Capítulo 5

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Amor, que conveniente situación, me has conformado el corazón con las migajas de tu amor. Por ti no creo en mi, y aun así pides más.

No me queda ¿Qué quieres de mi? ¿Qué te da el derecho de hacerme sufrir? Guarda tus palabras y déjame ir.

Letra de 'Daños colaterales' Disco de Seven Stars (letra Hinata Hyuga)

Tema original de Paty Cantu

Tema original de Paty Cantu

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Cobarde y soñador

Azuma acompaña a Naruto hasta el hotel de regreso, sentado a su lado mientras que el chófer cambia la música la cual le ordenan apagar. Los ánimos de Naruto estaban volviéndolo insoportable.

-Mira Naruto, necesitas airarte un poco tu mente. Así que óyeme bien: voy a despejarte la agenda durante el resto del día y a cancelar las reuniones que tenias con los demás chicos el día de mañana. Vuestro vuelo a Europa no sale hasta las siete. Tienes mas de 24 horas para hacer lo que te venga en gana. Te sentirás mucho mejor, te lo aseguro. aprovecha tu libertad. - Termina de hablar para luego mirarlo, era su amigo, pero también era responsable de él. - Voy a cambiar mi vuelo, viajaré mañana contigo. - Dice de nuevo, mirando su móvil cambiando y ajustado pendientes.

Naruto no puede dejar de sentirse agradecido con Azuma, y algo avergonzado. Volar en primera clase con la banda no era nada del otro mundo. Todos tenían que permanecer recluidos en sus lujosas burbujas, pero al menos, cuando viajaba con ellos, no se sentía solo.
Sabía que su asistente tendría problemas luego con Kakashi, y además que a donde viajarian,  Azuma tendria muchas cosas que hacer. De hecho, perderse la reunión de mañana con el resto del grupo y el director del video va a suponer un pequeño terremoto. Pero que más daba. La lista de cosas que se tambalean ya es demasiado larga para que un fallo más cuente como la gran cosa. Y Naruto estaba dispuesto aceptar la culpa. De todos modos, si la tenía.

-Está bien- Contesta Naruto.

-Bien, tu despéjate un poco. Te dejaré en paz, ni si quiera te llamaré. 

-¿Pasas por mi mañana para ir a aeropuerto?

-Seguro. Pediré un coche para las cuatro. Hasta entonces quítate las telarañas.

Se despide de él dándole un apretón de manos y un abrazo a medias y se va por fin.

Naruto sube a pasos perezosos y desganados por el ascensor que lo lleva a su habitación del hotel. Sus pensamientos acerca de lo que había pasado no lo acusaban, al contrario, se sentía libre de por primera vez en mucho tiempo, pudo decir lo que pensaba, poniendo en primer plano sus sentimientos antes que su carrera musical.
Con esto, dejar de pensar en la guitarrista de Seven Stars, Hinata Hyuga era un caso imposible.

Al llegar tumbó la puerta tras de sí, y caminó hasta el mini bar, y en el sofá, se recostó con una botella de amargo tequila en la mano, no había tiempo se usar algún vaso, tampoco dictaba ser necesario para esa noche en la que la depresión quería ganarle a su cuerpo. Y estaba a nada de lograrlo.
La ventana estaba cerrada, y el lugar sumamente solitario tamn sólo lo hicieron cuestionarse que ya estaba viviendo el sueño, al fin había conseguido lo que tanto anhelo. Ya había logrado lo que quería. Su voz era escuchada por millones de fanáticos, sus discos se vendían con el mejor de los éxitos, junto a la popularidad y la fama internacional. Ya estaba ahí, el sueño que tanto anheló estaba sentado a su lado. Pero este se sentía igual que la soledad.
Bebió un trago tras otro. Pensó en la última vez que vio a Hinata, aquella ola de emociones inexplicables lo llenaban de ansiedad, la amaba, pero era un cobarde, un cobarde soñador.

Colocó en una balanza a su carrera y lo que esta le ofrecía, y al amor de su vida, junto a todas las experiencias a su lado. Y trató de averiguar quién tenía más peso.

No hubo dudas.

Así que una botella quizás no sería suficiente.
Buscó el numero que Hinata le había dado aquella noche que se vieron en el hotel. Ya había dejado que pase el tiempo, y por como ella se había ido sin despedirse, el miedo a ser rechazado estaba presente. Pero a fin de cuentas ¿que esperaba?
Ella quizás ya no sienta lo mismo, y él quizás la siga amando como el primer día.

El tiempo pasaba y cada pitido de llamada era un vuelco al corazón.

-¿Bueno?- Escuchó la voz de Hinata al otro lado del teléfono.

-Soy yo, Naruto. - Dijo, sin pensar en ya nada.

-Naruto, que sorpresa. - Respondía ella, sin saber que decir, total, era él quien llamó.

-Lamento no haber llamado antes.

-Que gracioso. Tu siempre lamentas algo.

El silencio se formó entre ambos, a la distancia, pero muy espeso.

-Te necesito, sea lo que sea, te necesito conmigo, aquí y ahora, en este momento. ¿Escuchaste Hina?

-Estás ebrio. Será mejor que cuelgue.

-¡No! No te vayas.

Las lágrimas hicieron su entrada. Y así era Naruto, inestable y depresivo. Queriendo alejarse de Hinata sin nunca tener éxito. Siempre volviendo, siempre marchándose.

-El no irme es que nos ha hecho esto ¿No te has dado cuenta? Yo siempre he estado para ti. Pero ¿tú?  Tan solo me dejas cuando así lo ves conveniente, y luego vuelves cuando te sientes sólo. Lamento por lo que estés pasando, pero no puedo hacer nada por ti. Ya no más.

La llamada había finalizado junto a todo el gramo de cordura que aún guardaba Naruto. Quizás su único día libre fue desaprovechado en la resaca que tendría al día siguiente, pero ese era el menor de sus problemas. Ahora sentía que la había perdido en definitiva. Todo iba mal.

Secó con ambas manos y con poca delicadeza las lágrimas de impotencia que de deslizaban por sus mejillas.
Tomó una ducha fría y se tumbó en las sábanas de la cama. La melancolía se apoderaba de él. No sólo le hacía falta Hinata, sino que se sentía vacío e incompleto entre tantos lujos y fama.
Tomó varias pastillas para dormir, era su única droga, muy costosa para ser exactos; y cerró los ojos para alejarse el mundo, al menos hasta el día siguiente.





Su móvil que descansaba en el sofá junto a la botella casi vacía de tequila empezaba a timbrar, pero que él atienda ya era algo más que imposible

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Su móvil que descansaba en el sofá junto a la botella casi vacía de tequila empezaba a timbrar, pero que él atienda ya era algo más que imposible.

El móvil insistió una segunda y ultima vez, tan sólo dejando las llamadas perdidas de Hinata Hyuga.




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Hola. Aquí un capítulo más de esta historia. Siempre pediré disculpa por la tardanza, pero es que tengo varias historias en proceso, y todas llevan algo de tiempito pensar, escribir, editar, etc. 
Espero les agrade. Nos leemos pronto. Y gracias por todo el apoyo. ♥

¿Que harían ustedes de ser Hinata? 

Llegaré a ti /NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora