Leader sigue siendo leader

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Aunque el tiempo había pasado y Tsukasa hacía todo lo posible por no decir nada referente al género de Leo... su comportamiento, ya era otra cosa distinta. No sabía cómo tratar a su líder, por varios motivos, empezando por su familia.
Siempre le habían instado a tratar a las mujeres como princesas, pero la personalidad de Leo se lo hacía difícil, resultando en que la mitad de las veces o no sabía cómo responderle, o directamente, se alejaba de ella. El otro motivo, eran sus sentimientos hacía ella. Sí, Tsukasa hace tiempo que se enamoró de aquella extravagante persona, ya que a pesar de las peleas habían tenido sus momentos dulces. El menor del grupo sabía que Leo era mucho más que un genio mal de la cabeza, y era lo que le gustaba, otra cosa era que le sacase de quicio muchas veces...
Pero que fueran dos hombres, era su mayor problema. ¿Qué habrían dicho sus padres? Le criaron con la idea de que debía casarse con una mujer, y continuar el linaje de la familia Suou. Así que aquello sería una total deshonra para su familia, por lo que decidió aparcar sus sentimientos por más que le doliera.

Ahora era diferente, pues Leo era una chica. Eso, para su familia, sería estupendo... Pero ¿y para él? ¿Seguía queriéndola a pesar de ello? ¿O ahora que era una chica las cosas habían cambiado? Ni siquiera supo nunca qué sintió hacía Anzu, si realmente la veía como una hermana o no, como para saber a ciencia cierta todo lo que rodeaba el tema sobre Leo. No lo sabía, sin más. Le criaron para tener determinados gustos, pero con el tiempo descubrió otras cosas... Así que nunca tuvo clara su sexualidad, sumado a que estaba en plena adolescencia, su cabeza era puro lío.
Eso le llevaba aún más a alejarse, a poner como una especie de muro entre ambos hasta que aclarase sus ideas.

Pero para Leo, aquello no estaba tan bien.
A ojos de todos seguía siendo aquella persona loca que reía de forma estridente, pero cuando se encontraba sola, la tristeza le invadía por la repentina lejanía del menor.
—... Haha... Si tan sólo no fuera una chica... —Era el único pensamiento que tenía estos días en su cabeza, o que ojalá Tsukasa jamás le hubiera descubierto. Lo que sea con tal de volver a esos días donde podían estar juntos, con peleas o sin ellas.
Y como siempre le ocurría que estaba en ese estado, le costaba horrores componer. Eso le hacía enfadarse aún más consigo misma, aunque no pudiera hacerle nada.
Leo gruñó, para dejar a un lado las hojas viendo que le era imposible componer más. Su única compañía ahora eran unos gatos, los que siempre estaban a su lado cuando iba al club de tiro con arco. Solía ir allí cuando quería estar sola, o componer a gusto.
—¿Ousama...? ¿Estás ahí? —Una voz algo femenina fue lo que le sacó de su mundo, por lo que se giró, dejando ir en el proceso a los pequeños gatos. Se trataba de Arashi, que si bien era extraño que ella le buscase, tampoco es que le molestara.
—¡Ah! Naruuu, ¡ucchuuu~! —Leo hizo el símbolo de la victoria con ambas manos, siendo aquel su saludo característico.—Es raro que vengas, es Suo~ quien me suele venir a buscar. —Por un segundo, Arashi creyó que aquellas últimas palabras sonaron apagadas. Claro que, teniendo en cuenta el reciente comportamiento de Tsukasa, tampoco le sorprendía.
—Tsukasa-chan me dijo que tenía cosas que hacer. Este niño... —No es que tuviera un pelo de tonta, pues Arashi se fijaba más en los demás de lo que todos creían. Y no por nada, ella e Izumi tenían el papel de "madres" del grupo. Había notado lo que pasaba, aún con los intentos de Leo por ocultarlo. Por eso, se decidió a acercarse, agachándose a su altura. Al ver las hojas con composiciones a medio hacer o algunas ni empezadas directamente, sí que se preocupó. Aquello dejaba claro que algo iba mal.— Otra vez te has bloqueado, ¿cielo...?
—... Mñe, sí. ¡Es un engorro! —Al principio, Leo, había desviado la mirada, aunque intentó sonar como siempre. Sabía que le sería difícil esquivar el tema con Arashi, pero al menos lo intentaría.— Quiero componer y no puedo.
—Es por Tsukasa-chan, ¿verdad?
—... ...
—Ousama, no te voy a obligar a hablar si no quieres pero... Al menos hazlo con Tsukasa-chan. No podéis seguir así y lo sabes... —Una mano de las de Arashi había pasado por el cabello de la más baja, tratando de reconfortarla. Quizás era porque aquello era agradable, o que le debía una charla a Arashi pues ella también quiso ayudarla muchas veces... Fuera lo que fuera, terminó apoyándose en ella y dejandose llevar, para por una vez, ser sincera.
—... Sí, es por él. Sé que... le costará, supongo, no lo sé... pero... duele... —La pelirroja, apenas murmuró aquella última palabra, pegándose aún más a Arashi. Y por supuesto, ella la recibió entre sus brazos.
—Ay cielo... ven, anda. —Tras abrazarla, para tratar de reconfortarla un poco, decidió hablar.— Sí, le cuesta. En general siempre le ha costado tratar contigo, pero ahora viene esto... Tiene mucho con lo que lidiar. Así que dale tiempo, pero sobre todo, díselo. Tsukasa-chan es un niño un poco despistado cuando se lo propone y si te está haciendo daño pero no se lo dices no se va a dar cuenta...
«No sé ni cómo lo haré.» Fue lo que pensó Leo, pues nunca fue buena con las palabras, así que sólo se acurrucó más en brazos de la rubia.
—Y si te gusta también deberías decírselo.
—... Cómo sabes eso. —La líder de Knights al fin quiso hablar, y casi había puesto cara de horror.— N-ni que fueras un alien, deja mi mente.
—No empieces~ —Arashi le dio un toquecito en su nariz, antes de hablar más.— Porque es obvio, y por parte de ambos. Parecéis un matrimonio, de verdad...
Leo no sabía cómo reaccionar, además de que se había ruborizado un poco. Aunque tras mucho pensarlo, acabó poniendo cara de circunstancia.
—... ¿Y si es gay y por eso no me puede ni ver? —Podría parecer que iba en broma, pero lo dijo con tal inocencia que quedaba claro que iba en serio.
—... Ousama... —Arashi sólo no pudo evitar reír, suavemente.

I will love you no matter whatWhere stories live. Discover now