Somos Mitad y Mitad. [DJ TodoBaku]

La Casa Del Maldito Mitad Mitad.

Todo estaba oscuro y lo único que podía oír era una voz diciendo mi nombre -¡Bakugou!. aquella voz que sonaba tan suave pero que daba un sentimiento de desesperación me hacía sentir relajado. A medida que mis ojos se cerraban, la voz disminuía, lo que me hacía sentir preocupado, "¿a donde se está yendo esa voz?" "¿De quién es?" "¿Cómo puede hacerme sentir tan bien y a la vez preocupado?". Todo ese tipo de preguntas pasaban por mi cabeza, lo que me hacía sentir alterado y lo que provoco que abriera mis ojos en tan solo unos segundos.

-¡Ah!... ¿eh? ¿donde demonios estoy?.

Al despertar sentía un gran dolor en la cabeza y mientras mis manos le daban un ligero masaje a mi cabeza, mis ojos miraban al rededor. Me hallaba en un cuarto mucho más grande que el mío, con una decoración estilo casa japonesa de la era Mejí.

-Ouh ouh... Joder que toda mi cabeza se siente a punto de explotar.

Aún con el fuerte dolor que podía sentir, mis pies de alguna forma intentaron levantarse del futon, y cuando estaba a punto de ponerme de pie, la puerta comenzó a abrirse, era Todoroki, quién con un rostro algo preocupado mirando al suelo estaba entrando con un vaso de agua.

-¡¿Ha?! Así que estoy en la casa del mitad mitad, debí suponerlo por la fachada de está habitación. 

Al oír mi voz, Todoroki, levanto su mirada rápidamente hacía mi, comenzó a caminar hacía mí con torpes pasos, lo que provocaba que el agua se derramara poco a poco en el camino.

-¡Bakugou! por fin estás despierto.

Se arrodillo o a un lado del futon con un rostro de alivio, a diferencia de su fría expresión inusual, el ver este tipo de rostro fue algo refrescante y sorprendente.

-¿Por qué demonios estoy en tu casa? espero una buena explicación.

Para ser sincero esperaba que me contará con detalles lo sucedido ya que no podía recordar absolutamente nada. Y al llegarle mi pregunta su rostro volvió a ser el mismo, pero había algo diferente en él.                

-¿No recuerdas nada? accidentalmente descongele la banca en la que estabas sentado, mi culpa. pensé que la madera se había congelado pero sorprendentemente el hielo por sí solo formo una banca, aún no logro comprenderlo bien. 

-¡Eso no explica el porque demonios estoy aquí!

-Te desmayaste repentinamente por lo que tuve que...

Antes de continuar, Todoroki, hizo una larga pausa y continuó.

-Ejem. tuve que traerte a mi casa.

-Dilo.

-¿Eh?

-¡Esa gran pausa tuya me esta molestando! eso no fue todo lo que sucedió ¿cierto? así que antes de que haga estallar tu maldita cara, será mejor que hables. 

El cuarto se volvió silencioso repentinamente, Todoroki, cambio su cara de poker por una de preocupación y vergüenza. Lo que me hizo confirmar que algo más había sucedido. Como pude me arrastre hacía él, para así tirar del cuello de su ropa. 

-Escucha, no se que demonios hiciste pero será mejor que lo escupas ahora si es que no quieres morir aquí y ahora. 

Mi mano estuvo a punto de golpearle su cara, pequeños estallidos salían de mi mano en señal de que estaba a punto de usar mi Quirck contra él, pero todo mi cuerpo se detuvo al escuchar hablar a Todoroki.

-Beso.

-¿Ha?

-Dije, beso.

-¡Te he oído! ¡¿Qué demonios tienen que ver esas palabras con lo qué te estoy preguntando?!.

-Me has preguntado que es lo que ha sucedido en el tiempo que te has desmayado ¿no?, te estoy respondiendo. Beso

-¡Habla correctamente maldito bastardo, a no ser que de verdad quieras que te golpee!.

Sus labios titubeaban al intentar pronunciar frase alguna, en el momento en que mi mano se encontraba a tan solo unos cuantos centímetros de su rostro, él hablo con un tono algo trabado.

-T-te he besado.

-...

Mi cuerpo quedo completamente inmóvil e incapaz de moverse un milímetro, mis labios no podían pronunciar palabra alguna. Toda mi mente se puso en blanco al tal punto en  no saber como reaccionar. Todoroki, solo había cerrado sus ojos, listo para recibir el golpe pero al no sentir ni escuchar nada abrió lentamente sus ojos.

-...¿Bakugou? Su mano se acercaba con la intención de tocar mi mejilla.

-¡No te atrevas a tocarme bastardo!.

Sin titubear, solté a Todoroki, apartando su mano de mi rostro para aasí después salir corriendo de aquella habitación no sin antes soltar algunas palabras algo confusas pero si las acomodabas tenían algo de sentido.

-¡A mí acercar te vuelvas no a!.

-...¿eh?

Al salir de su casa, corrí todo lo que mi cuerpo podía permitirme y sin darme cuenta, ya me encontraba en casa. Entre con torpes pasos, tropezándome con todo, para mi fortuna o mala suerte, mi padres no se encontraban en casa así que me dirigí a la sala y caí rendido en el sofá.

-¿Qué demonios?...

Mi mente solo podía pensar en aquella expresión que Todoroki, tenía en el rostro al soltar aquellas palabras, un rostro con la cabeza cabizbaja, sus mejillas ligeramente sonrojadas y sus manos temblando tan suavemente que te hacían entender lo nervioso que se encontraba.