Yo también quería jugar...

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En la plena oscuridad, oí llantos y gritos abajo, fui a ver, a lo lejos pude ver una luz, era tenue, al llegar vi a mi padre jugar con mi mamá, como lo hacen siempre, juegan a las escondidas o como lo llama papá, el juego corre y te atrapo, a papá le encantaba jugar ese juego con mami, así que mejor subí a leer un cuento, me encantaban los cuentos de fantasía, de unicornios, sobre todo de princesas así que me entretuve un rato, se escuchaban cosas caerse como estruendos de un terremoto, sobre todo vidrios, fue entonces que paró, así que pude dormir tranquilamente. Todos los días eran así, mi papás se comportaban como niños, siempre jugaban pero yo también quería jugar, cada vez que quería participar en los juegos familiares mi padre solo me decía que tal vez en otra ocasión y que me fuera a mi cuarto a jugar, pero yo también quería jugar.
Una noche papá se enojó conmigo y jugamos a la mano quemada, me dolieron mis cachetes, yo había perdido el juego, mi papá lo tomaba todo a juego, no me gustaba porque no podía ser parte de los juegos.
Una vez yo jugué con todas mis mascotas, pero todas perdieron, la primera, porque no corría rápido, perdió por que la alcance, la segunda porque me quiso morder y la tercera fue porque quería divertirme un rato.
Yo solo quería a alguien que me entendiera, a veces en el parque yo estaba sola, en los columpios, no tenía amigos y...creo que no los necesitaba, pues tenía a mamá y a papá.
En la escuela todos querían jugar conmigo porque era rara, yo aunque intentaba ganar los juegos perdía siempre y tenía de colores mi cara, mis colores favoritos, eran el morado, el verde y el amarillo, por un tiempo decidí no ir a la escuela, para ayudar a mi mamá. Después mi mamá habló conmigo y me dijo que la escuela era importante y tenía que ir, a lo cual yo acepté. Cuando volví a la escuela había practicado con mis mascotas los juegos y estaba decidida a ganarles a todos, lleve algo que mamá le dice alfiler. Ese día estaba muy feliz, le había ganado a un niño porque se descuidó y el alfiler lo lastimó mucho, pero no se porque mi mamá y la profesora estaban enojadas conmigo, solo estaba jugando, nadie me entendía.
Una vez me enojé mucho con papi, él jugaba con mi mamá, ella estaba en el suelo, llorando, sentía que era injusto, creo que estaba perdiendo el juego, yo quise participar, así que agarre la navaja de papá, y entonces corrí hacia él decidida a ganar, y me sentí feliz, había ganado el juego yo sola, mi mamá por otro lado estaba llorando, le dije que habíamos ganado el juego por primera vez, ella no me hacía caso, se quedó mirando a papá, estaba en el suelo, pensé pero ya ganamos el juego ahora podemos jugar a lo que queramos, ella me ignoraba, me empecé a aburrir así que solamente jugué con mi muñecas, pero...quería seguir jugando.

El color de mis temoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora