Capítulo 1: Donde todo comenzó

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"El amor es una clase única de dulce que no puedes evitar, y es líquida por sus miles formas de expresar"

Era un día soleado, las nubes se dispersaban en los espacios azules claros del cielo, mientras las personas caminaban serenamente por las calles de New York, y sin ninguna amenaza que los acechara. De eso ya se habían encargado nuestros héroes mutantes después de haber derrotado a la última amenaza. Pasaron dos mes desde aquel suceso, los chicos ya tenían una lápida gigante deliberada del caparazón.

Por otro lado para pasar el rato, realizaban actividades comunes como divertirse o entrenar en el dojo. La única diferencia era que su querido padre se encontraba en otra vida, aunque ellos sabían que los estaría cuidando desde allá arriba, con una cálida sonrisa.

Dos de ellos sujetaban entre sus manos del mango de unos controles, mientras presionaban de sus botones frenéticamente...hasta que cierta tortuga iracunda arrojó el dispositivo contra la pantalla.

"¡Quiero la revancha!" El de la bandana roja poniendo en prueba a su hermano, señaló la consola de videojuegos, mirándolo fulminantemente con aquellos ojos color verde tóxico."...Leo!"

El líder dejó el control en el sofá y se acercó devolviéndole una mirada temeraria.

"No volveremos a jugar esto, hay muchas cosas que hacer allá afuera y tú no eres la excepción de estos cargos" Replicó.

"¿Qué?, ¿hacerle un ritual a la muerte de destructor?"

"No, ayer Karai me alertó de unos krangs con cargamento de mutágeno y...

"Claro, tu novia, tal para cual" Dijo con sarcasmo.

Leo se sonrojó, pero no tardó nada más que dos escasos segundos para regresar a su postura normal. Irritado suspiró.

"...Sólo digo que no debemos confiarnos, tenemos que averiguar cuáles son sus próximos movimientos"

"¿Entonces que andamos esperando?" Chocó sus puños emocionado "Vayamos a patear traseros"

Sin embargo antes de salir y preparar sus sais, la mano de Leo lo detuvo con un tirón del brazo.

"Espera a que lleguen todos"

Después una voz interviene y se cola en la conversación que había entre los hermanos que siempre discutían por quién es el que tiene la razón.

"Si te refieres a Donnie no está aquí"
Con una sonrisa tenía una pila de cajas recargando sobre sus brazos. "¡Traje la pizza!"

Para esos instantes el temperamental del equipo ya se había librado de los agarres de su hermano mayor, acercándose al menor y sintiendo el aroma del queso mozarella.

"Dejemos el asunto de los kraangs a un lado, tengo hambre" Dijo tomando un pedazo de pizza y colocando una pieza en la boca.

Leo bufó por el desinterés de su hermano; se supone que no era momento de cantar victoria y eso siempre lo ha tratado de considerar después de cada misión. ¿Es que no han aprendido la lección después de innumerables derrotas y batallas con el clan y los krangs?. Además no debían dejar cabos sueltos por ahí tirados, no faltaba una pequeña penumbra que se volviera poderosa e inmensa para hacerle frente al bien. Después de todo era la balanza de la vida. Se impacienta con tan sólo pensarlo, sin excluir el hecho de que uno de sus hermanos faltaba para llevar a cabo la misión. Ahí es cuando recordó lo dicho por el de bandana naranja, no faltaba que la duda llegara a su cabeza y preguntarse.

"Dónde está Donnie, Mikey?"

"Dijo que saldría un rato"

A dónde más saldría, por supuesto que se refería a las afueras de las alcantarillas. Leo sintió como la preocupación invadía aún más su mente de lo que ya estaba.

TMNT: Por Siempre DonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora