Capitulo 18

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NARRAS TU

No quería que Manuel se diera cuenta de lo aliviada que me sentía al comprobar que no tenía intención de separarme de mi futuro hijo una vez que hubiera nacido.no importaba lo que sintiera por Manuel ni cuánto llegara a odiarlo; de lo que si estaba segura era de que jamás podría abandonar a mi pequeño.

De pronto me sorprendí al sangre cuenta de por dónde iban; el corazón se me aceleraba a medida que Manuel se introducía en el pueblo en el que yo había crecido. A pesar de no haber vuelto aqui desde hacía cuatro años recordaba con total claridad todas y cada una de las calles por las que pasaban. Eran las calles que había recorrido tantas y tantas veces de vuelta del colegio, cuando Manuel iba a buscarme ; como el día que fue a decirle que mi padre había muerto, o el día de su boda.

Tu:Has comprado nuestra antigua casa -no era una pregunta sino una afirmación, y lo dije con voz neutra, intentando ahogar la intensidad de mis emociones.

Manu:Ya había empezado a negociarlo antes de nuestra boda - contestó con la misma aparente falta de sentimiento-. Se suponía que iba a ser un regalo sorpresa. Sabía cuánto te afectó cuando Elisa decidió venderla. Cuando fue obvio que no ibas a estar para recibir tus regalos de boda ya era demasiado tarde para echarme atrás en la compra -al añadir aquello me encogí de hombros como quitándole importancia a lo que Manuel me había dicho Manu:Me imagino que también podría haber vuelto a ponerla en venta, pero...

Al llegar a la entrada de la casa y oír el sonido de las ruedas aplastando la arena del camino, tuve la sensación de que, si cerraba los ojos, y volvia abrirlos vería mi padre salir a recibirnos.

Pero la realidad es que mi padre estaba muerto y algo dentro de mi había muerto con él.

Tu:Está igual de siempre -dije con tono distante una vez que bajamos del coche.

No podía hablarle de otro modo, alfin y al cabo el no era más que un desconocido para mi

Sin embargo Mientras luchaba contra el miedo Que se apoderó de mis pensamientos Manuel abrió la puerta de la entrada.

Manu:Bueno, en realidad ha habido algunos cambios,El despacho de tu padre lo he dejado como estaba, pero... -me dio la espalda, pero su voz parecía entrecortada por la tristeza-La verdad es que no vengo por aquí a menudo... Pero sí he cambiado ciertas cosas en las otras habitaciones.

Yo solo lo mire intrigada.

Manu:Pensé que ninguno de los dos querría utilizar la habitación que había sido de tus padres, así que hice un nuevo dormitorio principal. Y el invernadero que siempre quiso tu madre, y que tu padre no tuvo fuerzas para hacer después de que ella muriera... se me ocurrió que... -hizo una pausa mientras me cedía el paso para entrar en la casa,eso me hizo sentir algo raro entro de mi,el que el se hubiera molestado por hacer de nuevo todo como cuando lo era en mi infancia...

Después de mi pensamiento me di cuenta de que estaba temblando como una hoja a punto de caer. Aquellas eran las mismas escaleras por las que había corrido para dirigirme a mi boda con el corazón destrozado por las palabras de mi madrastra; y también las que había subido a toda prisa, deseosa de alejarme de Manuel y del matrimonio.

En cuanto consigui hacer desaparecer aquellos dolorosos recuerdos me di cuenta de que la casa estaba bastante abandonada; seguía teniendo la mayoría de los muebles que había elegido mi madre hacía tanto tiempo, y todos ellos estaban cubiertos por una considerable capa de polvo. Por mucho que me molestara, lo cierto era que empezaba a sentir el impulso de volver a darle vida a todo aquello, llenándolo del amor que siempre había habido en aquel hogar antes de que mis padres murieran...

La Fuerza Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora