Y... ¿Me amas? [Gay]

Capítulo 3. ¿Tú tienes miedo?

Capítulo 3. 

Daniel…

Ayer por la noche muy amablemente Gerardo me acompaño casi toda la tarde y parte de la noche ya que mis llaves se perdieron, bueno relativamente nunca paso eso pero soy muy despistado que se me olvida donde guardo casa cosa y tampoco era de mi gusto vaguear solo por las calles de Berlín esperando una señal de mi padre o madre entonces acepte ir con él.

Cuando el partió del portón de mi casa no tenía ganas de que se fuera, ¿Mi mayor miedo? Quedarme solo, por suerte mi madre ya había llegado y no me quedaría solo un rato hasta que llegara mi padre y todos a dormir, en el momento que gire la perilla mamá estaba hablando por teléfono y al verme hizo una expresión de angustia, miedo, el miedo que todos sentimientos, miedo en sus facciones, no es normal que este así ella en su gran parte es alegre y disfruta  la vida y casi nunca, nunca, nunca se enoja pero todo se remota a un porque, hare sencillo esto, ella sufrió de cáncer cuando yo tenía siete años.

…

Observe mi reloj ya era muy noche, muy cerca de las 10 en punto, y era extremadamente tarde para que papá no llegara, mamá estaba al teléfono y tan sólo respondía unos “Claro… ¿En dónde me dijo?” pero era con un tono de urgencia de esos que usan cuando algo ocurre, deje mi figura que me regalo Gerardo en una mesa de entrada y quería escuchar más la plática de mi madre como buen chismoso que soy, de un momento a otro colgó y empezó a buscar algo.

—     ¿Qué ocurre mamá? ¿Qué buscas? –No tengo que dejarla en un momento de pánico.

—     Tu papá se cayó en el trabajo y está en el hospital por el centro de Berlín, tenemos que acudir ¡Rápido!.

Estaba muy exaltada y no me gusta verla así, solté la mochila y observe que me quede la chaqueta de Gerardo, huele a él, su perfume es único pero después tendré tiempo de sobra para fantasear lo que desee, mientras tengo que apoyar a mi madre, lo que estaba buscando eran las llaves de su carro que dejo en un sillón no sé cómo las vio pero cuando alguien tiene adrenalina hace lo que sea, agarro un abrigo y salió por la puerta, mientras caminaba me grito “¡¿Vienes?!” obviamente tenía que ir digo, era mi padre. Salí corriendo de la puerta y me subí de copiloto en su carro, era pequeño pero acogedor el reloj sobre puesto en el tablero marcaban las 10:10pm así que si no queríamos perder más tiempo tendríamos que arrancar a todo lo que da esta cosa.

Todo el camino estuvo silencioso pero no de los incómodos eran de esos que por el bienestar de ambos era mejor estar así. A los pocos minutos llegamos a nuestro destino, no hubo ningún semáforo que nos detuviera así que fue directo.

Era muy grande creo que nunca he venido aquí pero el hospital en si es gigantesco, de lo ancho y largo, llegamos a la zona de “URGENCIAS” Donde se supone que mi padre ya debería de estar, mamá estaciono el carro y fui corriendo a la recepción preguntando por mi padre, me dijeron que efectivamente estaba aquí pero para rellenar los formularios era necesario, así que yo no podía hacer nada, me acerque a unas sillas que colocan para la sala de espera, me senté y empecé a observar a toda la gente que llega muchas angustiadas, otras llorando y otras nerviosas. Cómo papá está aquí y supongo que algo delicado no me marcharía y mañana no iría a la escuela aun no sé bien que tiene pero me quedare aquí toda la noche con mamá hasta que él tome retome la conciencia.

A lo lejos mamá llego corriendo con unos papeles que supongo que también agarro de la casa se las dio a la señoritas de recepción y empezó a llenar formularios me pare de la silla y me acerque a mi madre ella le volvió a preguntar “Entonces… ¿Qué tiene mi esposo?” La señorita observando fijamente su monitor le contesto “Me indican que fue una fractura craneal, pero es mejor que hable con el doctor” eran apenas susurros pero por el mismo nombre se que será muy difícil que esta vez mi padre se libere de esto ¿Por qué a las personas que más quieres siempre les pasa lo peor? Es una gran incógnita y se lo deseo a nadie sentir este raro sentimiento que invade tu pecho.