Prólogo

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Jamás pensé que esto me pudiera  ocurrir a mi, ni en mis sueños más locos hubiese podido imaginarlo; pero he aquí, corriendo, huyendo, de lo que algún día fue mi hogar. Jamás visualizas las cosas que tal vez pasen en tu vida, las cosas malas solo les pasan a otras personas, eso es lo que siempre pensamos pero cuando te ocurre a ti, no sabes ni como pasó, y empiezas a estar ansioso, no meditas lo que ocurre, solo sientes que el mundo se te viene encima y eso te consume cada vez más y más, hasta que tú cuerpo y mente colapsa
Soy un hombre lobo, de esos mitológicos, que se transforman en animales grandes y fuertes, pero con forma humanoide, esto último, no era así, pero si, me podía convertir en un hermoso lobo, y no solo en lunas llenas, aunque el ritual para tu transformación, si que era en luna llena.
La razón por la que cuento todo esto, es que corría en mi forma de lobo, huyendo de los problemas que me había traído un lobo, más que imbécil, estúpido, alguien que no tenía la capacidad de sentir miedo o peligro; y por un estúpido error mío, que yo, tan inocentemente había cometido, ahora pagaba las consecuencias.
Daniel, ese era el nombre del lobo que me traía tragedias y perjurio a mi vida, la piedra en la que había tropezado y la cual no me dejaba levantarme, ni siquiera podía respirar tranquila. Había sido un lobo, como cualquier otro en la manada, no pertenecía a alguna familia importante, pero sin duda, era el lobo más peculiar que había conocido, era un espíritu libre, se metía en problemas llegando a los límites de nuestro territorio, corriendo y asustando a cualquiera que se le cruzará en el camino le gustaba sentirse el rey del mundo, y le fascinaba bailar alrededor de una fogata, cazar en las tardes y cantar por las mañanas, un chico completamente extraño al que empezaba a acostumbrarme.
Odiaba muchas cosas de Daniel, sobre todo ese afán de tirarse por las cascadas y peor cuando me arrastraba con él, o el afán de hacerme sentir mal, hacerme llorar en silencio, o la obsesión de quererme proteger de cualquier cosa como si yo no pudiera hacerlo, odiaba muchas cosas de él pero sobre todo, odiaba que me hiciera sentir mariposas en el estómago, odiaba que mi pecho se oprima cada que lo veo, que me hiciera sonrojar con su perfecta sonrisa y que me cuidara con tanto mimo y hacerme sentir la reina del mundo, porque él era un salvaje, un salvaje que vivía y respiraba para atraer problemas y lo más triste es que yo estaba dispuesta a enfrentarlos junto a él.

Nueva historia
Espero y les guste, esta historia llena de aventuras y romance, seguro que si les gusta los hombres lobo como a mi, está historia será un viaje lleno de drama y romance, un poco diferente al resto de las temáticas de los hombres lobo, no habrá mates, no habrá lunas, solo un amor salvaje que nos llenará de ternura, enojo, sentimientos encontrados mediante se vaya desarrollando la historia, una historia comprometida para ser diferente a las demás sin embargo con la misma intensidad.

Espero y les guste
Atte. F.

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