Empujé la ventana con algo de fuerza para poder meterle el seguro, una vez que escuché el suave "click" de este al entrar, alejé mis manos del marco de madera y contemplé las gotas de lluvia, que eran azotadas contra el cristal de mi ventana a causa del viento. Al observar esto, de manera inconsciente llevé mi mano hasta el brazo, frotándolo suavemente intentando darme calor y recordando automáticamente el cálido cuerpo de mi amante y lo mucho que me hacía falta en ese momento. Solté un suspiro de resignación y encaminé mis pasos hasta mi cama, sentándome en el borde de esta, pensando en los pendientes que tendría que hacer al día siguiente y que tal vez tendría la suerte de ver a mi LuHan caminando de manera coqueta frente a mi trabajo, haciendo de todo para que levante mi vista y lo observe, era nuestro momento, era nuestro hábito. Era el único momento en que podemos vernos tranquilamente sin la mirada inquisidora de su madre por un lado o el gesto reprobatorio de padre por el otro.
Faltaba poco, solo un mes más de trabajo y reuniría el dinero suficiente para pagar un dote por mi amado, podría pedir su mano y casarme con él, no le faltaría nada, ya que yo me aseguraría de eso.
Con ese pensamiento en mente, me incliné sobre la mesa de noche y soplé sobre la veladora encendida, haciendo que esta se apagara rápidamente. Levanté las sábanas, metiéndome entre estas, buscando el calor que me hacía falta y recosté mi cabeza sobre la almohada, sintiendo como poco a poco, con el pasar de los minutos, mi cuerpo era envuelto por la bruma del sueño y con esto, dando paso a mis sueños, los cuales contenían mis más profundos anhelos.
Vi su rostro y su delgada figura, lo vi ahí, junto a la ventana. Observaba a través de esta con una suave sonrisa en sus labios, como la que tenía la primera vez que lo vi en esa pequeña tienda. Vi cómo paseaba sus dedos sobre el pequeño broche en forma de ciervo que le regalé secretamente en su cumpleaños y que de la misma manera secreta, siempre llevaba oculto en su capa, como si fuese su amuleto de buena suerte. Giró levemente su rostro y me observó, regalándome una sonrisa mucho más amplio y murmurándome un "te amo", como lo hacía cada mañana.
Sonreí ante esto y abrí mis labios para responder a la confesión de amor de mí ser amado, cuando de pronto escuché un fuerte trueno y entonces, abrí mis ojos...
Un sueño, solo eso.
La bruma del sueño se fue poco a poco y pude contemplar el techo de mi habitación, el cual era iluminado por los rayos y truenos que se apreciaban por mi ventana y entonces la vi. La sombra que se reflejaba, larga y oscura, a todo lo amplio del techo.
Mi corazón dio un vuelco y me senté rápidamente sobre la cama, dirigiendo mi vista al dueño de tal sombra y ahí logré contemplar un cuerpo, delgado, cubierto por una capa, como en mi sueño.
-¿LuHan? ¿Eres tú?- Cuestioné y gracias a los rayos que iluminaban mi habitación, logré observar la suave sonrisa plasmada en los labios ajenos, mas estos no se movieron para contestar a mi cuestión.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?- Volví a cuestionar mientras me giraba sobre mi mesa de noche y encendía nuevamente la vela, iluminando ahora mucho más mi habitación, para después volver a observar la figura junto a la ventana. -Yo cerré las puertas y ventanas y...-
-Yo no soy tu joven amado...- Interrumpió el visitante, mientras se giraba en mi dirección, haciendo que me preocupara al instante.
-¡¿Quién eres y qué haces aquí?! ¡¿Cómo entraste?!- Cuestioné nuevamente, pero esta vez exaltado, haciendo que mi espalda chocara contra el respaldo de la cama.
-Tengo muchos nombres, SeHun...- Fue lo que escuché y entonces presté más atención, vi los detalles del rostro extraño, cabello negro, labios gruesos, ojos grandes con mirada penetrante y pues piel muy pálida, tanto, que parecía ser de hielo. –El más conocido, es el de "Muerte", pero si te hace sentir cómodo, puedes llamarme KyungSoo.-
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El Enamorado y La Muerte || HunHan
FanfictionEl joven frente a mí se apartó de los pies de mi cama y comenzó a caminar por la habitación, dando pasos lentos, pero firmes, mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios. Como si meditara mi petición y esto le causara algún tipo de gracia. ...