Diane... Mi nombre. Un lago, una noche, un suceso, un sueño, una sensación, un descubrimiento, un infierno, Él... Su nombre, una duda.... Aún sigo totalmente cuerda?
Perdido, perdido y nunca encontrado. Oculta tus secretos profundamente. Soy joven y soy ingenuo. Dime algo que pueda creer...
Ni siquiera recuerdo haber despertado. Tomado mis maletas y descendido del avión para pasar por el registro y esperar a recoger las maletas más grandes de mis padres. Cuando escuché ese fragmento de la canción en mi mente me di cuenta de que estaba ya al lado de mi padre en el aeropuerto de Yucatán, México. Volteé a todos lados extrañada de que después de haberme quedado dormida, recobre el conocimiento en la espera de maletas de los pasajeros. Tenía la garganta seca así que intenté tragar un poco de saliva mientras trataba de recordar algo de esa laguna mental y volteé a ver a mi padre. Estaba tranquilo y simplemente esperando cruzado de brazos. Pensé en preguntarle que es lo que había sucedido y recordé que se habia preocupado por mi actitud durante lo acontecido en el vuelo cuando descubrí el nombre de la canción que había escuchado un día antes por lo que decidi intentar averiguarlo por mi misma. Aunque ahora recuerdo que en ese momento se sentía como un sueño y pensé que durmiendo despertaría de él, así que decidi arriesgarme.
- Ammmmm papá. - Esperé a que volteara a verme para preguntar. - ¿Que sucedió después de que... despertara de manera abrupta en el avión y... buscara el origen de una canción? - Mi padre enseguida funció el ceño sonriendo.
- Después de que despertaras nos bajamos del avión con tu madre y tu hermana. -
- No, no. Antes. Cuando parecía una lunatica. - Por favor.
- Solamente parecías una borracha después de tres litros de licor. Tu saliva escurría de tu boca jajaja. - Mi padré sonrió desde que empezó a decir todo eso y regresó la vista al frente. Me relajé un poco tras lo que dijo pero aún me quedaba la intriga del por qué no recordaba haber llegado justo a donde estaba parada en ese momento. Buscandole una explicación recordé la sensación que había tenido en esos momentos, que me hacían sentir que no era muy real lo que estaba viviendo. Entonces sí, definitivamente había sido un sueño y solo había quedado traumada con aquella melodía. Pero a pesar de tener esa sensación de irrealidad ¿Por qué sentía que sí sucedió? Por un momento pensé que en cuanto tuviera internet buscaría el nombre de la canción, pero me pareció una idea estúpida. Simplemente se había grabado en mi cabeza y me había gustado tanto que soñé con ella. También estaba el hecho de que de una forma ridiculamente imposible había visto en el asiento de la sección VIP del avión un..
- Sombrero de copa... - Terminé en voz alta las frases que tenía en mi mente al quedar completamente extrañada viendo a lo lejos un sombrero de copa alejándose entre un mar de gente. Mi padre volteó a verme y me mió expectante, pero en ese segundo corrí en su dirección sin importar cuando mi padre gritó mi nombre varias veces. Yo necesitaba saber quién era esa persona, verla de frente para asegurarme de que era cualquier persona y no el hombre vestido de negro que vi el día anterior. Aunque corriendo me di cuenta de que era completamente ridicula la posibilidad. Pero ya estaba corriendo y tenía esa sensación del sueño, así que nada perdía con seguir. Cuando lo vi dar vuelta en una esquina tuve el presentimiento de lo perdería de vista al doblar y buscarlo de nuevo así que aceleré mi carrera sin tener cuidado con las personas que se cruzaban en mi camino o incluso con las macetas y asientos que tenía el aeropuerto. Escuché unas cuantas groserías tras mi paso cuando giré en la esquina donde había visto que dobló el sujeto y lo busqué saltando y asomandome entre la gente. No lo encontré.
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- Maldita sea... - Por segunda vez maldije en voz alta y me subi a una banca para buscarlo desde ahí. Entonces recordé a la chicha que me había dado el nombre de la canción y del grupo que la tocaba y me empeñé en buscarla desde donde estaba pero no tuve mucho tiempo pues mi madre jaló de mi brazo interrumpiendo mi busqueda.
- Diane controlate por favor estamos en un aeropuerto. ¿Qué se supone que hacías? - Mi madre estaba enojada, al contrario que mi padre que estaría preocupado. Pero no me esforcé en explicarle porque de cualquier forma no lo comprendería.
-Simplemente vi a un chico muy guapo y salí corriendo tras de él para pedirle su número. - Fruncí el ceño intentando aparentar que era algo simple. Y dio resultados pues su semblante se ablandó y solo torció la boca.
- ¿Y todo eso por un chico? Si incluso empujaste a algunas personas frente a ti. Escuché el bullicio desde la tienda y al voltear te vi a ti corriendo como loca. - Me tomó del brazo y comenzó a caminar de regreso.
- ¡Pues es que estaba muy guapo! - Volteé una vez más antes de dar la vuelta en la esquina de regreso y no encontré nada. El sombrero había desaparecido.
En los momentos siguientes a eso simplemente permanecí con la imagen del sombrero en la cabeza y estuve preguntandome cómo habían sucedido todas esas cosas. Analicé mi sueño y seguí buscando cuando podía a la chica con el Ipod del avión. Mis padres tomaron sus maletas y nos dirigimos hacia afuera del aeropuerto para tomar un taxi que nos llevara a las cabañas donde habíamos hecho la reservación para una semana. Después de preguntar encontramos a un taxista que podía llevarnos así que comenzamos a meter las maletas dentro. A mi hermana también le encantaba estar siempre del lado de la ventana así que esperé a que ella y mi mamá se metieran en el asiento de atrás para yo entrar al final y quedarme con la otra ventana. Desde que empezamos a meter las maletas sentía esa sensación que tuve en el avión, de que vivía un sueño y que no estaba ocurriendo realmente nada de lo acontecido. Pero no le presté atención hasta que sentí un cosquilleo en la nuca y volteé a ver detrás de mi.
Un automovil negro con ventanas negras acababa de cerrar su puerta, indicando que alguien acababa de subir. Mantuve mi mirada posada en él unos segundos y con la vista periférica noté que mi hermana al darse cuenta volteó a ver de chismosa para saber en dónde tenía puestos los ojos. Mi padre dijo mi nombre llamándome para que entrara al taxi de una vez, y haciendole caso comencé a entrar pensando que solo eran tonterías en mi mente. Esperaba ver señales de aquél hombre en ese auto y que bajara la ventana para poder verlo o que abriera la puerta del carro, pero no sucedió nada. Dirigí mi mirada al frente y cerré la puerta del taxi. Mi padre comenzó a charlar con el conductor sobre las rutas posibles para llegar y evitar el tráfico. En mi mente tenía la intriga del sombrero, del automovil y de la canción. Aunque hubiera sido en un sueño definitivamente al tener Internet la buscaría como la leí en el Ipod de la chica. Dirigí mi mirada a la ventana y me propuse meterme en mi burbuja de adolescente con síndrome de octavo grado sintiendo pesadez en el cuerpo y en mi mente. Dejándome llevar por el recuerdo de la melodía de las guitarras de aquella melancólica canción comenzando a cerrar los ojos. Al lado del taxi pasó de largo el auto negro que había visto antes de subir. Con ventanas negras y rines negros. Con tapacubos negros y placas negras. Sentí un escalofrío al notar que no tenía control sobre mi cuerpo. Me dormía sin remedio y no podía abrir los ojos de nuevo. Mis manos no reaccionaban y el sueño me consumía. Sentí un terror indescriptible y sin motivos cuando alcancé apenas a leer una leyenda de letras plateadas escrita en ingles en la parte trasera de aquél auto.