CAPÍTULO 2

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La amistad entre Yoongi y Jimin había incrementado con el paso de los años y ambos niños se alegraban de tenerse el uno al otro.
Por desgracia, Yoongi tuvo que dejar de hablarle a las criadas ya que su padre lo vigilaba constantemente pero aún así las criadas y él se seguían llevando bien por las sonrisas de saludo que se daban entre sí.

El pequeño Yoongi se encontraba cansado todos los días porque su padre había aumentado sus horas de estudio con la escusa de que "serás un empresario mejor" siguiendo su padre sin escucharle cuando intentaba decirle lo que quería ser. Aun así después del cansancio que esto le producía se alegraba cuando se iba a su lugar preferido sabiendo que ahí estaría la persona que siempre lo escucharía y apoyaría, Jimin, ese lindo chico que le robó todo su ser haciendolo el más feliz del mundo al estar a su lado.

— Yoongi, aunque hayas terminado las clases sigue estudiando en tu cuarto. —Le decía su padre cuando salía por la puerta donde impartía sus clases.

— Sí, padre. —Le respondía él siempre aunque sabía que eso no era verdad.

En el momento que su padre desaparecía por la esquina del pasillo él corría hacia la dirección contraria sonriendo.

— Jimin, ¿Estás aquí? —Dijo al cerrar la puerta tras de sí.

De repente sintió como unos brazos desde atrás le rodeaban dandole un calido abrazo.

— Jimin... —Le llamó devolviéndole el abrazo.— ¿Cómo te encuentras?

— Con hambre, a mi madre se le olvidó comprarme las galletas que me gustan. —Dijo con un puchero en su rostro.

El pequeño Jimin era hijo de unas de las criadas y esta no podía dejar al chico con nadie cuando ella iba a trabajar por lo que se lo llevaba con ella aunque él dueño de la casa no se lo permitía, por eso, Jimin se ocultaba en esa habitación.

— Si quieres vamos a la cocina, hay un montón de galletas que seguro que te gustarán. —Habló Yoongi con una sonrisa.

— Sabes que no puedo.

Yoongi, entendiendo al chico, salió de la habitación en busca de galletas en la cocina sacando del armario todo lo que le podría gustar a Jimin.

— Yoongi, ¿Qué haces?

Paralizado se dió la vuelta lentamente encontrándose con el rostro de su padre.

— ¿Y bien? —Insistió.

— Tenía hambre y quería llevarme algo a mi habitación.

— Que casualidad, antes he pasado por tu habitación y no estabas allí.

— Seguramente fui al servicio.

— Min Yoongi, deja de mentirme. — Yoongi, sintiéndose acorralado no pronunció ninguna palabra.

— Sé que últimamente pasas mucho tiempo en la habitación antigua, ¿Qué haces allí?

— Yo... Solo voy a veces porque quiero averiguar que hay dentro de las cajas y eso... —Intentó decir tranquilamente aunque no le salió como quería.

— Quizá si no me hubieras mentido tanto te creería. —Dicho esto se fue de la habitación.

...

Jimin se encontraba dibujando en uno de sus cuadernos cuando escuchó la puerta abrirse. Con gran ilusión, corrió hacia ella esperando el rostro de Yoongi delante de él pero eso no ocurrió.
En vez del dulce chico al que esperaba en la puerta se encontraba un adulto con el rostro parecido al de Yoongi. Se quedó observándolo recordando un recuerdo suyo.

OCULTO // YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora