Capítulo 9.

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Pasó una semana en Konoha, todo seguía igual, menos en un gran departamento, el departamento del pelinegro, ya qué este tenía que convivir con la sexy domadora de serpientes, Anko, mujer qué estaba tratando de molestarlo todo el día.

Vemos cómo Naruto abre los ojos ya qué un pequeño rayo de sol qué se evadía las cortinas, llegaba a la habitación y golpeaba la cara del pelinegro, el menor se levantó con pereza, bostezó fuertemente y pestañeó unos momentos más para terminar de despertar por completo.

- Ahh, me estoy hartando con tanto tiempo libre, quiero estar en una misión ya - comentó el menor de cabellos azabaches, para después tomar una camisa holgada y colocársela.

Naruto salió de su habitación y vio un panorama parecido al de hace unos días atrás, Anko, su nueva compañera de departamento, yacía en el sillón, sólo con ropa interior y profundamente dormida.

El más alto ignoro por completo la imagen y caminó con pereza hacia la cocina, tomó un cartón de leche y comenzó a beberla desde ahí, cuando ya estuvo satisfecho, volvió a guardar el cartón y extendió su mano hasta un cajón, lo abrió y sacó ramen instantáneo, comenzó a hervir agua y se sentó mientras apoyaba su cara contra su mano diestra.

- Aaaanko, despierta, tienes trabajo qué hacer - comentó con un tono de voz elevado, para qué así la adversa lo escuchara, pero no funcionó, la contraria sólo tomó un palillo de dango y se lo lanzó con precisión y velocidad al más alto, cosa qué no funcionó para nada, púes el contrario había atrapado el palillo con su dedo índice y pulgar.

El pelinegro se levantó de su asiento algo molesto y caminó hacia la pelimorada qué se encontraba frente a el, se ubicó de cuclillas a su lado y comenzó a enterrarle su dedo índice en las mejillas de la mayor, no pasó mucho tiempo para qué la adversa despertara y tratara de golpear al menor sin éxito, púes este tomó la muñeca contraria cuando intento darle un golpe.

- Anko-chan, no deberías golpear a la gente así por así - comentó el pelinegro con una sonrisa sádica cómo la que usaba la adversa en su trabajo.

- Está bien gaki, pero sólo suelta mi muñeca - comentó la pelimorada, para después hacer un leve movimiento de mano, indicando que no tenia importancia.

Naruto soltó la muñeca adversa y se levantó, caminó hacia la cocina y comenzó a desayunar, pasado los minutos, observamos cómo el pelinegro ya estaba vestido con su típica camisa de manga larga, pantalones anbu negros, sandalias del mismo color y el característico chaleco de los chunin's.

- Mh, te ves bastante bien Gaki, podría mordisquearte ahora mismo - comentó la pelimorada, cosa qué el menor ignoró por completo.

- Sisi, adiós - respondió el más alto y desapareció en una estela de color azul.

Naruto en un pestañeo había salido de su casa y ahora estaba en el distrito de los clanes, el distrito con más dinero en toda la aldea, ya qué ahí tenían sus residencias los clanes, Hyuga, Uchiha y Sarutobi, entre otros.

Naruto caminó hacia una gran casa de la cuál salían algunos gritos, suspiró pesadamente y chasqueó la lengua, siguió caminando hasta quedar frente a la puerta de aquél hogar.

'' Sólo vienes para pedir una misión, nada más, no dejes qué te afecta lo qué veas. ''

Pensó el pelinegro para después golpear suavemente la puerta, pasaron unos segundos y salió un joven de casi la misma estatura qué nuestro pelinegro, tenía el cabello rubio y unos ojos azules cómo Naruto, su tez era un poco más bronceada y tenía tres marcas de bigotes en cada mejilla.

dysthymia ↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora