I love you, Leader

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Durante el resto del tiempo, Leo y Tsukasa habían intentado actuar de forma normal. No es que el menor intentara alejarse de ella de nuevo, o Leo estuviera triste, todo lo contrario. Ambos eran un par de tortolitos, cosa que era la mofa de más de uno, empezando por el estratega del grupo. Eso hacía que ambos se murieran de vergüenza y necesitasen su rato para calmarse.

Aunque eso sí, Tsukasa tenía sus dudas. Cuanto más pasaba junto a Leo ahora que sabía que era una mujer, más curiosidad sentía por ella. ¿Qué le llevó a entrar a Yumenosaki si ni siquiera podía en primer lugar? Vale que Leo siempre había sido extraña pero... ¿Quien correría un riesgo así?
Por eso, y en un intento de conocerla más -siempre quiso, de todas formas- trató de salir con ella a algún sitio, un fin de semana. Antes que ofenderla de nuevo, le preguntó directamente dónde quiso ir, y su elección fueron las recreativas. No es que Tsukasa pusiera pegas, pero nunca había hecho amigos por si mismo y por ende nunca fue a aquel tipo de lugar, así que todo era nuevo para él.

Había todo tipo de juegos, además de las típicas máquinas con gancho para coger peluches. Por supuesto, Leo estaba centrada en el típico juego de baile, del que era una experta al ser su especialidad.
—¡Wahaha! ¡Vamos Suo~! ¡Creía que podías hacerlo mejor!
—... ¡Leader! ¡Te haré tragar tus palabras!
Ya que tenían que disimular que eran ellos -o miles de fans se les tirarían encima- Leo podía permitirse ser ella misma, sin ningún tipo de disfraz, ser sólo una chica normal por una tarde. Eso llevaba a situaciones graciosas, como un par de chicas apegotonadas a la zona animándola, a gritos del estilo "¡Tú puedes, dale una paliza a tu novio!" que sólo lograban distraer más a Tsukasa por la vergüenza que le suponía.





Como era de esperarse, el menor había perdido miserablemente.
—U-un día quiero la... revancha... A-agh, necesito beber algo.
—Cuando quieras, uh ~ ¡Pero antes vamos a tomar algo fresquito, no quiero que te mueras! —Prácticamente, la chica se había llevado a Tsukasa a arrastras.
—¡L-leader espera!

Tsukasa tenía claro que no podía esperar una tarde normal con la pelirroja, así que que le arrastrase allá donde fuera porque algo llamó su atención, era típico. Otra cosa era que no se quejara al respecto, porque si algo aprendió con el tiempo, es que debía tratar como siempre había tratado, a Leo.
Al menos durante unos instantes, pudo descansar. Quizás porque Leo se estaba entreteniendo observando el atardecer o porque al fin había gastado su energía. Tsukasa lo agradecía en cualquier caso.
Así pues, una vez recuperó el aliento, se levantó del banco de donde estaba para dirigirse hacía ella. Se encontraban en un mirador, y ella tenía ambos brazos apoyados en la barandilla, mientras movía la cabeza de un lado a otro al son de una canción que tarareaba. Al menor, esa imagen se le hacía adorable, pero tarde o temprano debía hacerle las preguntas que hace tiempo quería saber, así que no le quedó más remedio que sacarla de su pequeño mundo.
—Leader.
—¿Uhm? Suo ~ —La pelirroja ladeó la cabeza al mirarle, dedicándole una suave sonrisa. Si tan solo le sonriera de esa manera tan bonita más veces, quizás no se enfadaría tanto.
—Es sólo que... quería preguntarte algo. —Tsukasa también se apoyó en la barandilla, a su lado.— Dentro de poco te vas a graduar y... bueno, ni siquiera sé el motivo de porqué decidiste entrar a Yumenosaki. Si puedo saberlo, claro.
—Oh, eso. —Volvió a balancearse de un lado a otro suavemente, no podía estarse quieta y con eso dejaba claro que su energía aún no se agotó.— La música es mi vida, así que... ~ No me lo pensé dos veces. —No le importaba hablar de aquello, y con suerte podría omitir ciertos detalles de su pasado. Estaba claro que algún día Tsukasa debía saberlo, pero no ahora, no quería estropearles la tarde.— Pero no podían entrar chicas así que me hice pasar por un chico. El único que lo sabía era Sena... y supongo que en algún momento se lo dijo a Naru y Rittsu ~ No lo sé, pero no me importaba hasta hace poco. Al menos sé que son buenos chicos y no van a decir nada... ~
—... A pesar del riesgo, de los problemas que podía acarrear... ¿Aún así decidiste entrar?
—Aún así. Quería componer y cantar para los demás, Suo~ —Se echó hacía atrás, pero sin soltarse de la barandilla. De paso le dedicó una pequeña sonrisa de las suyas al más alto.— Bueno, y aún quiero, o un niño que yo sé ~ me matará ~
—No me llames "niño", por favor. —Suspiró. Ahora, los ojos de Tsukasa se centraban en el atardecer.— ... En cualquier caso, es digno de admirar, leader. Que persigas tus sueños de esa forma, es... —Leo había vuelto a su posición original, sólo porque quiso apoyarse en Tsukasa. Eso le sacó un leve rubor a este, pero no le impidió seguir hablando.— Y... así pudimos conocernos...
—... Te alegras de haberme conocido, ¿Suo? —Ella alzó al cabeza, casi perpleja, a la par que avergonzada.
—Todos los días. —Finalmente decidió mirarla. A pesar de la cercanía, con la que también se ruborizó un poco, le sonrió.— Aunque aún desearía que me prestaras atención y acudieras más a las lecciones... Pero eres una gran persona, me... gusta tu compañía, y me alegro de haberte conocido.
—... No vas a pasarme ni una, eh ~ —Leo rió de forma tonta, pues ya era algo diario y normal que Tsukasa le regañara constemente sobre ese tema.— Yo... no me considero gran cosa pero... ... Me alegro de que pienses eso... —La pelirroja se había girado, pues deseaba estar en brazos del más alto. Sabía que a Tsukasa no le gustaba el contacto en público, pero ahora estaban solos y podía permitírselo.
—No, ni una. —Tsukasa rió de vuelta, y no dudó también en girarse para recibir a la chica en sus brazos. Con el tiempo se había acostumbrado un poco más a su acercamiento, y ahora que estaban a solas no le era ningún problema.— Para mi eres... más de lo que puedes llegar a imaginarte... Eres muy importante para mi.

El corazón de ambos iba a mil, especialmente en el caso de ella tras oír esas palabras. Su primer impulso fue besarle de nuevo ante esa cercanía, pero sabiendo que lo intentó antes y el moreno les interrumpió, bajó la cabeza, avergonzada. Pero Tsukasa, no quería dejarlo ahí, era su oportunidad perfecta para terminar de acercarse a ella ahora que nadie les iba a molestar, ni tenía porqué, echarse atrás.
—... Leo. —Llamó la atención con su nombre, cosa que logró, causándole sorpresa a la pelirroja pues era la primera vez que se lo oía decir. El siguiente movimiento de Tsukasa fue, llevar una mano a su mejilla, e inclinarse ligeramente. Creía que las palabras sobraban ahora así pues... posó sus labios sobre los de la chica, para después cerrar los ojos.

Leo era la viva imagen de un tomate, aunque eso no le impidió corresponderlo. Aquel cosquilleo en su estómago persistía, pero cerró los ojos y se aferró al menor, se había muerto por tener ese beso desde hace mucho, así que no iba a separarse ni por asomo.
Lo que sí tuvo que separar, fueron sus labios de los de Tsukasa, pues tarde o temprano debían respirar. Ambos estaban tan rojos como las manzanas, aunque eso no impidió que la chica sonriera de forma muy tonta.
—Suo sabe dulce... Creo que es por el batido de antes...~
—... A-ah. Mis disculpas por eso, y... por el repentino beso. Sé que no ha sido apropiado pero... ... creo que te lo debía...
—¿Sólo eso...? —Leo había ladeado la cabeza. Y el pelirrojo juraba que se iba a volver loco si seguían poniéndole esa carita, pero parecía que Leo había encontrado la debilidad en Tsukasa, y eso no le gustaba al menor.
—N-no, claro que no fue sólo por eso. —Tsukasa se mordió el labio inferior, mientras trataba de explicarse, atrajo más a su cuerpo a la chica. No quería alejarse de ella.— ... Me gustas, Leo. Me gustas muchísimo. Por eso te he besado y... me encantaría hacerlo más veces... Si tú también lo deseas, c-claro.
Los ojos de Leo se iluminaron, y aunque quiso volver a besarle, antes trató de responderle.
—¿S-sabes? No creo... merecerte en absoluto pero... Si tengo que ser sincera, quiero estar contigo... Tsukasa.
—... Leo... —Oír su nombre, al fin, de boca de la pelirroja, le hizo sonreír de manera tonta, además del continúo rubor que aún tenía en la cara.
—... Leonie, mi nombre es Leonie. —Por un segundo gruñó de forma adorable, si ahora Leo se había puesto roja era por ese detalle.— T-tampoco hace falta que me llames así, ¡mejor si no lo haces! P-pero... quería que lo supieras...
Tsukasa se sorprendió por la repentina confesión de ella, pero no tardó en llevar una mano a su mejilla, para acariciarla con mimo.
—Tu nombre es precioso, tanto como la persona que lo lleva. —Leo se había vuelto a ruborizar, las caricias tampoco la ayudaban.— Pero si no quieres que te llame así, no lo haré.
—Gracias... —La pelirroja, terminó por sonreír tontamente. Y no tardó en volver a acortar distancias con el más alto, esta vez, pasando ambos brazos por su cuello.
Tsukasa se había ruborizado más por el repentino gesto, pero corrió a corresponderlo. ¿Quién le diría que tan rápido iba a hacerse adicto a sus besos?

Aquel beso duró algo más, pero al separarse, las sonrisas volvieron a apoderarse de ambos. Y sólo unas palabras, salieron de boca del menor.
—... I love you, leader.
Leo sólo rió suavemente, estaba más que acostumbrado a que hablara en inglés. Igualmente le sonó muy dulce.
—Yo también te quiero... Suo. Mucho ~
—Te quiero, leader. Te quiero más, —Siguió hablando para contestarle, quizás, también, en un intento de hacerle saber que iba en serio con sus sentimientos.— más que a nada. Te quiero no importa cómo seas.
Leo no sabía qué decir ante sus palabras, más que pequeñas risas nerviosas, de enamorada. Era feliz, muy feliz de oír esas palabras. Y tenía por seguro, que los brazos que la sostenían, la harían feliz por siempre jamás.

Dando igual, que fuera una chica, o no.

I will love you no matter whatWhere stories live. Discover now