Día 4: Distancia.

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Sasuke pasó toda la noche vagando por la aldea, incapaz de ir a su apartamento. Estaba seguro que ni Sakura y Naruto estarían allí, pero no quería regresar y ser asaltado por los recuerdos.

En su pecho el dolor estaba desgarrándole y no sabía exactamente como remediar ese pesar. Hacer lo correcto muchas veces iba en contra de los deseos de uno, pensó. Y recordó a Itachi y su sacrificio. Obito le había dicho que su hermano había asesinado a su amante, por deber. Él había querido asesinar a la única persona que se asemejaba al amor en su corazón, pero no por deber, sino que por poder, por odio. Esa sería unas de las tantas manchas que jamás podría borrar. Él jamás sería como su hermano.

Sin lugar a dudas, el futuro de Sakura sería brillante lejos de él, y eso es lo que pretendía. Dejarla ir, definitivamente.
Con la idea fija en su mente, se dirigió a la torre del hokage. Ya era de madrugada pero no había podido pegar un ojo en toda la noche. Sasuke pensó que había sido una de las veladas más amargas de su vida, casi tan amarga como la noche que se despidió de Sakura antes de irse de Konoha aquella vez.

Con pesar, golpeó la puerta del despacho de Kakashi. Pretendería resolver ese menester burocrático con rapidez, pues lo que menos quería oir en ese momento era un sermón de su antiguo sensei.
-Adelante- Se oyó la cansada voz del rokudaime. Seguramente tampoco había podido dormir, tan lleno de papelerío atrasado como siempre estaba. Debajo de sus ojos, las ojeras eran pronunciadas, pero enseguida se desveló al ver a su alumno. -Ah, Sasuke... No esperaba verte tan temprano por aquí, aunque supongo que no has venido a ayudarme con el papeleo...-

La mirada del hokage se afiló inmediatamente al notar la amargura que Sasuke llevaba encima. Y se dió cuenta que quizás las cosas no estaban saliendo bien.
-Me voy ahora mismo y venía a notificarlo- Dijo Sasuke, seriamente.

-¿Ya? Pero si aún te queda un día. No me digas que no te gusta mi aldea...- Dijo, en un tono fingidamente distraído, mientras su mente iba teorizando posibilidades.
-No hay motivos que me aten aquí más tiempo. Y también iré solo- Anunció, ya resignado a que debería oír algún sermón de Kakashi.
Éste acomodó algunos papeles, fingiendo desinterés, para no atacar a Sasuke, al menos no de momento.
-¿Hm? Entonces Sakura no quiso ir contigo?- Preguntó.

Sasuke suspiró, comenzaba a sentirse irritado.
-No. Simplemente yo no quiero que me acompañe a la misión. Su presencia es innecesaria- Dijo.
-¿Es innecesario tener de compañera a la mejor médico ninja del mundo shinobi? Aunque supongo que puedes curarte tu solo, con tu única mano.- Contestó Kakashi con sarcasmo. -Me pregunto que opinará ella de esto... Oh, ya sé. No se lo dijiste, ¿Cierto?- Preguntó, con acidez.

Sasuke no sabía de que manera educada podría responder aquello, pero decidió ignorar el mal intencionado tono del rokudaime.
-Hablé con ella ayer.- Comenzó él, sintió que era su deber decírselo -Vino ebria a mi departamento- Hizo un marcado énfasis en la palabra 'ebria' y esto terminó con los chistes de su ex sensei, y floreció la preocupación paternal.

Con el ceño fruncido, apartó unos papeles, para levantarse y enfrentar de pie a Sasuke.
-¿¡Ebria!? Acaso tu hiciste algo para que se comporte así?- Inquirió en tono severo. Sakura nunca era tan inconsciente para hacer una cosa así. Debía tener un motivo.
Sasuke arrugó la nariz, indignado.
-Por supuesto que no"-aseguró, y pensó con amargura que Naruto había pensado lo mismo de él. -No la había visto hasta entonces-

Kakashi se paró y comenzó a ver por la ventana, dándole la espalda a su ex alumno.
-Ah... Entonces fue por eso. Entonces si hiciste algo, o mas bien, no hiciste algo en particular- Dijo más para si mismo que para Sasuke.
Pero éste apretó su puño con indignación.
-¿Acaso es mi culpa que ella me quiera? Jamás le he pedido algo así y nadie puede obligarme a corresponderle- Contestó, altivo.

La promesa (Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora