Capítulo 1.

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Mi mirada fija en el espejo del baño de la secundaria, viendo como un gran moretón comenzaba a formarse sobre mi pómulo. Manchas color rojo, morado e incluso verdes rodeaban mi ojo inyectado en sangre un lado. Odio a Nia, la odio.

—¿Por qué esto me tiene que pasar a mi?—Sollocé, mientras las lágrimas comenzaban a salir.

Nia tiene la mano dura pero no le llega a mi papá. Lo malo de todo es que había dejado la crema que uso para ocultar los moretones y manchas que ocasionaban los golpes.

Tendría que inventar una excusa por si preguntan. «Iba distraída y choque con una pared» sí podría funcionar. Sonó la campana que indica que terminó el descanso.

Intente caminar lo más rápido posible al salón ocultando con mi cabello, el moretón que Nia causó. Podía escuchar los comentarios «Fenómeno ¿Qué le pasó a tu ojo?» «Creo que Nia te dio un buen golpe».

Al llegar al salón me senté en uno de los asientos del frente, al lado de la pared y ventana, como siempre. Nadie se sienta a mi lado, aunque ya estoy acostumbrada. El Sr. Adams entro cerrando la puerta tras de si.

—Buenos días alumnos—Dijo mientras caminaba a su escritorio para dejar sus cosas—Bien, antes de empezar...—Fue interrumpido por la puerta que se había abierto.

Apareció un chico tez blanca, cabello negro y ojos. En sus manos tenía varios papeles lo que daba a entender que era nuevo.

—Chicos el es su nuevo compañero, vino desde Miami para estudiar aquí en New York ¿Cuál es su nombre?—Pregunta el profesor.

—Dylan, Dylan Taylor—El profesor le indica que puede sentarse donde quisiera, el chico mira detenidamente el salón, pero su mirada cae en mi.—¿Esta ocupado?—Negué, el se sienta y me mira, se ve pensativo, imagino piensa como me hice daño en el ojo.

Al terminar la clase salí rápidamente, en los pasillos tropecé con Aaron, el novio de Nia, se acercó más a mi para tocar mi mejilla «Ouch, duele, por favor, para» fue lo que salió de mis labios, el empezó a subir su mano por mi cintura «No me toques» yo sólo cerré los ojos «Ella ha dicho que la suelte».

—Aléjate Taylor, nadie te llamó—Dylan tomó a Aaron del cuello de su chaqueta y lo alejó de mi.

—No te acerques de nuevo a ella, estas advertido imbécil—Dylan me examino de pies a cabeza—¿Te hizo daño?—Yo negué aun atónita, nadie me había defendido—¿Cuál es tu nombre?

—Kyra, Kyra Mitchell—Hablamos un rato mientras caminábamos hacia nuestros hogares.

Dylan se detuvo al frente de una mansión y se despidió con un «Hasta mañana Ky» y se adentro a la gran mansión.

Seguí caminando y 5 minutos después me encontraba frente a mi casa, al abrir la puerta recibí un fuerte golpe seguido de «¿Qué son estas horas de llegar?».

10 minutos, 10 minutos tarde y me reciben con golpes. Mi padre me saco de la casa y me lanzó al suelo «Dormirás esta noche aquí, como castigo».

Me levante y comencé a caminar para buscar un lugar donde pasar la noche, por suerte tenía el suéter que Dylan me había dado.

«¿Hola? ¿Hay alguien?» se escuchó a lo lejos, reconocí la voz de inmediato y fue cuando me di cuenta que estaba cerca de la gran mansión.

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