Llegaré a ti /NaruHina

Capítulo 1

Sus ojos azules se dilataron al notar a la delicada figura femenina que veía de pie, delante de él. Tan hermosa como la recordaba.

-¿Hinata? Que sorpresa, de todos los lugares que pensé encontrarte, este es el que más me ha sorprendido- Contestó Naruto lleno de melancolía, dejando a un lado lo que estaba haciendo, para así prestarle por completo su atención.

No podía negar también que estaba algo alterado, y muy nervioso.
Un año antes de que los Black Soul debutaran, Naruto y Hinata tuvieron una corta pero intensa relación.
Cuando la banda de Naruto por fin alcanzó el éxito que buscaban, la forma de vida y el horario de todos era bastante distinga y lo cambió todo, volviéndolo así más complicado, y por lo consiguiente el tiempo era un detonante que les impedía verse. Y por cosas que ocurren sin buscar, su relación terminó porque Naruto decidió que por el bien de ambos lo mejor sería sólo ser amigos. Lo que por supuesto hizo que Hinata cayera en una profunda tristeza, ese era el precio a pagar por seguir sus sueños.

- Hoy fue nuestra presentación. Mañana viajamos a Osaka. - Respondió Hinata aún de pie, cubriéndose más por el frío.

-Si que ha pasado el tiempo, es bueno verte Hinata- Repondió invitándola a sentarse junto a él. -¿Puedo admitir que estoy algo nervioso ahora?

- Es la ironia del tiempo, ahora hemos cambiado los papeles ¿recuerdas cuando antes eras tú quien me ponía nerviosa a mi?- Bromeó Hinata, sin poder ocultar el rencor que aún le tenía sin poder evitarlo.

-Pero ya todo es distinto ahora ¿no? Los sentimientos de antes se han desvanecido.

-¿Eso piensas?- Dijo ella.

El silencio se formó alrededor de ambos. Tratando con todas sus fuerzas de no revivir viejas heridas y recuerdos.

-Supongo que fue lo mejor, ya sabes, haber terminado. Yo era muy ingenua en ese entonces, te pido disculpas por haber insistido el que sigas conmigo- Continúa Hinata.

-Ahora creo que debimos intentarlo más- Respondía Naruto hablando muy bajito.

-No seas cruel, no puedes decir eso ahora. Tomamos decisiones y ya no somos los adolescentes de antes.

-¿Me amaste?- Preguntó él

-¿No te quedó claro antes ?

-Sólo dilo.

Naruto sabía la respuesta. Era consiente de lo que ella había llegado a sentir por él. Sin embargo, volver a escuchar esas palabras de sus labios se había vuelto una necesidad. Se arrepentía, sí, de varias cosas.

-Mucho, te amé mucho, pero eso es pasado- Su azul mirada que suplicaba esa respuesta la obligó a responder y a causar nuevas heridas. -Ya me tengo que ir, es tarde. Nos estaremos viendo por ahí, algún día, quizás.

Hinata se levantó de golpe, sentía que ya no podía mirarlo más y no sentir nada. Se dispuso a irse pero Naruto la tomó por sorpresa, abrazándola por detrás, amarrando sus brazos a su delgada cintura.

- Naruto... ¿Qué estás haciendo?- Preguntó confundida, pero al mismo tiempo, la cercanía de su cuerpo dolía.

(Naruto)

Recuerdo el tiempo en que Hinata y yo fuimos novios. Su compañía siempre me hacía bien, me motivaba a seguir lo que sea que me proponía. Se había vuelto mi hogar, mi refugio.
No niego que me gustó tanto desde la primera vez que la vi. Me enamoré de ella tiempo después de conocerla. Pero en ese entonces toda mi prioridad cambió para la banda.

Cuando Black Soul alcanzamos el éxito que quisimos se dio la oportunidad de grabar nuestro primer disco en el extranjero, me dedicaba de lleno a la banda, gran parte del peso caía en mis hombros ya que yo era la voz del grupo, pasaba muy ocupado y no podía ver a Hinata como debería, como hubiera querido, como una relación normal. Pero por más que quise, nada se dio, y por eso terminamos.

Ella piensa que no me importó, que nunca la quise en realidad. Pero no fue así. Después de ella y antes de ella nunca hubo nadie más que yo amara con la misma intensidad.

Y ahora que la veo de nuevo, después de tanto, ya es una mujer, su cabello está más largo, su voz ha cambiado un poco, pero sus gestos son los mismos, su olor también perdura.
Yo nunca quise perderla, pero ahora la voy a recuperar, cueste lo que me cueste.