Día 1: Dudas.

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Sasuke empezó su día muy temprano. Apenas ayer a la noche había regresado a su aldea y había varios asuntos burocráticos que a su pesar, tenía que atender.

Se enfrentó al espejo del baño de aquel departamento que le habían asignado y no le gustó lo que vió. Se vió demacrado, con el cabello largo y molesto, y unas ojeras bastante definidas. Tenía el verdadero aspecto de un vagabundo y recién se daba cuenta. Con parsimonia, se bañó, cambió los vendajes de su extremidad perdida, y cortó su pelo, con mucho cuidado para no dejarlo demasiado corto y respetando su flequillo.

Cuando finalizó y viendose más presentable, desayunó unas frutas que encontró en el refrigerador, el cual debía abastecer, y se dirigió hacia el despacho de Kakashi.

En el camino apreció los cambios ocurridos en la aldea, viendo como la paz había llenado de alegría los semblantes de las personas, sobretodo de los niños. Inevitablemente escuchó comentarios al pasar, y no le sorprendieron, ya que verlo en Konoha después de tanto tiempo y de todo lo que había pasado era una sorpresa.

Algunos pocos se mostraban respetuosos ante su presencia, identificandolo como un héroe de guerra. Otros se limitaban a mirar con desconfianza y apartaban sus hijos de él, y también hacían comentarios despectivos. A él no le importaban, al fin y al cabo lo merecía, pero un comentario de una mujer si logró molestarle.
-Mira, ahi va el Uchiha traidor. Seguro Sakura volverá a arrastrarse por él. Que poco respeto se tiene esa chica- dijo con malicia a su amiga.
A Sasuke le enojó su falta de respeto. Sakura no tenía nada que ver con sus pecados, pero por amarlo, ella también pagaba el precio. Apuró el paso y se alejó del gentío, buscando una ruta más tranquila hasta la oficina del hokage.

De todas maneras, la mención de la médico hizo pensar a Sasuke. Anoche ella no había estado, y él internamente esperaba verla. Ni Naruto o Kakashi dijeron algo al respecto, asi que él tampoco, aunque no sintió la bienvenida completa, porque el equipo 7 no estaba completo. Le intrigaba saber el motivo de su ausencia, pero primero debía hablar con Kakashi.

Entró a su oficina sin mediar palabra con nadie, y golpeó la puerta del despacho del hokage con mesura.
-Adelante- Se escuchó la cansada y tranquila voz de Kakashi. Sasuke entró con su habitual expresión seria, realmente no quería hablar con Kakashi porque sabía que él querría llevar la conversación a un terreno más personal y no quería enfrentarse a eso.

-Ah, Sasuke, buenos días, puedo ver que tu humor a la mañana es igual de malo que el resto del día- dijo burlonamente Kakashi sonriéndole bajo la máscara. Sasuke bufó, y eso solo ensanchó la sonrisa de su ex sensei. Le encantaba molestar a sus ex estudiantes.

-¿O quizás se deba a que esperabas ver a alguien anoche y no hizo acto de presencia?- Sonaba como una vecina chismosa, pensó Sasuke para su irritación.

-Tsk. Simplemente me molesta la burocracia- Contestó él, ya molesto.
-Vine a firmar los papeles que me dijiste que debía constatar.

Kakashi sacó unos papeles de un fichero y le pidió que se acercara.
-Sí, no quise decirtelo anoche porque supuse que estarías cansado, pero debes firmar este papel para que se constate tu regreso a la aldea y tu compromiso de por vida como shinobi de la hoja como compensación a tu pasado, aunque no creo que te moleste- dijo él y Sasuke asintió solemnemente. Defender a su aldea y la paz era todo lo que quería, no podría considerarlo un castigo. -Y necesito tu firma aquí en este certificado de propiedad. En tu ausencia se reconstruyó el barrio Uchiha tal cual era en sus días de gloria y te pertenece en su totalidad como patriarca del clan, una formalidad claro está, ya que eres el último- Dijo alargando un papel.

La promesa (Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora