Sugar Lips

5.1K 67 56
                                    

Eran las 22:00. Llegué a Mallorca después de un viaje muy duro y largo, mi amiga Ana me esperaba en el aeropuerto. Salí del avión y fui a por mi equipaje. Me reuní con ella.

Ana: ¡María, al fin nos vemos!

Yo: ¡Sí, cuánto tiempo!

Ana: Vamos a dejar las maletas en mi casa y luego vamos a tomar algo por ahí.

Yo: Ana, ya sabes que no tomo alcohol...

Ana: No importa, María, aunque no tomes alcohol puedes beber otra cosa.

Yo: También es verdad

Llegamos a casa de Ana y dejé mis maletas en su habitación como ella indicó. Tenía una cama de 1,05 y era la única de la casa. No había más remedio que dormir juntas.

Ana: Espero que no te moleste, solo tengo esta cama...

Yo: ¡No te preocupes! No hay problema alguno, ¡estoy alegre de que compartamos cama!

Ana: Bueno, vamos a un sitio que yo conozco, está de maravilla.

Yo: ¡Genial!

Ana y yo fuimos andando hasta el lugar. Tenía dos plantas y una pista de baile.
Ella se pidió unos chupitos mientras que yo tomaba una granadina con fanta de limón.

La fiesta se animaba mucho y empezabamos a bailar. Fuimos el centro de atención ya que nuestros movimientos eran seductores.
Al terminar la canción volvimos a la barra a pedir otra ronda.

Ana: ¿Has visto cómo nos han mirado?

Yo: ¡Sí, hemos sido el centro de atención!

Ana: ¡Prueba al menos un chupito, anda!

Yo: Vale, lo haré, pero solo uno eh...

No fue solo uno, fueron varios. Acabamos estando algo ebrias pero conscientes de nuestros actos. Eran las 3 de la mañana y pedimos un taxi, ya que así volveríamos más seguras a casa de mi amiga.

A los 14 minutos, ya habíamos llegado y pagado el taxi entre las dos, nos despedimos del taxista y nos fuimos.
Entramos a su casa y lo primero que hicimos fue quitarnos los zapatos.

Ana: Ay, que dolor de pies tengo.

Yo: A mi también me duelen, menos mal que hemos venido en taxi.

Ana: Bueno, debemos cambiarnos, que apestamos a alcohol.

Yo: Ya te digo, mañana nos tendremos que lavar bien que ahora es super tarde. Bueno voy a cambiarme.

Me dirigí a la habitación para quitarme la ropa y ponerme mi pijama. En el momento que iba a quitarme el pantalón, perdí el equilibrio y me caí, fracasando y sin poder quitármele.

Ana: María, ¿estás bien? He oido un ruido.

Yo: Sí, Ana, no te preocupes, estoy bien.

Ella se dirigió a la habitación para ver lo que había pasado, y me vio tumbada en el suelo.

Ana: Madre mía María, si que te has embriagado pero bien.

Yo:¡No! Es que soy torpe de nacimiento.

Ana: Bueno, voy a ayudarte a levantarte.

Me dio sus manos e intentó levantarme, pero no pudo.

Ana: ¡Cuánto pesas! Si es que no puedo contigo.

Yo: Llama a un tractor y que me remolque jajajajajaja

Ana: Venga, otra vez. Una, dos y tres.

Ana se cayó y yo amortigüé su caída, en una postura algo indecente, yo estaba sentada en el suelo y ella estaba sentada encima mío.
De repente, el silencio reinó en la habitación, nuestras miradas se cruzaron y nuestras respiraciones se sincronizaron.

Sugar LipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora