Dereck planeo su vida desde los 15 y ¿qué hacen los buenos amigos que tiene a su lado? exacto, darle un giro completamente inesperado
-Debes dejar de besarme o...-
-¿o qué?, ¿me besarás de vuelta?, eres tierno-
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...
-Dereck, me voy en dos horas- me levante rápido y algo aturdido, sin recordar que día era simplemente me vestí y salí rumbo el aeropuerto
Y ahí estaba, con un par de maletas una mochila en sus hombros y la vista sobre el celular que sostenía con la mano izquierda, lo miré unos instantes hasta que él miro, entonces aparte la mirada
-Dereeeck- gritó, queriendo llamar mi atención, sonreí y camine con pasos tímidos
-Hola- a penas y se escucho, pero él no le dio importancia y me abrazo
-Espero puedas entender esta decisión, sé que evado los problemas, pero esta vez lo necesito hacer, porque de otra manera... Sólo, quiero que dejemos nuestro enojo y seamos los mejores amigos de siempre- fue en ese instante en el que caí en cuenta, solo había pasado un día y yo había discutido con él, maldita sea
-¿Qué te pasa? y nuestros planes, Daryus, aun no puedes irte- lo miré suplicante, sonrió
-Haremos algo cuando vuelva, lo prometo- dijo y no pude más, rompí en llanto
-Que te vaya bien en tu viaje, debo irme, te veo en... Cuando vuelvas, sabes donde encontrarme- me aparte de sus brazos y camine hacia la salida sin mirar atrás. Al parecer Daryus se quedo ahí, porque no escuche sus pasos detrás o alguna objeción
Llegué a casa y llame a Lissie, le pedí que ni ella ni Matthew se acercaran a mi casa puesto que quería estar solo; por más preguntas que hizo no respondí y apague mi celular. Decidí ser productivo para despejarme un poco, limpie y acomode los muebles, cerré con llave el cuarto que contenía las cosas de Daryus y no puse atención hacía dónde avente la llave.
Me tiré en el sofá dispuesto a ver algo entretenido cuando recordé que no tenía que almorzar, así que salí en busca de comida y algo que pudiera llenar mi refrigerador
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-Mnh, nuevo sabor pepino, ¿quién compraría estas frituras?- pregunto al aire con cara de asco
-Yo las compro- responde una voz atrás de mi, me tenso de inmediato y con la sangre subiendo a mis mejillas por la vergüenza, me giro para ver al sujeto
-Hola, Dereck- saluda Dante, suelto el aire contenido después de estar "a salvo"
-Hola, Dante... ¿Qué haces aquí?- pregunto, siguiendo con las compras por los pasillos
-Ah, vengo con mi madre, solo que la perdí, ¿me acompañas en su búsqueda?- pregunta inocente, como un niño pequeño y siento la necesidad de cuidar de él por lo que pido que tome mi brazo
Vagamos por los pasillos y al parecer solo estábamos terminando mis compras, no buscando a su madre. Al llegar al pasillo de los cereales, por fin la encontramos y me di cuenta de que la habíamos pasado más de tres veces y Dante nunca me informo
