Cap9:desesperacion ...

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Narrador omnisciente
Un dragón Slayer despertaba plácidamente abrazado a una maga escarlata y mientras estaban rodeados por varios trozos de la cama, ambos sin ningún tipo de prenda puesta y con solo una sábana cubriéndolos.
Natsu solo estaba viendo plácidamente como Erza dormía hasta que una lacrima de comunicación que estaba junto a una mesita de luz empezó a iluminarse, Natsu simplemente se levantó y sin preocuparse por estar desnudo puso un poco de magia en la lacrima haciendo que una imagen de Mira apareció frente a él.
Natsu: ¿qué sucede Mira? —pregunto totalmente calmado sin imaginarse lo que podría decirle. —
Por su parte Mira se notaba bastante nerviosa, pero al ver como estaba el dragón Slayer simplemente se sonrojo mientras ponía una sonrisa algo boba, pero para su suerte Erza estaba acostada a entre los que parecían ser restos de una cama, esto la enojo, pero también la saco del estado de hipnosis que provoco el cuerpo de Natsu, por lo que se puso nerviosa de nuevo.
Mira: Natsu, hay malas noticias, muy malas a decir verdad —dijo mientras cuidaba cada palabra que decía pues ya sabía cómo era el mago, al mismo tiempo estaba cabizbaja, sin mirar directo a Natsu —
Natsu: ¿Qué puede ser tan malo como para que estés tan nerviosa? —pregunto algo ya preocupado por la actitud de su amiga. —
Mira: Akane... desapareció... —dijo de forma pausada y con algo de dificultad, estaba por decir algo más antes de que Natsu destrozara completamente la lacrima con su mano, ocasionando que algunos trozos se le enterraran en la mano. —
Esto último asusto a Erza, que se había despertado al oír como algo era aplastado con una gran presión. Lo primero que vio fue a Natsu, con algunas lágrimas cayendo de su rostro mientras tenia clavados en su mano varios pedazos de lacrima, lo que causaba que sangrara.
Time skip
Varias horas después.
En la ciudad de Magnolia, los miembros del gremio más fuerte del gremio estaban intranquilos, bueno, al menos una parte. Mientras que la mayoría estaba simplemente descansando, o en su rutina habitual, el grupo de los que todavía apoyaban a Natsu se encontraban muy nerviosos por la situación en la que se encontraban, así fue hasta que...
La puerta del gremio salió volando de golpe, llevándose a varios gremios por delante y rompiéndose totalmente en el proceso ¿Quién hizo esto? Pues el protector padre, que para miedo de todos parecía estar tranquilo, pero la presencia que tenía decía todo lo contrario.
Natsu: donde... DONDE ESTA AKANE —aunque empezó calmado, su tono se convirtió en uno de ultratumba, que con cada palabra lo único que hacía era volverse más terrorífico, esto no solo asusto a los que estaban presentes en el gremio, sino a toda la ciudad de Magnolia que escucho lo dicho por el alto volumen de la voz de Natsu. —
Detrás del peli rosa estaba Erza, que tenía un rostro que estaba entre la seriedad y la preocupación, nadie decía nada, hasta que Gajeel se le acerco.
Gajeel: salamander, yo —no pudo terminar de hablar ya que una potente onda de magia lo mando a volar, estaba herido y sangrando, y si no hubiera activado su forma de escamas de hierro seguramente no la contaría. —
Natsu: NO TE DIJE QUE ME HABLARAS, AHORA SI NO QUIERES MORIR, ME DIRAS QUE PASO CON MI HIJA. —mientras hablaba se acercaba lentamente al cuerpo casi inmóvil de Gajeel, y una esfera de fuego negro se formaba en su mano. —
Erza/Mira/Ultear: ¡basta Natsu! —gritaron al unísono mientras se ponían frente a él para frenarlo, ya que notaron sus intenciones y no querían que hiciera eso. —
Natsu: no intervengan. —dijo fríamente antes de soltar una fuerte presión mágica, que hizo que todos se empezaran a arrodillar por no mantenerse en pie. —
Con mucho esfuerzo, las únicas que quedaban en pie eran Erza, Mira y Ultear, pero la presión aumentaba con cada segundo que pasaba, haciendo imposible para cualquiera mantenerse de pie frente a Natsu. La primera en caer fue Ultear, que cayó desplomada en el suelo, la segunda fue Mirajane, quien aunque se resistía a fue cediendo hasta quedar de rodillas y con ambas manos en el piso, sin poder levantar la vista para verlo, por último y la que más batalla dio fue Erza, su terquedad impedía que cediera, pero lentamente aumentaba en ella una gran sensación de dolor en sus músculos, que eran sobre esforzados para poder mantenerse en pie ante tal presencia, así primero callo apoyada con una rodilla, pero todavía mantenía vista en frente, pero no fueron más de unos segundos hasta que no pudo más y con su puño en el suelo, milésimas fueron lo que pudo mantener la vista al frente luego de eso, ya que al final también cedió.
Natsu solo paso de largo y siguió su camino hacia el cuerpo de Gajeel, camino sin siquiera mirarlas, dejándolas en el piso con una total mirada de impotencia y algunas lágrimas se les escapaba. Los segundos pasaban y para desesperación de todos la distancia entre Gajeel y Natsu se acortaba cada vez más y más, hasta que ya estaba a poco menos de un metro de él, y estaba extendiendo su brazo con la llama negra.
Unos leves quejidos se escucharon del dragón Slayer de acero, que apenas logro abrir los ojos para ver como tenía a escasos centímetros de su rostro, ese era su fin y lo sabía, pero antes de que pasara dijo algo.
Gajeel: e-en la mo-montaña.... A... acno... —decía con notable esfuerzo, pero no pudo terminar de hablar antes de quedar inconsciente. —
Las llamas que ya estaban casi en contacto con Gajeel, se apagaron en un instante, y la presión que todos sentían desapareció, pero aun así nadie quería pararse, estaban demasiado tensos como para decir algo, y cuando ya estaba en la entrada del gremio, el único que hablo fue el mismo Natsu.
Natsu: saldré por un momento Master, no intentes detenerme. —dijo seriamente al sentir como la magia de este empezaba a incrementar. —
El maestro solo soltó un suspiro de resignación, en cierta forma comprendía a su hijo, el haría algo parecido, pero aun así le dolía la forma de actuar...

Las lagrimas del demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora