Colour my world | Kanehide.

Oneshot

「Colour my world - Oneshot」

Kanehide | Hidekane.

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Abrí mis párpados y me llevé la sorpresa de que me encontraba en una tienda, en la cual antes trabajaba. Es conocida como Anteiku.

Varios flashes vinieron a mi memoria. Aquellos momentos en los que no tenía las preocupaciones de ahora; tan sólo era un estudiante universitario que le encantaba leer. Vi a la madre de Hinami y a ella, hablando y riendo, a Nishio y a su novia, Kimi. Todos reían despreocupada mente, como si no tuvieran problemas en sus vidas; ante eso sonreí.

Mi mejor amigo, Hide, estaba sentado frente mío. Casi quería llorar al recordar lo.

Pero como nada es perfecto, desperté de la fantasía.

Todo a mi alrededor era oscuro, apenas y podía verme a mí mismo. La herida que tenía a mi costado dolía demasiado, intenté parar el sangrado con mis manos.

Un sonido irrumpió todo el silencio, parecía como si alguien estuviera haciendo... Café.

—En verdad es muy complicado preparar café —dijo una voz masculina. Se fue acercando más y más, y cuando por fin la luz ayudó a descubrir la identidad de esta persona, me llevé la sorpresa de que era Hideyoshi Nagachika—Hola, Kaneki —sonrió.

¿Él me había traído hasta acá? Era lo único que pensaba. Me quedé sin habla, tal como si me hubiera comido la lengua el ratón.

—Hide...

Reaccioné. YO soy un ghoul, tengo el kakugan activo. Aunque ya fuera tarde cubrí mi ojo derecho con una de mis manos. Puede que estuviera llena de sangre mi mano, pero quería pensar que no había visto ese ojo, el comprobante de que ya no era humano; si no un mounstruo.

—Kaneki, lo sabía —él se acercó hasta una mesa que había cerca de mí, al parecer dejó una taza de los dos cafés que traía—Creo que será mejor que no lo tomes, ese no sabe muy bien —se quedó en silencio por unos segundos, no sabía que hacía ya que me no trabajaba tapando mi vista—¡Dah! Éste también sabe mal.

—Kaneki, ¿te acuerdas cuando Nishio me dejó inconsciente? —cuando finalizó de decir su pregunta, levanté un poco mi vista, sorpendido—Pues... La verdad fingí estar muerto para escapar, pero él no tiene piedad. Jeje, no funcionó —se río apenado.

Yo... ¿Qué debería decir?

—Kaneki, esa vez arriesgas te tu vida para salvarme. Gracias —me dio otra de sus cálidas sonrisas que tanto lo caracteriza. Aún con dolor en el interior, decidí descubrir ese ojo de esclerótica negra y pupila roja.

Me habló de lo feliz que me veía en el pasado con los de Anteiku. Hide sintió la necesidad de ayudarme, en otra forma. Que por eso se había unido al CCG.

—Kaneki, no debes cargar con todo tú solo. Aunque siempre termines haciéndolo —esas palabras me las han dicho muchos, y siempre las he ignorado. Pero... Algo es diferente contigo.

—Si —sonreí, algo que para ser sincero no había hecho en mucho tiempo.

Hide se levantó con ayuda de la mesa, no entiendo por qué, pero bueno.