Amigos eternos
Manejé lo más rápido posible mirando cada dos segundos por el espejo retrovisor, asegurándome que no era seguida. Aumenté un más la velocidad y zigzaguee entre los autos de la avenida hasta que me adentre en una calle llegando adonde se suponía seria la fiesta en la cual mi amigo estaría.
Aparqué en la oscuridad, donde sea más difícil ver mi auto y traté de pararme los más erguida posible al salir de él, pero el estómago me dolía infiernos.
Llegué a uno de los lados de la casa y las náuseas que tuve en el camino volvieron tirándome al piso está vez ya sin poder contenerme, y vomité en un arbusto que se encontraba a mi alcance. Maldije por onceaba vez al ver sangre en él. No soy una gran medico pero si sé que si vez sangre en tu vomito no es una buena señal.
Por precaución en caso de seguir vomitando me quise recoger el pelo en un moño flojo para no ensuciarme y sisee del dolor en mi cabeza. Miré mi mano
¿Más sangre? ¿Enserio?
-Debo llegar cuanto antes a Mason.
Me paré y todo empezó a dar vueltas y a volverse borroso, sentía que me acostaba mientras alguien me hablaba a los lejos.
-¿Estas bien?- repetía
Abrí los parpados y mis ojos vieron un espectacular par de ojos celestes, si, celestes. ¿Dónde se conseguían ese tipo de color de ojos? porque yo quería un par.
-Ey, te desmayaste. ¿Necesitas que te ayude a encontrar a alguien?- no le llevé el apunte y empecé a negar mientras me levantaba.
-No, estoy bien, solo...- el dolor me dobló en dos, nuevamente. Bueno quizá si necesitara ayuda.- Busca a Mason Black, un rubio de ojos marrones medio grandote, dile que Every lo busca. Y si eres tan amable- dije entre dientes.- dile que se apure, que tengo prisa.
El asintió y se fue.
Alrededor de pasados dos minutos empezó a ganarme el sueño.
-No te duermas Every, no puedes dormir si lo que tienes es una posible contusión en la cabeza.- me repetía a mí misma.
Mi paciencia se agotó y me levanté ignorando el dolor que sentía y fui a buscarlo yo misma. Al momento que rodee la casa lo vi corriendo hacia mí, respiré de alivio y luego todo se volvió negro.
-Every, Every nena responde- quería hacerlo pero no encontraba la fuerza ni para abrir los ojos. Sentí que me palpaban los pechos y abrían mis manos.
-¿Qué crees que haces?- preguntó otra voz
-Buscando sus llaves, ¿qué crees que hago? necesito llevarla al hospital.- gruño Mason furioso.
-Tengo un auto, puedo llevarlos, vamos. Luego volvemos por el suyo.- no terminó su frase cuando ya sentía que me cargaba en sus brazos.
-Aguanta Every. Aguanta por mí.
-Siempre hermano.
***
Sentí un calor proveniente del otro lado de la cama y me desperté. Estaba en mi cama, en el complejo de apartamentos. Me giré y Mason estaba del otro lado con la cara hacia mi almohada y su ceño levemente fruncido, como si fuera que hasta en dormido tuviera que lidiar con mis problemas
- No me merezco que alguien como tu cuide tanto de mi- susurré apartando un mechón que caía sobre su frente.
Con Mason nos conocimos en nuestro segundo año de secundaria y desde entonces fuimos inseparables, él estuvo presente todas las veces que lo necesité, pero cuando hablo de todas es así. Jamás se saltó ni una vez en la que yo estuviera mal y el no haya estado a mi lado comprobándome, animándome a mejorar, sin el yo no podría haber luchado como hasta el momento lo vengo haciendo.

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Mas allá del amor
De TodoUna difícil decisión hace que la vida de Every caiga en picada. Fuera los amigos, adiós al amor y a su vida adolescente normal. Pero no importa. Ella solo tiene un objetivo y aunque tenga que cortar cabezas y derramar sangre de su propio cuerpo resi...