seguir que el otro oficial.

— ¿Porqué una mujer anciana correría más rápido que usted señor Johan?

— Parecía conocer las calles, eso es todo.

— ¿Puede recordar algo más? ¿Alguna pista o algo que quiera añadir?

— No hay más...  ¡Esperen! — exclamó Johan tras un par de minutos en silencio — ¡Un hombre!. ¡La vi caminando del brazo de un hombre! ¡Es lo último que recuerdo!. Playera roja y jeans azules, seguro era más joven que ella.

— Bien señor Ruíz, si pudiera describirnos al hombre eso sería de mucha ayuda.

Johan no sabía si hacia lo correcto pero estaba decidido a seguirle el juego al autor de la carta. Describió como pudo lo que creyó ver para que los oficiales tuviera algo por donde empezar mientras se ocupada de su mayor prioridad. Estaba decidido a llegar al fondo del asunto sin que la policía interviniera.

Por su cabeza cruzaban un sinfín de preguntas: ¿Quién querría que la mujer desapareciera? ¿Había sido casualidad o todo fue a propósito para inculparlo?

Sabía que si alguien tenía que ver en eso era Max Mendez y estaba dispuesto a enfrentarlo.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2018 ⏰

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