✉ Epílogo ✉

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Es cierto que, cuando vez las cosas de otro ángulo, puedes darte cuenta del verdadero mundo en el que estás sumergido, y que tus ojos simplemente pintaron la realidad de alguna manera mejor... o peor.

En mi caso, fueron mis ojos lo que me ocultaron lo bueno que pudo ser mi vida. Ahora ese color verde se encuentra apagado, mientras atravieso el hermoso parque de hojas naranja que puedo ver a través de este vidrio.

Pero así se quisieron dar las cosas, sin felicidad ni arreglo. No se puede llegar más bajo que esto, no hay un lugar más bajo que debajo de la tierra.

Al principio fue impactante conocer la verdad, mi mente se encontraba confundida entre llorar de dicha o de arrepentimiento. Y ahora tengo todo el tiempo del mundo para pensar mis cosas.

Nunca se me habría ocurrido que terminaría así, pero uno nunca sabe. Sinceramente, fue la emoción del momento lo que me llevó a hacerlo.

La carta la escribí con la fuerza que me quedaba. La energía se me estaba drenando del cuerpo, apenas alcancé a poner mis motivos, pero así era mejor. Entre menos supieran, mejor. O eso pensé, hasta que más tarde Joy compartió todos los mensajes que le había mandado los últimos meses.
Me duele por ella, no hizo nada para merecer esto. Fue injusto de mi parte, pero no podía más. Si pudiera disculparme con solo una persona, sería Joy, por haberle arruinado la vida. Ella merece el mundo y las estrellas. No tenía por qué escuchar mis lamentos o consolarme, sin embargo, nunca se apartó de mi lado. Espero que ella junto con Meg logren superar esto, logren superarme y seguir adelante.

Con mi papá... bueno, eso sí fue una sopresa.
Ver a mi padre llorar fue extraño, no hay otra palabra para describirlo. Debatía entre sentir lástima o arrogancia.

Me dolieron sus palabras, así que lo menos que podía hacer era que le dolieran las mías, aunque tal vez me excedí demasiado.

Yo sabía, en el fondo de mi alma, que mi papá me quería. Digo quería, porque no sé si ahora lo seguirá haciendo.
También sabía que no era la persona más abierta que he conocido, y que a veces su diálogo podía ser un tanto tosco.

Pero decirle a tu hijo que 'era mejor que no hubiese nacido si iba a salir enfermo', pues... es algo que no se puede olvidar de la noche a la mañana.

Incluso en este momento puedo sentir mis ojos con ganas de llorar, pero ya me había gastado todas las lágrimas luego de que mi papá encontrara la carta que le había escrito a Bonnie.

Debo decir que eso fue mi culpa, estaba demasiado expuesta en mi pieza para las palabras que contenía. Todo lo que alguna vez había sentido por él se encontraba plasmado en el papel.

Luego de eso, lo único que recuerdo fueron gritos, de él y míos, pero sobre todo suyos.

Hubo tantas cosas que pensé que jamás llegaría a escuchar, que había guardado en una parte de mi mente pensando que mi papá me comprendería, que no me juzgaría. Pero fui un tonto.

Y Bonnie... pues, Bonnie es una historia en sí mismo.

Me encontraba tan cegado con su cariño que se me ocurrieron hasta las ideas más locas. Ideas como que le agradaba, que me quería, ideas de que algún día podríamos llegar a ser algo más que amigos.

Fue tanto así, que no me di cuenta de que él pasaba por mis mismas cosas.

Él también estaba enamorado.
Lamentablemente, no de mí.

Y creo que me enteré de la peor manera posible.

Porque mi corazón no dejó de latir en esa ambulancia, luego de que mi padre llamase desesperado a emergencias.
No, mi corazón murió cuando lo vi a él, con unos ojos llenos de esperanza —igual que los míos camino a entregarle mis sentimientos— mirando a una joven tan bella... supe de inmediato que no tenía comparación.

¿Qué tenía para ofrecer yo? Nada.
Un alma rota, vacía, eso era yo.

Sin embargo, nada fue tan terrible que cuando lo vi llorar.
Era la primera vez que lo encontraba tan desconsolado, que hasta pensé que mi muerte había sido injusta.
Por un instante, pensó que era una broma; o eso me dijo cuando se acercó a mi cuerpo. Pero luego, ya siquiera podía terminar sus frases.

Me pidió perdón un millón de veces. Me contó que había leído mi carta, luego de que mi padre se la pasara con manos temblorosas.
Me pidió perdón por no haberlo visto antes, por haberse enamorado.

Me hubiese gustado haber tenido voz en ese momento, para decirle que no tenía por qué amarme, que fui un necio. No tenía por qué enamorarse de mí, fue injusto de mi parte haberle hecho sentir tanta culpa.

Todo esto fue un error.

Pero, como dije antes, ya no hay arreglo.

No me di cuenta cuando la tierra empezó a caer sobre el cajón, apenas dejándome ver los últimos rayos de sol que vería.

Solo espero que dios tenga un lugar para mí.

♡♡♡
;~;

♡ Bon x Bonnie Oneshots ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora